Abuso a expareja: víctima y acusado dieron sus versiones sobre el caso
La semana pasada un hombre de 31 años fue detenido acusado de “abuso sexual con acceso carnal agravado y privación ilegal de la libertad”. La víctima llegó a La Opinión y contó el calvario que vivió durante los días en los que estuvo cautiva. Por su parte, desde la Unidad Penal N° 3, el acusado también habló y dijo que “es todo mentira”. La actuación de UCEFF.
La Fiscalía N° 11 ordenó la detención de un hombre de 31 años que en septiembre fue denunciado por su expareja por “abuso sexual con acceso carnal agravado y privación ilegal de la libertad”. La causa avanza y el aprehendido está, además, acusado de un robo calificado.
El expediente tiene un relato sobre los hechos de aquel fin de semana de septiembre que la víctima repitió en la redacción de La Opinión, donde llegó junto a su pequeño hijo.
Con la voz temblorosa y quebrada en llanto, contó el calvario que le tocó vivir durante esos días, el miedo que sintió, las palizas que recibió y la pésima intervención de los organismos que deben ocuparse de su caso, más allá de la Justicia.
Cuando ya había empezado 2017, desde la UnidadPenal N° 3 de San Nicolás, donde se encuentra alojado, el acusado también se comunicó con este medio para dar su versión y reclamar su inocencia.
“Nosotros tenemos un hijo y lo tenía él. Después me entero que el nene andaba solo en la calle y me empecé a preocupar, se lo pedí y accedió, me pidió que lo fuera a buscar.Yo fui un viernes. Él empezó a decirme que me quedara, en su casa del barrio La Tosquera. Sabía que si le decía que no me iba a pegar”. Así comenzó su relato la joven.
Contó que el domingo salieron de la casa hacia una doma. Allí, dijo, todo empeoró. Cuando la fiesta campera terminó, ella quiso volver a su casa. Se lo planteó y discutieron. En medio de esa discusión pasaron unos tíos de la chica, que se llevaron al nene. “No había nadie cerca y por miedo me fui con él”, recordó.
“Me llevó de los pelos a la casa, que quería hablar. Cuando llegamos, escondió todo, de manera que no pudiera defenderme. Me llevó a la pieza, me agarró de los pelos, sacó un cuchillo que había comprado en la doma. Me agarró de los pelos y me dijo que se las iba a pagar, que si gritaba me iba a matar”, relató.
“Me hizo desvestir entera y me agarró con un cinto de cuero que tenía, y a las trompadas, casi me mató”, rememoró la joven. Tras esa paliza, él le dijo que se fuera. Así, desnuda como estaba. Tras pensarlo, decidió marcharse. No la dejó. Los golpes comenzaron otra vez. “No me importa que mueras, total con qué te puedo pagar”, contó que le decía.
“Él había cortado un palo de escoba para amasar, como de 25 centímetros, y me lo quería meter”, relató, avergonzada. En ese momento la chica estaba embarazada de cinco meses. “Me iba a reventar la bolsa del bebé. Entonces me defendí y empecé a forcejear, le clavé las uñas y le saqué un pedazo de piel. Me salvó que la nena de mi tío trajo al nene”, señaló.
Dijo que le temblaba el cuerpo de la paliza que había recibido. Que en ese estado fue a buscar a su hijo mayor, de ocho años, que estaba con el padre. El lunes fue igual. El martes,sin embargo, él se fue a trabajar y ella salió. Se le pinchó la bicicleta pero siguió. Pasó por lo de su cuñada y le mostró las marcas de la golpiza.
Quiso ir a denunciar, pero se encontró con una sorpresa. “Fui al Destacamento y no había nadie, estaba cerrado”, sostuvo y agregó: “Entonces me fui a la escuela 16 y la Directora me dio para un remis, para poder ir más rápido. De ahí me vine a la Comisaría de la Mujer”. Luego relató el calvario en Fiscalía.
“Soy inocente”
El detenido –cuya identidad, al igual que la de la víctima, dispuesta a darla, se preserva para proteger a los menores involucrados– llamó a La Opinión el lunes pasado desde la cárcel.
“Llamé a la Fiscalía y les dije que vayan a hacer pericias. Yo no la tuve secuestrada, soy inocente”, aseguró.
“Yo reconozco que he delinquido, he pedido trabajo en el hospital, en la municipalidad, en todos lados, hasta que me salió el trabajo que tenía –en un establecimiento rural–; antes de volver con ella yo vendía ropa. Nosotros no tuvimos ningún episodio, ella debe ser bipolar. Te dice que te ama y después volvés de trabajar y desaparece. Dijo que quería criar a su hijo conmigo, pero pasan las horas y hace borrón y cuenta nueva”, contó.
Sobre la denuncia, señaló: “Cómo la voy a tener secuestrada si yo iba a comer, a tomar helado, a comprar cosas al centro con ella. Yo entraba a la casa de ella, ella salía lo más bien de su casa. Yo leí su declaración. Yo no tengo nada que ver, todo es mentira”.
“Cómo voy a mantener a una persona privada de su libertad. Yo lo sufrí, estuve preso todas las veces por robo, y no quiero volver a la cárcel, yo sé lo feo que es”, indicó y aseveró: “Ya pagué lo que hice. Yo tengo 31 años. Todo lo que ella dice es mentira. Esto que me hizo a mí, causa indignación”.
“No tengo asistencia de UCEFF”
Con miedo, la víctima de esta historia pidió asistencia a UCEFF. Estuvo unos días contenida y le dieron alojamiento en el Instituto Sarmiento.
“Estuve ahí porque les pedí por favor. Les pedí asistencia psicológica, pero no me llamaron más”, contó.
“Me atendieron dos mujeres. Desde septiembre, que sucedió el hecho, hasta ahora, no tuve asistencia. Fue una chica de San Nicolás, ella fue por el tema de la denuncia”, explicó.
Cuando apenas hizo la denuncia, la Justicia dictó una medida de exclusión perimetral que el acusado violaba sistemáticamente, según relató la joven. Por eso volvió a pedir ayuda aUCEFF, sin éxito.
“Yo les pedí que me dieran un lugar para estar con los nenes y me dijeron que no. En esos tres meses tras la denuncia, él me fue a buscar varias veces. Como yo tengo mi casa, me decían que tenía que estar ahí”, informó sobre la actuación del organismo.