La misteriosa desaparición de un banco de madera en la esquina de Ituzaingó y Chacabuco sucedió en agosto pasado y una de las hijas de los dueños no se resignó porque era un objeto sumamente significativo para su familia. Decidió investigar para recuperarlo y lo logró.

Con la ayuda de amigos y vecinos, dio con imágenes que registraron el momento exacto en el que se lo llevaron. No estaba lejos, lo habían desarmado e ingresado en un domicilio cercano al lugar de donde lo habían sustraido.

“¡Viejos, les traje el banco de vuelta!”
Así celebró la joven.

“Lo reconocí, porque una vez perdí a uno de mis perros y él fue uno de los varios vecinos de la zona con los que hablé para preguntarles si lo habían visto”, contó la mujer.

Inmediatamente radicó la denuncia y aguardó el accionar de la Justicia. Varios días después, cansada de esperar a que aprueben la orden de allanamiento, decidió presentarse ella misma en el domicilio del ladrón.

El banco estaba en una cochera que el hombre alquilaba a otra propietaria. Allí, mantuvo una breve discusión con el delincuente, que finalmente accedió a devolverle lo que era suyo. “Lo tenía desarmado debajo de una cama. No sé qué quería hacer con las piezas”, dijo la mujer.

Finalmente, la historia tuvo un final feliz y el icónico banco, armado y con todas sus piezas, volvió a su lugar. “Ahora, lo tenemos con un candado gigante”, contó la dueña, entre risas, y aprovechó para agradecer a todas las personas que estuvieron involucradas en la búsqueda.

“Volviste, te fui buscar. Porque yo te fui a buscar. La Justicia se demoró y yo te fui buscar. La Justicia no actuó y yo te fui a buscar. Estás conmigo. Quiero agradecer a todas las personas que me dieron una mano para poder llegar a saber a donde tenía que ir a recuperar mi banco. Impecables, se portaron. ¡Viejos, les traje el banco de vuelta!”, escribió la mujer en su perfil de Facebook.