A cinco semanas del domingo de las elecciones, día en que desapareció Naiara Durán, la fiscala María del Valle Viviani presentó el pedido de prisión preventiva contra los tres acusados y detenidos que tiene, por ahora, la causa por el crimen de la joven de 25 años.

Viviani comsideró que Daiana Franco, Francisco Vlaeminck y Mario Franco deben continuar detenidos —el último tiene arreso domiciliario por su edad y estado de salud— porque podría correrse riesgo de fuga y entorpecimiento de la investigación, que todavía tiene diversas medidas de prueba por delante para fortalecer la hipótesis que los dos primeros mataron a la joven y el tercero los ayudó a descartar el cuerpo.

Para la titular de la UFI 7 está probado en esta etapa que Daiana Franco y Francisco Vlaeminck atacaron a Naiara Durán con dos armas blancas, una que podría ser un cuchillo y la otra un punzón, en el departamento ubicado a la izquierda de la casa principal de Bottaro y Primera Junta, donde residían como pareja.

Fueron siete puñaladas: una detrás de la oreja; dos en el cuello, de las que una dañó la vena yugular; tres en la región entre el cuello y el hombro, que afectaron el lóbulo superior del pulmón; y una en el tórax, a la altura de las costillas.

Luego, envolvieron el cuerpo en un mantel negro con arabescos blancos y una lona azul y gris, y lo ataron con cables para introducirlo en un tambor de 200 litros cortado un poco más arriba de la mitad que después fue cosido con cables y sogas para ser arrojado al riacho.

La participación de Mario Franco —de carácter “necesaria”, es decir tan culpable del asesinato como los otros dos—, par Fiscalía comienza cuando llega en su Renault Sandero proveniente de la casa de Güemes al 1800, alrededor de las 19.00, para colaborar en la desaparición del cadáver de la víctima.

Las pericias de Luminol que determinaron que en esa casa había manchas de sangre recientemente lavadas y en las paredes pintadas; las de Hemcheck que hallaron restos de sangre en una pileta que va al desagüe; y las de iodo y vapores de cianocrilato, también con resultado positivo, permiten sostener que en esa casa fue asesinada Naiara.

La autopsia determinó que la hora de muerte corresponde a entre 72 y 96 horas del día del hallazgo, el jueves por la tarde, en el riacho. Para Viviani, Naiara Durán fue asesinada el domingo 13 de agosto en la casa de Bottaro y Primera Junta, por eso las cámaras de la zona nunca registraron su salida.

Fiscalía tiene reconstruido lo que ocurrió ese domingo. Naiara Durán salió de su casa en calle Dávila y fue a visitar a una tía en la moto de su prima Antonella. A esa tía le dijo que iba a comprar unas cervezas y volvería a pasar la noche con ella. Las cámaras de seguridad públicas y privadas aportadas a la causa permiten establecer que fue dos veces a la casa de Primera Junta y Bottaro. La segunda vez no salió.

Francisco Vlaeminck llamó a la Comisaría de la Mujer alrededor de las 15.00 para denunciar que Naiara se había presentado en su casa. Entre ambos, que habían sido pareja y tenían en común un hijo de 5 años, regía una medida de exclusión perimetral porque tenían un vínculo conflictivo que se había exacerbado la semana anterior. Pasadas las 16.00 volvió a llamar para desestimar el aviso inicial.

Alrededor de las 19.00, Mario Franco aparece en las grabaciones de las cámaras de seguridad llegando a la casa del crimen en su Renault Sandero azul. Estaciona de culata y carga algo en el baúl. Todo indica que el cuerpo de Naiara, acaso el tambor, para conducir hacia una zona descampada que no es otra que la próxima a su rancho en la zona de Cantando en el Río, donde luego apareció el tacho con el cadáver de la joven asesinada.

Viviani pidió al Juzgado de Garantías que mantenga detenidos a los tres, a Daiana Franco y Francisco Vlaeminck tras las rejas y a Mario Franco en arresto domiciliario. La defensa de los imputados tiene tiempo ahora para preparar su planteo en busca de que se deniegue la preventiva. Ello se definirá en una audiencia en la que las partes alegarán por su posición para que el juez defina.

La expectativa de la pena, la gravedad del caso y la relevancia de los delitos imputados —homicidio doblemente agravado para todos más femicidio para ambos varones— permite considerar que son altas las probabilidades de que en esta etapa los acusados sigan en condición de detenidos.

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