Advierten sobre la responsabilidad local en los incendios
Un grupo de dirigentes de la zona, entre ellos el concejal Javier Sualdea, participó de un encuentro regional de medioambiente en el que se confirmó la presentación ante el Comité Federal del Medioambiente de la problemática que enfrenta la zona que la quema indiscriminada de islas. En toda la cuenca del Paraná hay reclamos fuertes contra la Provincia de Entre Ríos en donde se originan la mayoría de los focos pero se denuncian casos en los que el fuego es originado en las orillas o en las islas que pertenecen a San Pedro. Algunos especialistas reconocen que la contaminación actual de las islas es peor que la de las papeleras y advierten sobre el alerta ecológico que provocará el incremento de ganado en las islas.
El concejal Javier Sualdea, del Frente para la Victoria, participó durante el fin de semana pasado en Villa Cacique, Partido de Benito Juárez, de una reunión provincial de comunicadores y capacitadores sociales en la que se abordaron diferentes temas relacionados con el medioambiente. El edil, en representación de la ciudad de San Pedro presentó allí notas y fotos publicadas por los medios de prensa locales que reflejan puntualmente la preocupación existente a partir de la contínua quema en las islas que está generando grandes daños ecológicos a las zonas que arden y a la vez trastornos periódicos a los vecinos de la otra orilla, sobre el casco urbano de la ciudad.
En este encuentro volvió a quedar en evidencia el nivel de responsabilidad que les compete a las autoridades entrerrianas que no dan respuestas, ni a los reclamos sampedrinos ni a los de otras ciudades con mayor cantidad de habitantes y por lo tanto mayor nivel de queja.
El Dr. Sualdea se presentó en esta reunión con publicaciones aparecidas meses atrás en San Pedro y especialmente con una foto que aportó un colaborador de La Opinión, tomada desde el edificio Paraná en la que se observa todo el horizonte ardiendo detrás de imágenes emblemáticas de San Pedro.
Esa foto, otras y las notas periodísticas llegaron a un ámbito en el que además ya se había tomado registro del problema a través de entrevistas realizadas desde La Radio en donde se plantearon las jurisdicciones y responsabilidades como algo central.
El concejal, al regreso de esta reunión remarcó que está dentro de la agenda para la próxima reunión del Comité Federal del Medio Ambiente, tratar el problema que existe en la zona norte de la Provincia de Buenos Aires.
El COFEMA es el organismo encargado de formular una política ambiental integral y coordinar estrategias, planes y programas de gestión regionales y nacionales, propiciando políticas de concertación como modo permanente de accionar, con todos los sectores de la sociedad involucrados en la problemática ambiental. En el problema que se genera en San Pedro hay una serie de combinaciones en cuanto a las responsabilidades que convierten al caso en algo diferente a lo que hoy ocurre en Rosario, por citar una de las ciudades con un problema similar. “En San Pedro hay denuncias concretas de vecinos de la propia ciudad que van y encienden en la isla que es jurisdicción de Entre Ríos y eso implica una atención combinada de las provincias y sus municipios”, expresó un funcionario de la Secretaría de Política Ambiental que desde hace un mes está elaborando una presentación sobre el particular.
En Rosario hay casos parecidos, pero en menor medida porque está más claro que son los propios propietarios entrerrianos los que promueven el fuego y los rosarinos los que lo sufren.
Acto vandálico
Una de las conclusiones más preocupantes que por ahora aleja cualquier posibilidad de intervención firme para evitar estas quemas (aunque ya queda poco por encender), es que por tratarse de un acto vandálico, no se puede intervenir salvo que la persona que realiza el encendido sea visualizada en el preciso momento en el que lo hace. “Es difícil acusar a alguien como autor de un incendio forestal, sobre todo en una superficie tan amplia y con tantos focos”, confió uno de los asistentes a la reunión de Benito Juárez.
