Silvio Torrens fue suspendido como Jefe de Bomberos
El Comandante Mayor que ejercía la máxima autoridad en el cuerpo activo fue sancionado por el Consejo Directivo local luego de un incidente de violencia que protagonizó en el cuartel. Daniel Lavella está a cargo mientras dure la suspensión, que es de 60 días. Torrens debe someterse a un tratamiento profesional que será determinante para su continuidad.
Desde mediados de febrero el Comandante Mayor de Bomberos Silvio Torrens, jefe del cuerpo activo de voluntarios de San Pedro, fue suspendido en su cargo por 60 días tras protagonizar un violento episodio en el lugar de trabajo.
La situación es tan grave que el Consejo decidió no apegarse a la letra fría del reglamento para evitar situaciones ulteriores que tornaran aún más grave lo que sucedió en las propias puertas del Cuartel, a la vista de colegas y vecinos, que hasta llamaron a la policía para poner fin a lo que calificaron de “una verdadera paliza”.
La versión oficial
El presidente del Consejo Directivo de la Asociación de Bomberos Voluntarios, Marcelo Duarte, fue cauteloso con el tema, aunque confirmó la decisión del cuerpo que preside.
Informó que Torrens fue suspendido por 60 días a raíz de un incidente reñido con la conducta que se espera de un miembro del cuartel y que, pasado ese lapso, en función de una serie de variables, resolverán la continuidad o no del suspendido en su cargo.
Mientras tanto, Daniel Lavella, como segundo jefe, está al frente del Cuartel, de manera interina.
Desde que el propio Duarte dejó la jefatura del cuerpo de Bomberos Voluntarios, la institución sufrió dos embates que vincularon a sus sucesores con situaciones complicadas: por un lado, Patricio Pérez está procesado en una causa que investiga hechos de corrupción en el cuartel de la Policía Federal en el que revistaba; ahora, por otro, el episodio Torrens, de una gravedad inusitada para alguien con tamaña responsabilidad social.
Un viernes de furia
El episodio que derivó en la suspensión de Silvio Torrens sucedió en las puertas del cuartel, un viernes por la tarde. Vecinos dieron cuentas en detalle de lo quepasó, porque lo vieron.
Como se trata de un incidente en el que están involucrados menores de edad, este semanario obviará contarlos. Sólo se dirá aquí que se trata de una situación muy grave y que, tal como quedó asentado en el acta que suspendió al Jefe de Bomberos, amerita la intervención profesional para evitar que cuestiones como las que atraviesan los protagonistas terminen a los golpes, como ese día.
El lunes siguiente, Torrens fue citado para concurrir unrato antes de la habitual reunión de las 20.00. Allí le plantearon que sabían lo que había sucedido y le preguntaron qué pensaba hacer. En ese momento dijo que era una “cuestión personal”.
Le recordaron que él es la cara visible del cuartel, la máxima autoridad, el que debe conducir al resto del cuerpo, el que imparte órdenes e impone disciplina. Dos días más tarde reconoció el hecho en una reunión extraordinaria.
Camino a la renuncia
El Consejo Directivo hizo las consultas pertinentes. La interpretación de la letra fría del reglamento indica que Torrens debió ser expulsado. Eso fue lo que plantearon algunos de los que opinaron en las reuniones. Otros quisieron minimizar el hecho. A mitad de camino, la decisión fue la suspensión.
Durante los 60 días que dure la sanción, si es que acepta, deberá someterse al tratamiento profesional que luego informará los avances en relación a la problemática.
En el Cuartel hay quienes creen que no lo aceptará. Otros consideran que debería renunciar y evitarle a la institución estar otra vez en la opinión pública por una situación que involucra a su máximo responsable.