“Acá venimos a estudiar como a cualquier otra escuela”
Discriminación, escuelas superpobladas y padres cada vez más alterados por el futuro educativo de sus hijos componen la compleja realidad de este final de ciclo lectivo. Desde la Escuela Industrial se intenta cambiar una imagen que –dicen-, es distorsionada de un establecimiento que intenta salir de una etapa difícil. Algunos padres de la Escuela Nº 6 habían manifestado que a ese colegio asisten “drogadictos”, y los propios alumnos pidieron asesoramiento legal para defenderse.
“Los grandes nos hemos puesto muy miserables; no es culpa de los chicos”, fue una de las conclusiones que un docente ofreció sobre las cuestiones que se debatieron la semana pasada entre padres y autoridades educativas en la Escuela Nº 6, y de las que derivaron por ejemplo, en graves acusaciones sobre los alumnos que asisten a la Escuela Industrial.
La exposición que una madre hizo en esa oportunidad para explicar por qué muchos padres no querían que sus hijos continuaran 7º grado en el establecimiento del Industrial, fue la que desató la reacción de alumnos, padres y docentes de ese colegio. Mencionó que a esa escuela asistían “drogadictos” y otro padre se sumó diciendo que en varias oportunidades un hombre había sido visto acercándose a los chicos a través de las rejas del patio que da sobre la Av. 3 de Febrero.
La reacción de los chicos, padres y docentes de esa escuela tuvo varios matices esta semana, y hasta llegaron a solicitar a los directivos la posibilidad de contar con un asesoramiento legal para dar curso a semejantes acusaciones. “Nos pareció que era necesario no abrir más el debate. Porque fue una mujer que habló en un momento de cólera, y que cuando fue consultada para que denuncie formalmente lo que estaba diciendo, dijo que se lo habían comentado”, explicó el vicedirector del establecimiento. “Me dolió tanto lo que dijeron el lunes… Una de las chicas de la escuela me dijo que le tenemos que demostrar que somos gente, y acá venimos a estudiar como en tantos otros lados”, expresó la mamá de un alumno posteriormente.
Entre semejantes comentarios, la principal cuestión planteada pareció quedar postergada: la falta de espacio en las escuelas para recibir a una creciente población de estudiantes y el desorden institucional que, como en el caso de la Escuela Nº 6, generó la nueva creación de una Escuela Secundaria Básica.
Visitas guiadas
Esta semana, los padres podrán comenzar a firmar en la planilla correspondiente para elegir dónde cursarán sus hijos a partir del año que viene. Dentro de la Escuela Industrial pero en aulas separadas -para los alumnos que pertenezcan a la ESB de la Escuela Nº 6-, y en aulas comunes del mismo edificio –para los chicos que seguirán en la Técnica. Pero además, lo que se decidió es que los padres que lleguen a la escuela para adherir a una propuesta, primero visiten la Escuela Industrial y la recorran para conocer cómo funciona. “Los que se quejaron fueron unos pocos padres y la gran mayoría nunca pisó la escuela, entonces, cómo pueden hablar?”, dicen directivos y docentes.
Ellos son los que hablan de discriminación sobre un establecimiento que hoy quiere cambiar su imagen, alterada por las irregularidades administrativas y de conducción que tuvieron lugar años atrás.
Y los propios chicos son los que aparecen dispuestos a colaborar. El lunes pasado, grupos de 1º año de las divisiones Tercera y Quinta aprovecharon el feriado para pintar dos aulas, y días atrás, otro grupo de 3º año -que había sido sancionado por beber alcohol en el establecimiento- cumplió sus “tareas comunitarias” pintando el gimnasio del edificio durante los viernes a la noche.
Igualmente, otra propuesta en danza para evitar que los chicos de la ESB se “mezclen” con los de Polimodal dentro de la Técnica, sería desplazar los horarios para que no concuerden ni los recreos ni la salida de clases.
“Los chicos estaban totalmente amargados por las cosas que se dijeron de ellos; nosotros estamos trabajando junto con ellos para sacar la escuela adelante y no se merecen esos comentarios, por eso le pedimos a la gente que si sabe algo tan grave, que lo denuncie”, explicó una madre que participa de la cooperadora. “En la comisión estamos cobrando $ 2.000 por mes, paga casi todo el mundo. Si la gente no estuviera de acuerdo, si los padres tienen tantos reclamos para hacer, no pagaría nadie”, agregó.
Entre otros argumentos, se reconoce que este año a esa escuela ingresaron 180 chicos que en otros establecimientos, como la Escuela Normal, no encontraron espacio. Y off the record, los docentes aseguran que en ese otro colegio se solicita el boletín para seleccionar a los alumnos que tienen mejor nivel, otro tipo de discriminación que también es responsabilidad de los adultos.