Lo que sí está claro es que ha habido varias denuncias de ambientalistas locales o expertos en seguridad que apuntaban a quemas locales y en territorio netamente sampedrino que se han confundido por error u omisión con las de las islas. Una fuente que pidió no ser revelada confirmó que en las últimas semanas se han registrado quemas en clubes y zonas de islas frente a la costa sampedrina, con el propósito de limpiar y que por causas del viento y la falta de agua se han ido de las manos.
Otra de las versiones surgidas en los últimos días apuntaba al fuego que habitualmente se genera en Papel Prensa con el proceso de algunos de sus desechos pero las mismas fueron categóricamente desmentidas.
En los próximos días habrá un pedido concreto de mayores controles en la zona y un llamado firme a una intervención local en cada zona afectada como punto de partida, previo a alguna decisión interprovincial que sólo surgirá si para los funcionarios el tema deja de ser una molestia cuando hay humo y se prolonga el interés al resto de los días.
Alerta ecológico
Lo que muchos vienen diciendo y sosteniendo desde hace tiempo encuentra respaldo científico en las opiniones de algunos especialistas cuyos comentarios fueron publicados en Rosario y que accedieron a dar mayores detalles a La Opinión. Sostienen que las actividades que se realizan en las islas son cada vez más nocivas y perjudiciales, no sólo para los vecinos que reciben el humo, sino para el amplio delta medio del Paraná. Dicen que “el exceso de acciones en el humedal pueden producir efectos cancerígenos, aunque esta es la punta del iceberg de un problema aún mayor. La cría indiscriminada de ganado en las islas producirá un impacto ambiental mayor a la radicación de las papeleras en Fray Bentos, Uruguay”.
Los responsables de estas afirmaciones son nada más y nada menos que el director del Colegio de Ingenieros Especialistas de la provincia de Santa Fe y docente de la Universidad Católica Argentina, Claudio Belloso, y la coordinadora del área tóxicos del Taller Ecologista, Cecilia Bianco. Ambos hicieron un diagnóstico de los constantes incendios y de la dimensión que tendrá el ingreso de miles de cabezas de ganado en los territorios isleños entrerrianos. “Para eso se quema, y hay consecuencias graves en ciernes”, dijeron a La Opinión”. La combustión del residuo vegetal genera básicamente la liberación al cielo de dos compuestos: las dioxinas y los furanos «con un potencial efecto cancerígeno», dice Belloso.
Sin embargo, para el especialista éste no es el único impacto importante. En las plantas que se están quemando hay átomos de cloro. Bianco dijo también que «al momento de la combustión se forman dioxinas y furanos en una proporción que depende de la cantidad de toneladas que se incineren».
Este punto fue analizado en un informe realizado por científicos argentinos para las Naciones Unidas. Se trata del primero sobre liberación de dioxinas y furanos de la Argentina que marcó, en 2001, que el 80 por ciento de la incidencia de estos compuestos corresponde a la quema de pastizales en el país.
Estos ambientalistas se han adelantado a otros al remarcarle al gobierno de Entre Ríos que la cría indiscriminada de ganado en la zona de islas y las quemas que se producen para promoverla “producirán un efecto negativo ambiental muchísimo más grande», resaltó Belloso. Los datos son concretos: «Diez mil cabezas de ganado producen la misma cantidad de materia fecal que 210 mil habitantes. La disposición final en la zona de islas resulta difícil de imaginar. Los campos ganaderos se asientan en un humedal donde hay riachos y lagunas, así como aguas prácticamente estancadas donde llega la materia fecal de las vacas, que contiene nitrógeno y fósforo, arrastrada por las lluvias. Ambos actúan como nutrientes y, en las aguas, producen un proceso de crecimiento de algas cuya proliferación genera que se tape la luz del sol y mueran las plantas subacuáticas que suministran alimento para los peces.
Actualmente, los incendios de pastizales en las islas generan un daño significativo cuando se queman residuos vegetales, «se está quemando una célula vegetal y se producen dos compuestos cancerígenos». Esto es lo que los sampedrinos aspiran cuando el viento proviene del noreste y del sureste, las direcciones más habituales en la zona.