Adiós a una maestra de vanguardia
Ha partido rumbo a la eternidad Martha Silva de Diez, quien fuera para mí el primer impuso a mi libertad, a la de pensamiento, a la de acción, la que me estimuló a pensar que vivir “diferente” era posible en esta sociedad tan díficil.
Nos enseñó a mirar un poco más allá de la nariz, fue una maestra de vanguardia, con gran vocación por la docencia, integra, total y dispuesta a vivirla con pasión.
Cuando la llamé para saludarla, el 11 de noviembre próximo pasado, como lo hice durante 43 años, le dije “tenemos que tomarnos un tecito en Babieca, que aunque descubramos el paso del tiempo en el uno y en el otro, vamos a disfrutarlo”, y ella me contestó: “Y si no será allá arriba”. Seguramente ahora va a ser así. Adios mi maestra de la vida.
Héctor García Calderón