Abuso en Santa Lucía: segunda jornada del juicio que evalúa la responsabilidad de un docente de música
Los padres de las presuntas víctimas lo denominaban como el "ángel de la bicicleta". Hoy los testigos y el docente acusado aguardan los resultados de la segunda jornada en la que el fiscal Marcelo Manso expone la prueba recogida desde 2017 a la fecha.
Tal como anunció en el mes de septiembre, el fiscal Marcelo Manso intentará que el Tribunal N° 2 considere válidas las pruebas presentadas y las declaraciones de los padres de las víctimas del delito que se investiga desde el mes de mayo de 2017.
Por entonces, un grupo de padres y madres acudieron a los medios en procura de llamar la atención de las autoridades educativas que no ofrecían respuestas ante los relatos que sus hijos efectuaban sobre el docente acusado de prácticas aberrantes.
Los niños que hoy ya tienen entre 9, 10 y 11 años por el tiempo transcurrido desde que declararon en cámara Gesell a la actualidad buscarán explicaciones puesto que en al menos tres casos las pericias psicológicas previas a la declaración consideraban que se trataba de un “relato contaminado”. Tampoco hubo posibilidades para los niños que se resistieron a pericias físicas y con ellos la fiscalía no tuvo la posibilidad de sumar pruebas en línea con la gravedad de la situación que crecía en las protestas organizadas por los papás tanto en la lolcaidad como en San Pedro.
Cabe recordar que nunca se pudo certificar que los dichos de la primera denunciante que referían a lesiones íntimas constatadas por un pediatra sobre una de las alumnas no llegó a ser considerada. Fueron otros dos relatos los que permitieron mantener el trámite del juicio, que hoy tendrá tratamiento en San Nicolás.
Respecto de esta causa, el fiscal Marcelo Manso había declarado en Radio Cuarentena: “No siempre llevamos a juicio a la persona con el completo convencimiento de que es el autor del hecho, a veces existen algunos márgenes de duda y para eso está el juicio”, dijo en referencia a estas dos jornadas de debate que culminarán con una absolución o una pena.
Cabe recordar que el relato de la primera denunciante, que era la que había dado pie a la denuncia, no pudo ser incluído como prueba. Las lesiones íntimas por las que consultó a una pediatra no quedaron documentadas. Fueron las circunstancias incorporadas por otras dos familias las que permitieron mantener el juicio en trámite.
Los elementos parecían escasos. Referían a canciones como “la viborita” y la “manguerita del bombero” o los ejercicios que describían las partes íntimas de los niños.
Al igual que en el caso del Jardín Belén, el personal y los directivos se mostraron reticentes a brindar detalles. Señalaron que en el edificio no había lugares posibles para ese tipo de prácticas y que los alumnos nunca quedaban solos con los profesores de música ni de educación física. Esto mismo tienen que repetir ahora en las audiencias a las que fueron citados como testigos.
En la localidad lo llamaban “el ángel de la bicicleta” por las frecuentes recorridas nocturnas por las calles del pueblo.
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