Adiós a Lorenzo García: En su homenaje, Osvaldo Príncipi lo comparó con Floyd Mayweather
En su habitual columna de La Nación, el reconocido periodista especializado en el deporte lo recordó como un "campeón pudiente" en su época y, una vez retirado, un "buscavidas amable". "Respetó y admiró a sus colegas. Los potenció y agigantó, en su auge y en el ocaso. Algo que el estadounidense jamás se animaría a realizar", resaltó.
Osvaldo Príncipi es un periodista especializado en boxeo de mil batallas, siempre desde abajo del ring. En su larga y exitosa trayectoria tuvo el privilegio de relatar y presenciar combates de Lorenzo Luis García, el sampedrino que falleció el miércoles a los 62 años tras luchar contra una larga en enfermedad, y en su columna en el medio gráfico y digital La Nación lo homenajeó comparándolo con Floyd Mayweather, exmulticampeón de Estados Unidos.
El mano a mano que describió Príncipi resaltó lo que, desde su punto de vista, fueron uno y otro: "Las recientes resoluciones indescifrables de Mayweather y el recuerdo de García constituyen el armado de una nota editorial compleja y opuesta. Dos personajes disímiles y con muy pocas cosas en común. Quizás una sola: los maravillosos recursos defensivos expuestos sobre el ring que los llevaron a conseguir resultados grandiosos e inesperados".
En las siguientes líneas de su escrito titulado "Lo insoportable de Mayweather y la simpleza de Lorenzo García", el comunicador nacido en Mercedes apuntó a la necesidad del ya retirado estadounidense de realizar "fuertes" anuncios públicos (por ejemplo, su revancha con el filipino Manny Pacquiao) para opacar otros grandes eventos deportivos "como si no existiera el boxeo" después de él.
"Lorenzo era la imagen del respeto, propagada por su entrenador, don Abelardo Castillo, que lo formó en el mítico gimnasio. El Grillo de San Pedro con las bases tácticos de esos tiempos. La defensa por sobre todas las cosas para practicar el arte de 'no dejarse pegar'", agregó Príncipi quien, al mismo tiempo, aclaró que "no era espectacular ni lúcido" sino "raro pero seguro de sí mismo".
Por último, cerró su columna de opinión con unas líneas que evidenciaron la grandeza del sampedrino y su lejanía con el excéntrico norteamericano: "Murió en silencio y en la humildad, en la que siempre vivió. Su final fue duro y sufrido. Fue campeón pudiente en su período de oro y buscavida amable. Respetó y admiró a sus colegas. Los potenció y agigantó, en su auge y en el ocaso. Algo que Floyd Mayweather jamás se animaría a realizar".