27 años sin el “Pato” Morresi, el piloto cuyo legado sigue latente y su Chevrolet reluce en el ingreso a su pasaje
En el acto conmemorativo que se llevó a cabo este sábado en la plazoleta Fray Cayetano Rodríguez descubrieron un mural en mosaiquismo. No faltaron sus familiares, amigos y autoridades del Automóvil Club que, una vez, destacaron lo que fue al volante y debajo del auto.
Osvaldo Morresi hace 27 años que ya no está físicamente entre los sampedrinos pero no deja de sorprender lo que provoca su figura aun cuando hace casi tres décadas, el 27 de marzo de 1994, se accidentó y murió junto a su acompañante, Jorge Marceca, en el circuito semipermanente de La Plata durante una fecha del Turismo de Carretera (TC).
Este sábado familiares, amigos y fanáticos se volvieron a juntar para homenajearlo en el pasaje que lleva su nombre, en el mismo monolito inaugurado en agosto de 2020 pero que semanas atrás la imagen que colocaron fue vandalizada. En esta oportunidad, en el acto que organizó la Secretaría de Turismo, se descubrió un mural en mosaiquismo confeccionado por el equipo que lidera Mariana Maroli y en el que, con una bandera a cuadros de fondo, se estampó el Chevrolet que conducía cuando se produjo su falta desenlace.
El acto fue muy emotivo. Se destacaron las presencias de su esposa, hija, Paula, junto a su nieta; y de jóvenes que no lo conocieron pero sus padres y le contaron el legado que dejó el “Pato” y que aun perdura. Entre ellos, sobresalió su sobrino-nieto de 14 años quien, junto a un amigo, fue en bicicleta a observar el homenaje.
Además, estuvieron el intendente, Cecilio Salazar; la secretaria de Turismo, Marcela Cuñer; el director de Deportes, Mariano Arnal; el concejal Gerardo Pelletier y representantes del Automóvil Club. También, el Club de Autos Antiguos y Clásicos de San Pedro realizó una caravana desde Juan B. Justo y Bartolomé Mitre y exhibió los autos en la medialuna que lleva el nombre de Morresi. Durante la ceremonia, entregaron un cuadro a las autoridades del museo inaugurado el 16 de octubre de 1999.
Morresi es considerado uno de los mejores deportistas de la historia local. Ídolo de Chevrolet, su legado está más vivo que nunca y se reflejó en el nuevo aniversario de su deceso porque quienes se acercaron al boulevard volvieron a resaltar no sólo sus dotes al volante sino, por sobre todo, su calidad como ser humano.
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