a localidad nació a la vera del ferrocarril General Bartolomé Mitre un 27 de Abril del año 1913, hace cien años. Aun conserva muchas costumbres heredadas de inmigrantes italianos, españoles, alemanes e irlandeses que se sumaron a los lugareños para labrar la tierra e instalar comercios que dieron vida a un pueblo orgulloso de sus orígenes.
Frutales, viveros, batatas… son los referentes productivos más importantes de este festejo que cumplió con el propósito de destacar viviendas, nombres y apellidos para otorgar un mensaje esperanzador a las nuevas generaciones.
Río Tala es también conocida como “Villa Catalina”, ya que esa es su patrona y guía. A orillas del arroyo El Tala, las tierras fueron habitadas por los Querandíes que, aunque dejaron pocos rastros, fueron sus primeros pobladores.
Su nombre surgió por la gran presencia de árboles espinosos cuyos frutos son muy apreciados por los pájaros, especie que se denomina precisamente “Tala”.
Postas, estancias, viejos almacenes, casonas antiguas y recuerdos de antaño mantienen su vigencia en las familias que decidieron afincarse en el lugar. Apellidos muy conocidos forman la larga lista de forjadores del presente de una localidad que desde siempre ha aportado su producción al crecimiento del Partido de San Pedro.
Yamuni, Parra, Réfere, Villa, Arana, Bianchini, Janin, Macenet, Mantovani, Navarro, De Antoni, Altamirano, Coma, Franzoia, Galeotti, Gómez, Mohr, Ríos, Valens y tantos otros sembraron de orgullo a este pueblo que se levanta siempre, aún de los peores castigos climáticos.
Sus prósperos campos fueron elegidos por los colonos para imprimir en la historia el legado del trabajo, la amistad y el progreso. Río Tala cobijó durante mucho tiempo a la familia de Fray Cayetano Rodríguez, nacido en este poblado, en una estancia que aún conserva su nombre.
Para citar sólo algunos de los puntos históricos de referencia, puede recordarse la Fonda Bar Lazo, una casona de 1910 construida totalmente en barro y recubierta con chapas de segunda clavadura, que fue declarado Monumento Histórico Municipal.
También el Almacén de Ramos Generales de Raúl Coma: clavos, alpargatas, maquillaje, comestibles y carbón nunca faltaron. Desde 1921 hasta la actualidad mantiene las mismas características, los viejos surtidores en la puerta del almacén son referentes sensibles del paso del tiempo.
La iglesia que nuclea muchos fieles data de 1949. La Plaza central lleva el nombre de quien donó las tierras en 1941: Juan Bautista Zucchi. La escuela Nº 12 funciona desde 1905 en un predio que también fue donado. Para hallar otros recuerdos vale la pena acercarse a un viejo rancho donde vivió en su niñez el recordado Luis Sandrini o a la antigua Estación de Trenes, que permanece en silencio a la espera de algún servicio ferroviario que devuelva el familiar sonido de la bocina de los cargueros y los “rápidos”.
Pocos saben que el vals “Desde el Alma” se acunó con el desengaño de la joven Rosita Melo en la Sucursal del Correo Argentino, en una casona cuyos ladrillos sin revoques delatan el paso del tiempo.
La vieja sede del Automóvil Club, sobre el antiguo trazado de la Ruta 9, otrora símbolo de progreso, hoy es el testigo de lujo para quienes recorren el camino con destino a La Campiña de Mónica y César Mascetti o a los nuevos restaurantes que también invitan a la localidad a transformarse en un gran atractivo turístico.
La construcción de ese edificio comenzó en 1948 y terminó dos años más tarde cuando nombraron como primer encargado al señor Antonio Di Pierro. Allí se recuerda a los hermanos Osvaldo y Omar Schallibaung, los concesionaros de la Estación de Servicios. Ernesto Domíngues y José Unamuno fueron los primeros playeros.
Río Tala cumplió sus primeros cien años. Primera posta del acceso a San Pedro desde Buenos Aires, conserva su historia pueblerina, que cuida como a nada, mientras mira el futuro soñando bienestar para sus vecinos.
La lluvia no opacó
la fiesta del centenario
Las actividades por los 100 años de la localidad comenzaron el viernes con la peña folklórica que condujo Pato Soler y que contó con el cierre especial de “El Gaucho” de San Andrés de Giles, Adrián Maggi. Esa noche también subieron al escenario ubicado en el predio de Las Palmeras Omar Santa Cruz, Pirata Caso y Raíces Chamameceras, entre otros.
El sábado, la copiosa lluvia que cayó pasado el mediodía impidió que se desarrolle el festival musical organizado. Antes, se descubrieron placas en diferentes lugares históricos de Río Tala tales como la casa más antigua que data de 1883; en la vivienda de la familia Yamuni, donde funcionó la primera tienda del pueblo y el primer teléfono público; en la Delegación y en la Comisaría, entre otros sitios relevantes.
Los festejos finalizaron el domingo con la presentación de Ignacio Copani, que acompañó a los talenses durante casi una hora, interpretó temas reconocidos de su amplio repertorio y saludó afectuosamente a los vecinos que se acercaron a felicitarlo tras su presentación. Esa tarde de lluvia también subieron al escenario: Jireh Rock de Río Tala, Etiqueta Negra y Binchu.
Para el cierre, los fuegos artificiales iluminaron un cielo oscuro que en más de una oportunidad amenazó con dejar sin fiesta a los talenses.