Andar está al borde de la desaparición
El Ministerio de Salud que conduce Juan Manzur dio de baja a la institución del Registro Nacional de Prestadores del Servicio Nacional de Rehabilitación. Ello implica que ya no podría seguir trabajando con obras sociales, lo que pone en riesgo su continuidad.
El Servicio Nacional de Rehabilitación dependiente del Ministerio de Salud de la Nación sancionó a la asociación Andar por falencias en cuestiones de seguridad detectadas durante una inspección realizada en enero de 2011, por lo que la institución fue dada de baja del Registro de Prestadores de la cartera que conduce Juan Manzur.
De esa manera, Andar quedó en riesgo de desaparecer puesto que dejan de contar con los ingresos por atención a pacientes con obras sociales en el Centro de Rehabilitación que funciona en el edificio de Mitre y Aulí.
La inspección había detectado una serie de irregularidades en materia de seguridad que la asociación fue solucionando de a poco y en la medida de sus escasas posibilidades económicas. Al respecto, el Presidente de la comisión, Daniel Gagliardi, explicó a La Opinión que los requisitos eran muchos y el dinero para cumplirlos, poco. “Teníamos que comprar muchos artefactos caros y los íbamos comprando de a poco. Matafuegos, detectores de gas, de humo, carteles, luces de emergencia, a medida que íbamos teniendo el dinero los comprábamos, por suerte la gente colaboró para la colocación. Igual fue un costo importante, una inversión para la seguridad de todos”, señaló.
Representantes de la entidad informaron al Concejo Deliberante de la situación y el lunes los bloques presentaron un proyecto de resolución para solicitar suspender la decisión de ordenar la baja del registro. Además, elevaron una misiva a la Directora del Servicio, Dra. Grisel Cecilia Olivera Roulet, informando que Andar “ya ha cumplimentado con todos los requisitos establecidos por la reglamentación vigente”.
“Se iniciaron gestiones ante el Ministerio de Salud para resolver la grave encrucijada en la que se encuentra la institución”, informaron desde el Concejo, gestiones que encabezan el Presidente del cuerpo Martín Pando y el edil del Frente para la Victoria, Nicolás Macchia.
Al respecto, el referente de Kolina, de muy buena relación con el Viceministro de Salud Eduardo Bustos Villar, informó que remitieron toda la documentación y que ese funcionario ya está al tanto del expediente. “Creo que se va a solucionar, porque no podemos dejar que Andar deje de funcionar, porque ni siquiera recibe apoyo alguno del municipio”, dijo Macchia.
En Andar hay once personas que viven en el hogar, que son atendidos por cinco empleados más una psicóloga. Además, en el taller protegido hay 32 operarios, dos supervisoras y una coordinadora. En el centro de rehabilitación propiamente dicho trabajan trece profesionales y cuatro administrativos.
Gagliardi explicó que la baja del registro, “significaría no poder seguir trabajando con las obras sociales, lo que afectaría directamente a ambos”.
Tanto el hogar como el taller reciben becas, “que son escasas, por lo que hay déficit, que se cubre con lo que brinda el centro de rehabilitación”, informó Gagliardi.
El titular de la ONG aseguró: “Somos optimistas, por eso recurrimos al HCD para que nuestros representantes vean la situación y puedan actuar” y destacó la buena predisposición de los ediles.
Andar es una institución que tiene 56 años de vida. Creada en 1956 en plena epidemia de Poliomielitis, es desde entonces una importante organización de la sociedad civil.
Sería lamentable y vergonzoso que la entidad señera en la asistencia pública vuelva a vivir la zozobra que sufrió en la década del 90 cuando las becas no se pagaban a tiempo. Para muchos “la Asistencia Pública”, aquella que derrochaba jeringas de vacunación para todos los alumnos de San Pedro, fue mutando y su edificio es demasiado codiciado como para pensar que detrás de esta decisión sólo hay burocracia.
¿Puede la inseguridad –en este caso– ser un factor tan importante en el momento de decidir cerrar una institución a conservarla?
¿La capacidad de tolerancia de la sociedad para estas situaciones puede ser tan amplia? La decepción es un sentir generalizado cuando nos toca tan de cerca la insensibilidad institucionalizada.