200 personas por año aprenden lenguaje de señas
Muchos lo hacen por contar con familiares hipoacúsicos pero también como una salida laboral. Una ordenanza municipal estipula que en todos los actos oficiales debe haber un intérprete; sin embargo en la práctica esto no se cumple. Los dictan la Cruz Roja y la Asociación Señales de Vida.
Alrededor de 200 sampedrinos terminan anualmente los cursos de lenguaje de señas que se dictan en instituciones de nuestra ciudad. Los mismos son organizados por Señales de Vida y la filial local de la Cruz Roja.
En el primer caso, María del Carmen Torres es una de las integrantes más activa de la Asociación desde que se creó en el año 2000. Ella es la responsable de dictar los cursos de lenguaje de señas, y cuenta con una capacitación especial de la Universidad de Buenos Aires.
La mayoría de las personas que se acercan a la institución para tomar los cursos, afirma Torres, son mujeres y el promedio de edad es de 30 años. Como en el 2005, se sancionó una ordenanza que indica que todos los actos públicos a realizarse en San Pedro deben contar con la presencia de un intérprete, muchos descubrieron que estos cursos además de ser útiles y necesarios para quienes poseen familiares hipoacúsicos, pueden convertirse en una salida laboral. Sin embargo, y aunque la institución destaca la importancia de esta resolución del HCD, en la práctica no se cumple la obligación. Para recibirse de intérprete en Señales de Vida, deben aprobarse cinco niveles. Los tres primeros tienen una duración de cuatro meses cada uno, mientras que los últimos dos se extienden por seis meses.
En la Asociación Señales de Vida se abren tres cursos por año correspondientes al primero de los niveles. Los terminan alrededor de 20 personas en cada uno. Desde la institución explican que la cantidad de personas que culmina los siguientes ciclos va disminuyendo. Así, del segundo nivel se reciben 10 personas y de los últimos dos, no más de siete en cada uno.
Torres explica que realizó sus estudios en el Instituto Villasoles y que los alumnos de Señales de Vida interesados pueden rendir un examen en dicho instituto para revalidar el título a nivel nacional.
Cursos en la Cruz Roja
La Cruz Roja filial San Pedro también es una de las instituciones de nuestra localidad que, entre otras numerosas tareas, brinda cursos de lenguaje de señas. Elba Zapatella es la encargada del dictado de los mismos, y quien confirmó que la institución brinda estos cursos desde 1997, siendo la primera en dictar los mismos en San Pedro. Actualmente, está abierto uno los días martes a las 19, 30 y otro los miércoles a las 9,15 de la mañana.
A diferencia de lo que sucede en Señales de Vida, en menos de un año los estudiantes pueden recibirse de intérprete. Podrá hacerlo luego de transitar por cuatro módulos -duran dos meses cada uno-, y al cabo de los cuales los alumnos salen capacitados como para manejar el idioma de señas.
Elba explica que la mayoría de las personas que se acercan son mujeres que, en muchos casos, tienen familiares hipoacúsicos con los que pretenden comunicarse. También es frecuente que concurran maestras de escuelas especiales e incluso personas que buscan una salida laboral, aunque para Elba estos casos son minoría.
Los cursos tienen un costo de $15 la inscripción y luego los alumnos deben abonar $15 por mes, aunque recalcan desde la entidad que “el objetivo es que la gente aprenda y no recaudar dinero”. Los certificados que extiende la Cruz Roja tienen validez nacional.
La ordenanza
La ordenanza 5.515 aprobada en el 2005 surge a partir de una iniciativa de la Asociación Señales de Vida, pero fue elaborada en conjunto con el actual concejal radical Miguel Cermelli que asumió su banca en Diciembre pasado.
La ordenanza estipula que en todos los actos oficiales de la Municipalidad de San Pedro deberá haber “un intérprete de sordos e hipoacúsicos para que se cumpla el derecho de información a quienes cuentan con discapacidad auditiva”.
No estipula el pago de un salario a quienes oficien de intérpretes pero a futuro esto podría ser incluido y a partir de entonces se concretaría la esperanza de quienes buscaron en este estudio una salida laboral.