Alerta por un caso de una embarazada que vacunaron contra la Rubéola
Una mujer de 38 años presenta un embarazo y recibió la dosis el pasado 28 de Agosto en el Hospital, cuando fue a vacunar a su hijo y le dijeron que ella también debía aplicarse la “Doble Viral”. Después, se enteró que estaba contraindicada para su estado. El suceso se enmarca en la campaña de vacunación que la Subsecretaría de Salud está llevando a cabo. El Director del Hospital, que ya se reunió con esta familia, dijo que aunque no se recomienda la aplicación, los organismos de salud del mundo descartan verdaderos peligros para las embarazadas.
Una de las más de 1.500 mujeres que se vacunaron contra la Rubéola en el marco de la campaña que está llevando a cabo la Subsecretaría de Salud en el Hospital y los Centros de Salud, desató una situación de alarma porque después de recibir la dosis, se enteró que había puesto en peligro su embarazo.
El pasado 28 de Agosto, la mujer que tiene 38 años concurrió al nosocomio para cumplir con el esquema de vacunación obligatoria de su bebé de seis meses. En el lugar le indicaron que también ella debía aplicarse una dosis indicada para su edad. “Me dijeron, mamá vos también tenés que vacunarte porque estamos haciendo una campaña para mujeres menores de 40 años que todavía son fértiles. Pero en ningún momento me hablaron de la Rubéola”, explicó.
Aceptó entonces colocarse la vacuna sin pensarlo dos veces y sin consultar a nadie más. Dos días más tarde, hablando con su esposo que es médico se enteró que se había aplicado una vacuna peligrosa y contraindicada para su estado, porque son conocidos los riesgos que esa enfermedad provoca en los fetos en formación.
“En ningún momento me preguntaron si estaba embarazada. Después me fijé que tampoco los carteles que están colocados en el Hospital avisan que no se vacunen las embarazadas”, dijo la mujer preocupada.
Niegan peligros
El Director del Hospital Subzonal de San Pedro, Dr. Sebastián Francisca, dijo a este medio conocer el caso pero descartó que la vacuna pueda afectar el embarazo de cualquier mujer.
Según explicó, por los propios miedos que hay en la población sobre esta enfermedad, se recomienda que no se vacunen las embarazadas pero esto no quiere decir que existan verdaderos peligros. Así lo han establecido los más importantes organismos internacionales de salud, e incluso la pasada semana, en las Jornadas que se desarrollaron en el Salón Dorado de la Municipalidad, lo reiteró la Directora de epidemiología de la provincia de Buenos Aires, la Dra. Weiss.
La mujer en cuestión explicó que el primer contacto lo establecieron con el médico que está a cargo de la campaña y que éste les dijo “que es terrible lo que pasó pero que habrá que hacer un seguimiento”, y en ningún momento le dio “garantías de lo que puede pasar en el futuro”. Posteriormente, su marido se reunió con Francisca y recibió las mencionadas explicaciones que descartan tales riesgos.
Pero el matrimonio sigue teniendo dudas. Incluso la mujer se comunicó con el Hospital Italiano en la Capital Federal para consultar cómo se estaba desarrollando allí esta campaña de vacunación. Desde ese nosocomio, le confirmaron que las embarazadas no pueden recibir la dosis, por lo que además de consultar a las mujeres antes de aplicársela le solicitan que si tienen dudas por un posible embarazo concurran luego de realizarse el test que lo descarte. “En todo caso, se tienen que asegurar que una embarazada se vacuna por decisión propia, pero qué mujer se arriesgaría? También les indican que no pueden gestar hasta tres meses después de vacunarse”, explicó.
Rubéola y riesgos
La rubéola es una enfermedad producida por un virus. Se considera que cada 3 ó 4 años se produce una epidemia, aunque la enfermedad es menos contagiosa que el sarampión o la varicela. Al revés de lo que ocurre con el sarampión, que normalmente aparece en la primera infancia, muchos niños no se contagian hasta que son bastante mayores: el 10-20% de los jóvenes de 20 a 25 años no ha tenido la enfermedad. De hecho, mucha gente pasa una forma tan leve de rubéola, que no llega a diagnosticarse.
La enfermedad se disemina «por gotitas». Es decir, a partir del aliento de una persona infectada se expelen gotas microscópicas que se desplazan por el aire y alcanzan a una persona sana. Las gotas que contienen el virus se depositan en la boca, la garganta y la nariz, desde donde se diseminan al resto del organismo.
Se manifiesta cuando aparece una erupción de diminutas manchas rosadas. Suele comenzar detrás de las orejas, desde donde se extiende por todo el cuerpo. Desaparece en dos o tres días, sin tratamiento.
La prevención se realiza aplicando la vacuna triple vírica, que protege frente a la rubéola, el sarampión y las paperas. Es una vacuna combinada que se recomienda en la niñez. Es aconsejable administrar la primera dosis cuando el niño cumple 15 meses, aunque en algunos casos no proporciona la inmunidad adecuada, por lo que se suele facilitar una segunda dosis antes de la escolarización (entre los cuatro y los seis años) o antes de la adolescencia (entre los once y los trece años). En cualquier caso, también se recomienda la vacunación en personas adultas que no recibieron la inmunización durante la infancia.
Los problemas más graves asociados a la rubéola suelen presentarse en mujeres embarazadas que contraen la enfermedad durante la gestación o en los meses anteriores al embarazo. En estos casos existe un alto riesgo de que el feto se contagie y desarrolle el Síndrome Congénito de la Rubéola, que puede provocar la aparición de defectos congénitos en el niño, tales como pérdida de visión y ceguera, pérdida de audición, patologías cardíacas, retraso y parálisis cerebral o dificultades a la hora de empezar a caminar.
Los bebés con este síndrome pueden presentan bajo peso al nacer, diarrea, neumonía y meningitis. Las primeras 8 semanas de gestación son las más susceptibles para el feto, con mayor probabilidad de defectos congénitos, ya que es una época muy importante del crecimiento fetal, con numerosos órganos y sistemas en pleno desarrollo, que pueden verse afectados por el virus.
Textos especializados
La bibliografía sobre la vacunación contra la Rubéola confirman riesgos en escaso porcentaje pero riesgos al fin, en las mujeres embarazadas. El Libro de Medicina Interna de Jay H. Stein, en su Tomo II, explica que “Los virus atenuados de la vacuna de la rubéola pueden atravesar la placenta e infectar al feto. Se ha comunicado un caso de aborto espontáneo, en el que el feto estaba infectado y presentaba cataratas, lo cual indica el potencial teratógeno de la vacuna; sin embargo más de 110 mujeres vacunadas inadvertidamente durante el primer trimestre de embarazo dieron a luz niños clínicamente normales. Por tanto, el riesgo de malformaciones no parece superar el tres por ciento”. En Internet, existen varios sitios de salud que hablan del tema. En Geosalud.com se explica que “No se aconseja la aplicación de la vacuna contra la rubéola en la mujer embarazada. Se recomienda que si una mujer en edad fértil recibe la vacuna contra la rubéola, no fecunde en los 3 meses siguientes a su aplicación. El riesgo de malformaciones es teórico, o sea se ha calculado con base en mujeres que recibieron la vacuna, y es de 1.6%. Sin embargo dado que el riesgo existe, lo más recomendable es que todos los niños y niñas sean inmunizados con una primera dosis de vacuna a los 15-18 meses y una segunda dosis a los 7 años; o bien si por alguna razón la vacuna no se aplicó a esas edades aplicarse durante la adolescencia”.