Vuelta de Obligado sitiada por albatros
Un impresionante operativo tuvo lugar la semana pasada en el histórico paraje. Mientras algunos vecinos miraban los Juegos Olímpicos por televisión, decenas de prefecturianos pertrechados como para la guerra irrumpieron en la zona de barrancas. Una causa por drogas, secuestros extorsivos y otros delitos graves investigaría los movimientos de personas que habitan el pueblo desde hace un tiempo. Respecto de lo que buscaban, el resultado fue negativo.
En Vuelta de Obligado no recuerdan otro operativo similar al que la semana pasada sitió el pueblo entre las 00.30 y las 4.00 del jueves. La cantidad de efectivos que participaron, la presencia de arma y pertrechos, las caras cubiertas y un despliegue digno de los capítulos de Imperio, la telenovela brasileña que arrasa en Telefé y que narra la historia de un contrabandista, sorprendieron a todos.
En el histórico paraje comenzaron a tejerse diversos relatos en relación al porqué de semejante operativo. La causa que lo motivó investigaría delitos de los denominados “complejos” y graves: narcotráfico, secuestros extorsivos, armas.
Al menos tres viviendas fueron objeto del operativo, que tendría como destino una de ellas, donde al llegar no había nadie, como nadie hay desde entonces en la casa que supo albergar a cientos de personas durante fiestas que duraban hasta altas horas de la madrugada.
Como cuando investigaban el desembarco y traslado de drogas a través del arroyo Los Cueros o cuando abrieron un contenedor que trasladaba una barcaza porque tenían el dato de que allí viajaban toneladas de marihuana, el allanamiento llegó con un esquema de intervención preciso.
Aun así, algo falló y sólo lograron secuestrar dos armas, una pistola calibre 45 y una escopeta. A los fines de la orden del Juzgado, emanada hacia el edifico Guardacostas de Prefectura Naval Argentina, que intervino con sus departamentos de Delitos Complejos y Delitos Económicos, el operativo tuvo resultados negativos, aunque abrió muchos interrogantes.
¿Qué buscaban los albatros?
Eran alrededor de las 00.30. La calma reinaba como cada noche en Vuelta de Obligado. Unas pocas casas mostraban actividad en su interior, sobre todo porque la llama olímpica estaba encendida en muchos televisores. En la curva de acceso al pueblo había movimientos: una camioneta blanca, de Prefectura; dos combis; automóviles de alta gama.
En los autos había personas vestidas de traje, con carpetas y documentos en las manos. Personal de la Justicia, encargada del operativo.
En las combis estaban los prefecturianos del grupo Albatros, que se ocupa de operaciones antiterroristas, operativos antidrogas y búsqueda de prófugos de la Justicia. Eran decenas. Con la cara cubierta, pertrechados, con armas largas, chalecos antibala y cascos.
Se dirigieron a la zona de barrancas del pueblo, donde el fondo de las viviendas mira al río. Por arriba y por abajo, coordinados, ingresaron con destino a una vivienda de una familia que vive desde hace un tiempo en Vuelta de Obligado pero que es oriunda de Capital Federal.
Fue un movimiento impresionante. En casas aledañas atravesaron jardines y hasta rompieron una puerta. En el domicilio objetivo del allanamiento no había nada ni nadie. Ni siquiera el cuidador, que habría escapado a la carrera, temeroso.
Quienes viven cerca escucharon los ruidos. Algunos se asomaron a ver qué pasaba. Todos se asustaron. Los que volvían de un cumpleaños se sorprendieron con lo que sucedía.
Además de irrumpir en la vivienda objetivo del allanamiento, los prefecturianos se dirigieron a la costa. Allí había, extrañamente para los baqueanos del pueblo, tres pescadores “despanzando pescados”, según relataron algunos lugareños.
Pasaron uno, dos, tres barcos. Nada de lo que sospechaban podía suceder ocurrió. La causa tendría establecida la sospecha de que por esa vía, a esa hora y en ese lugar, una embarcación dejaría un cargamento con estupefacientes.
Cuando La Opinión publicó la novedad del operativo, el Prefecto Scanganelli dijo en APA que hubo “allanamientos simultáneos en Zarate y Campana”, ante “el riesgo de fuga de una persona por agua”.
¿A quién buscaban?
De acuerdo a lo que pudo reconstruir La Opinión a través de diversas fuentes judiciales y policiales –la causa está bajo secreto de sumario–, la Justicia tiene en la mira a algunos “peces gordos” involucrados en episodios delictivos, entre los que estaría el vecino de Vuelta de Obligado al que buscaban la semana pasada.
Se trata de un hombre adulto, de alrededor de 60 años, que habita una casa en la zona que ocupaba uno de los que encabezaba el reclamo por tierras de la Fundación Obligado años atrás.
La casa fue reformada respecto a lo que allí había en tiempos del ocupante anterior, y se nota que hubo una inversión importante. Para los parámetros del pueblo, se trata de una casa semilujosa, habitada por personajes ostentosos que solían cambiar de autos seguido, contar a los pocos con los que hablaban sobre sus constantes viajes por diversos puntos del país y, como se dijo, organizar duraderas y multitudinarias fiestas con grupos de la talla de Ráfaga como entretenimiento y conocidos conductores de televisión relacionados con la movida tropical como animadores.
En el sector de su casa, la barranca estaba toda iluminada. Una gran cantidad de perros custodiaban el predio. Caballos y cuatriciclos eran moneda corriente en el lugar.
En el pueblo nadie tiene certezas acerca de a qué se dedicaban en la familia. Sí recuerdan que había personal de servicio para limpieza y para el mantenimiento del parque, y que, cuando salían, cada uno de los miembros del matrimonio en su propio auto, siempre lo hacían escoltados por otro vehículo.
Para el momento del allanamiento, hacía unos días que no se los veía en la zona. En San Pedro se los conoció cuando tuvo un accidente a caballo y, tras un conflicto con una clínica privada, el hombre fue atendido en el Hospital y agradeció con una importante donación.
Quienes lo frecuentaron cuentan que cambiaba de número de teléfono todo el tiempo. En su familia, incluso, habría vínculos con Austral Construcciones, la célebre empresa de Lázaro Báez.
Otro nombre
Los albatros sólo fueron a la vivienda en la zona de barrancas, de acuerdo a lo que reconstruyó este semanario sobre aquella madrugada en Vuelta de Obligado.
También “visitaron” a un pescador al que, por su nivel de vida actual, parece haberle ido muy bien con la actividad pesquera.
Se trataría de un hombre que acostumbraría a “prestar” su nombre a otros, lo que le repercutiría en dividendos ostensiblemente superiores a los que pueden generar los frutos del Paraná.