Otro robo armado en el campo
En medio de una seguidilla de hechos, una familia que habita en inmediaciones del paraje Tablas fue víctima de un robo. Una banda de encapuchados y armados asaltaron a los propietarios y a un grupo de turistas que se hallaban en el lugar. Otra vez, cuestionamientos por el accionar de la Policía Rural.
No caben dudas de que a esta altura de las circunstancias la cantidad de ilícitos registrada en la zona rural supera todos los límites. Para muchos lugareños se trata de la peor ola de inseguridad que se recuerde, ya que prácticamente todo el sector se ve afectado por esta problemática.
En la noche del sábado otra familia que habita dentro del partido de San Pedro fue víctima de las andanzas de una banda que evidentemente opera con mucha “comodidad” sin que por el momento se pueda dar con rastros que permitan desbaratar su accionar.
Si bien no hay certezas sobre los casos, se especula con que la mayoría de los hechos hayan sido perpetrados por los mismos sujetos, que se mueven con datos certeros y suma tranquilidad.
Otro hecho grave
El último hecho se registró cerca de las 22.30 en un campo en un sector ubicado prácticamente en el límite de los parajes Tablas y La Matilde, a unos 1000 metros de la Ruta Nacional Nº 9, y aproximadamente a la altura del puente en sentido al centro de la provincia.
Fue la dueña de casa, una mujer de 52 años, a quien sorprendieron los malvivientes. Según relató la víctima, se trató de un grupo de cinco sujetos, todos armados, quienes la obligaron a ingresar a la casa junto a dos turistas que se encontraban en el lugar para disfrutar del fin de semana largo. Al parecer, además de las tareas que se realizan a diario en el lugar, se brinda servicio de alojamiento para turistas.
Según se pudo saber, a diferencia de otros casos, los sujetos no actuaron de forma violenta, pero sí obligaron a las personas a entregar todas sus pertenencias. Momentos después se dieron a la fuga y se sospecha que lo hicieron tal como llegaron, a pie. Es que las víctimas nunca escucharon sonidos de vehículos, al menos en inmediaciones del lugar.
Cuando lograron desatarse, apareció en el lugar una persona joven que se desempeña como casero en el lugar y quien al parecer no había advertido lo que estaba sucediendo. Al arribo de la policía, los turistas que habían llegado al lugar se estaban retirando.
Lo particular del caso fue que la mujer dueña del establecimiento desistió de radicar la denuncia correspondiente. Así y todo, desde el destacamento policial de Gobernador Castro se decidió intervenir de oficio para abrir una investigación con la premisa de dar con los integrantes de esta banda.
Quejas y malestar
Este y otros tantos robos en el campo despertaron las quejas y la entendible alarma entre los lugareños, quienes prácticamente viven aterrados por la imparable ola de ilícitos.
Es por eso que, advirtiendo que a pesar de los cambios de autoridades en el ámbito ministerial y las reuniones con diversas entidades vinculadas al campo, nada ha cambiado, los vecinos solicitarán que se les explique cuál es el verdadero rol de la Policía Rural con asiento en Pueblo Doyle.
Para ello, se están organizando y buscando la manera de conectarse para tener una respuesta, teniendo en cuenta que en algunas oportunidades y ante el alerta, recibieron respuestas inadmisibles del tipo “esa no es nuestra jurisdicción” o “no tenemos en que ir”. Es por eso que los habitantes han decidido saber realmente para qué está la Patrulla Rural.