Agredieron salvajemente a una alumna de la escuela Comercial
La víctima fue asistida en la Dirección y luego familiares la trasladaron a la guardia médica, donde constataron heridas en el ojo derecho y en el cuero cabelludo. La agresora fue denunciada también por intentar empujar a la niña de 13 años por una de las ventanas del aula en el segundo piso. Qué hay que hacer en casos de violencia en la escuela.
La denuncia fue radicada por la mamá de la víctima y a partir de a difusión del caso en Radio Cuarentena, otras familias refieren que en otros establecimientos se registran cotidianamente hechos similares. En este caso, la profesional del derecho que habló en Radio Cuarentena supo cómo manejarse y exigir pero no todos los padres conocen los pasos a seguir.
La simple lectura de lo expuesto en sede policial es suficiente para despertar el alerta para solicitar un cese de la violencia en el ámbito escolar. La alumna de 13 años relató en el expediente que la alumna agresora “se interpone en su camino y le refiere “Qué tanto le tenés que decir a la directora. Qué, no te sabes defender”, que ante esto dicente se da vuelta y la misma la toma de los cabellos arrojándola al suelo, que una vez allí comienza a efectuarle golpes de puños y patadas en todo el cuerpo para luego empujarla hacia una ventana. Que seguidamente, dicente refiere que XXX la vuelve a tomar y comienza a golpearla con un teléfono celular en la cabeza hasta que sus compañeros las separan e hicieron cesar los actos de XXX, agregando que desconoce el motivo de la agresión”.
Esta mañana, la madre relató: “yo me dirijo al establecimiento a hablar con la directora Karina Cnockaert” ya que el día anterior su hija le había contado que otra alumna del establecimiento la había mirado mal y luego la había empujado mientras le hacía señas amenazantes.
“El día miércoles fui a hablar con la directora y le expliqué la situación que mi hija había sufrido en los pasillos del establecimiento”, remarcó la mujer en señal de haberse anticipado al desenlace de una golpiza que pudo haberse evitado. “…y bueno me dijo que me quedara tranquila, que iban a hablar con la menor, que no iba a pasar a mayores”.
“Llego a mi casa, todo bien y alrededor de las 15 o sea una hora más tarde, me llama una compañera de mi otra hija que está en cuarto y me dice que por favor vaya a la escuela porque a mi hija la habían golpeado. Agarro el teléfono miro mi Whatsapp y tenía mensajes de mi hija que me decía “mamá sácame ya de la escuela, que me mataron a palos”. Me voy de mi casa como loca, me acerco hasta el establecimiento y ahí me la encuentro en la Dirección con mi hija golpeada en el ojo derecho. Le había pegado con un teléfono celular en el ojo y no solo en el ojo si no en la parte de la cabeza. La había tirado al suelo y la había intentado tirar por una ventana. Ellos están en el segundo piso, hay dos aulas y ahí está segundo primera y segundo tercera”.
Soledad contó luego lo que sucedió al llegar al establecimiento cuando vio a su nena con heridas. ”Me doy vuelta y la miro a Karina y le digo “no hace ni una hora que terminé de hablar con Usted. Y ahí me dijo “sí, yo la tuve acá”. No es el tema yo la tuve acá sentada. Esto no es así”, le digo. Hasta cuándo vamos a seguir así. A principio de año otra chica, ahora es mi hija. Que están buscando, que maten a los pibes, que vengan con un arma blanca y se terminan matando entre ellos o que los padres tengamos que hacer justicia por mano propia porque Usted no hace nada. Y ahí me dice: “mamá tranquilízate. Tranquilízate”.
“Recién en el el día de ayer (por el jueves) me acerqué nuevamente al establecimiento para ver qué medidas iban a tomar porque me fui hasta la Jefatura Distrital. Le expliqué a la Jefatura Distrital y no estaba al tanto de nada. Yo no quiero sacar a mis hijas del establecimiento, pero no quiero que esto quede como algo encajonado, literalmente porque hoy fue mi hija, mañana puede ser otro menor y así sucesivamente”, concluyó.
La alumna perdió dos días de clases y por el momento el compromiso asumido es que se le indicará a la agresora un tratamiento psicológico.
Por su parte Soledad apunta a una situación que se naturaliza a diario y que por su profesión de abogada criminalista teme que derive en situaciones que las autoridades educativas no puedan controlar.
“Lo único que espero es que esto de una vez por todas no solo se termine en este establecimiento, se termine en general. Ahora pedí hacerlo público para decir basta, pero sé que esto pasa en todos los establecimientos escolares y muchas personas se callan por miedo”.
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