$ 3 millones de superávit y 78 % de los recursos en sueldos
El viernes 29 de marzo, para cumplir con la fecha correspondiente en tiempo y forma, el gobierno de Cecilio Salazar envió al Concejo Deliberante la Rendición de Cuentas correspondiente al ejercicio 2018.
Los concejales recibieron el expediente una semana después, lo que implica que el análisis ya empezará con quejas. Luego de la debatida rendición 2017, en la que el gobierno de Salazar tuvo un déficit que lo ubicó en un lugar de gestión económica por debajo de los peores años de Guacone, 2018 fue de repunte.
Mientras los ediles hacen su análisis, La Opinión trae en esta edición los primeros dos puntos relevantes de su propia lectura del expediente: el superávit real de poco más de $ 3 millones –cuya composición será materia de próximas publicaciones– y el 78 % de gasto de los recursos de libre disponibilidad en sueldos.
El superávit de Cecilio
En su mensaje anual, el intendente había dicho que, sin contar la deuda, había pasado de un déficit superior a los 100 millones de pesos a un superávit de $ 73 millones. Ese mismo día, el secretario de Economía aclaró que, contando la deuda flotante, el resultado era de alrededor de $ 7 millones a favor.
Según la Rendición de Cuentas enviada al Concejo Deliberante, el ejercicio económico del año pasado terminó con un superávit de 3.044.846,35 pesos. A esa cifra se llega con la comparación de los ingresos efectivamente percibidos y los egresos devengados.
El gobierno percibió, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del año pasado la suma de 1.136.393.821,76 pesos y devengó, en el mismo período, $ 1.133.348.975,41. De ahí el resultado superavitario de poco más de $ 3 millones.
Los ingresos corrientes fueron de poco más de 100 millones, a los que hay que sumarles 4,3 millones de recursos de capital De esos 1.010 millones percibidos, 250 millones corresponden a fondos afectados. Para llegar a la cifra total de 1.136 millones deben sumarse 125,8 millones de fondos afectados.
Como se dijo, los concejales de la oposición recibieron los documentos de la Rendición de Cuentas para su análisis una semana después de que ingresaran, lo que promete debates en la reunión de la Comisión de Presupuesto. La primera era el martes 2 de abril, que fue feriado. Aunque esperaban una reprogramación para no posponer la tarea, no tuvieron suerte.
Semanas atrás, el secretario de Economía, Fabián Rodríguez, mantuvo una discusión con los ediles de la oposición durante una reunión de la comisión que preside Martín Pando, cuando fue convocado para explicar los alcances de los préstamos solicitados a Provincia.
Ese encontronazo estuvo relacionado con el reclamo por parte de los opositores respecto de la situación económico financiera del Estado local, a lo que Rodríguez respondió que esperaran la Rendición de Cuentas, que ahora tienen en sus manos.
El gasto en salarios, siempre alto
El gobierno de Cecilio Salazar disparó, en sus dos primeros años de gestión, el porcentaje sobre los recursos disponibles que se lleva la masa salarial: como siempre, pero peor, sus ejercicios 2016 y 2017 tuvieron un altísimo gasto en sueldo. En el último año, lograron bajar su marca, aunque siguen por encima de la era Guacone.
Según la Rendición de Cuentas 2018, el gasto en personal devengado fue de 594.933.905,94 pesos y los ingresos ingresos de libre disponibilidad percibidos sumaron $ 760.489.249,35. Es decir que la masa salarial insumió el 78,2 por ciento del total de recursos disponibles, sin contar, por supuesto, fondos afectados.
La gestión Salazar logró bajar sus registros: tanto en 2016 como en 2017, el gasto en sueldos fue del 85 por ciento y ahora cerró siete puntos por debajo de esas cifras, lo que implicó una leve reducción que ya había sido celebrada por los funcionarios.
“Hemos restringido el límite de horas extras, se iba mucho dinero en personal, sin resentir la prestación de los servicios”, dijo el secretario de Economía el día del Mensaje Anual. “Sueldos es el gasto mayor de este municipio, por lo que fue un punto a atacar, para ser más estrictos”, consideró.
El gobierno mantuvo una política de pase a planta temporaria de trabajadores que estaban como “decreto de ayuda social con contraprestación de tareas”, así como un pase a planta permanente de jornalizados que va, aseguraron, “por etapas”.
El ingreso de personal no cesó en la era Salazar, aunque según sostienen desde el gabinete estuvo apoyada en una importante reducción vía jubilaciones. El Presupuesto 2019 prevé 1063 empleados: 854 permanentes y 209 temporarios. Los “decretos” no forman parte del análisis porque su pago no cuenta como “salarios”.
Para este año, los sindicatos lograron un aumento salarial en cuotas que serán pagadas la primera, del 15 %, en julio, con el aguinaldo; la segunda y la tercera serán de 8 %, en septiembre y diciembre, con cláusula de revisión a fin de año. El incremento, acumulado, suma 34,13 por ciento.
El repaso del porcentaje que implicó en la masa salarial en los años previos a la asunción de Salazar da cuentas de que si bien hubo una reducción en la incidencia, la gestión actual mantiene ese gasto por encima de los de la era Guacone.
Los tres años de Guacone y el interregno de Giovanettoni tuvieron un porcentaje que no bajó del 72 por ciento ni superó el 78. El más bajo se registró en 2011 y el más alto en 2013. Durante 2014, el año que le costó el cargo al exintendente, la incidencia de los sueldos sobre los recursos de libre disponibilidad fue del 75 %. El año que gobernó el concejal Giovanettoni bajó al 73 por ciento.