El domingo al atardecer una mujer reclamó la presencia policial y de los medios de comunicación ante lo que consideró era motivo suficiente para solicitar nuevamente que un hombre sea apartado del barrio.

Según relató, había enviado a sus hijas al comedor del barrio cuando fueron molestadas por un vecino cuyos antecedentes lo sitúan en conductas agraviantes para sus vecinos. Hace poco tiempo, de ese mismo lugar tuvo que mudarse otra familia.

Cerca de las 19 comenzaron a llegar las primeras imágenes en las que se escuchaban golpes que presuntamente eran de las piedras que golpeaban la casa de la mujer que pedía auxilio. Cuando arribó la policía la situación empeoró y también los efectivos tuvieron que tomar medidas para protegerse.

“Tendría que ir preso este chabón”, dijo una de las vecinas que relata los actos que protagoniza el hombre que viola las normas de convivencia del barrio y muchas veces exhibe sus genitales a quienes pasan por el lugar.

“A mi me cascotearon, a mi marido a mis hijos. La casa toda llena de piedras de este tipo. No se puede vivir más así”, reflexionó la madre de las nenas que habían acudido a buscar su copa de leche. “Vamos a terminar con un muerto”.

El momento en que el vecino señalado arroja una piedra apuntando a la ventana de su vecina.

Hay un abogado defensor que intervino hace un tiempo para dotar a las víctimas de un botón antipánico para alertar sobre lo que sucede con el sujeto que ya ha sido denunciado varias veces.

Cerca de las 20 y tras la intervención del comisario Lamas, trasladaron a varios de los involucrados para tomarles declaración.

Manuel Iglesias 1600