El repaso de los números de abril y mayo marcan la tendencia que arreció con la aparición de las nuevas cepas cuya circulación fue confirmada tras la secuenciación genómica efectuada en el Instituto Malbrán.

Pese a las escasa información disponible, reconstruir la estadística y compararla con la primera ola es complicado si se tiene en cuenta que la vacuna comenzó a estar disponible para el personal de salud a fines de diciembre y en consecuencia sus efectos aún no han impactado de lleno en los pacientes más vulnerables. Se nota una clara baja en los contagios de mayores de 60 años sin que se pueda establecer si han sido efectivamente las dosis las que han disminuido la estadística.

De junio a diciembre de 2020, el Covid se cobró 61 vidas; de enero a mayo los vecinos que murieron ya suman 89, de los cuales 68 corresponden al tramo más agresivo de la segunda ola, entre el 1 de abril y el 29 de mayo.

La particularidad de ese segmento muestra claramente el incremento en las franjas etarias en las que hasta hace poco tiempo era difícil detectar cuadros tan complicados.

Se sabe que la primera vez que se envió una muestra sospechosa de una nueva cepa fue el 22 de abril. Fue el caso de una joven mujer que tenia las dos dosis de la vacuna Sputnik ya que es requisito indispensable para llegar al Malbrán que se trate de pacientes que presenten síntomas graves que, como en este caso, mostró una neumonía bilateral con asistencia respiratoria. Pasó casi un mes hasta que llegó el resultado que confirmó que la variante británica estaba entre nosotros. Más tarde llegó la conocida como andina y por último la Manaos.

También podemos decir que entre los fallecidos hay al menos 12 personas vacunadas con una y con dos dosis, según datos que La Opinión logró reunir en el testimonio de las familias ya que es un dato no disponible en la Dirección de Modernización y en la Secretaría de Salud.

El análisis de franja por franja invita a observar que entre los niños de 0 a 10 años, en este período (1 de abril / 29 de mayo) hubo 12 positivos. Ese dato es el que también se maneja en las escuelas que en esta semana volverán a analizar la presencialidad al menos en el nivel inicial y la primaria.

Entre los chicos de 10 a 20 años, se superó el centenar. Fueron 131 los confirmados por PCR o testeos rápidos en el laboratorio del Hospital. Claro que la franja siguiente comienza a aumentar y así, las personas de 21 a 30 años suman 304 y los que le siguen son los que arrojan la cifra más alta de contagio. Se trata de quienes tienene entre 31 y 40 años con 374 contagiados.

De 41 a 50, el registro que ya no computa los resultados de los establecimiento privados, marca 343 y de ahí en más empieza el descenso para los de 51 a 60 con 251 casos, un número muy significativo para los registros habituales y luego los de 61 a 70 con 145. Para los adultos mayores de 71 años, la cifra es de 110 contagios.

Si a estos números se le adjudican los fallecidos, la mayor cantidad ha sido para los mayores de 71 con 33 víctimas fatales pero la tasa de letalidad más alta desde que comenzó la pandemia fue para personas más jóvenes con 31 muertos de entre 50 y 70 años.

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