“Nos defenderemos como se pueda”, dijo uno de los convocantes a la marcha #ParaQueNoTePase
La historia de Fernando Corti puede ser la de otros que viven o vivieron en la zona rural. Río Tala, de Gobernador Castro, Doyle, El Espinillo, La Celina o Santa Lucía, suelen ser las coordenadas de una realidad que expulsa a los habitantes de sus historias de vida. Robos, destrozos, vandalismo, violencia y hasta asesinatos forman parte de una serie de relatos que se escucharon pocos días antes de la adhesión a una marcha en procura de legislación que proteja a las víctimas. Las situaciones que se repiten y se escucha: “No hay quien te defienda, pero bueno, nos defenderemos como se pueda”.
Fernando Corti es un productor de la zona de Ruta 1001. Tiene galpones de pollos en donde trabaja desde que el sol asoma y hasta su puesta lo encuentra en labores y tareas. Tiene una familia y, principalmente, tiene preocupaciones por lo que sucede a diario en un territorio que fue muy tranquilo y próspero en una época, y que desde hace algún tiempo, ya no lo es.
“Yo sufro, tengo criadero de pollos y a partir de los 35 o 40 días de edad es periódicamente casi todos los días o día por medio entran de dos a tres veces en la noche y rompen todo. A mí, me llegaron a faltar 700 pollos en un galpón en una sola noche. Ellos los venden a 50 pesos. Pero eso no me pasa solamente a mí, es un negocio muy interesante. Calculá que con 700 pollos a 50 pesos, hacen más plata que nosotros”.
Corti, como la mayoría de la gente que habita el campo desde hace años, es muy claro, sincero, y sin vueltas: “Han ido a los silos y me han sacado alimento, sacan una tuerquita de la tapita que tiene y “bolsiquean”. Yo los veo, porque tengo cámaras atrás y veo todo el movimiento. Antes venían temprano a hacer eso, ahora vienen de madrugada. Vienen con armas mirando para el lado que nosotros estamos y nos han tirado. La policía va, pero si no están cerca de acá, hasta que llega la Rural, ya se fueron”.
“Se meten atrás en el campo lindante, se esconden. A los pollos los sacan en bolsas, los llevan al campo lindante, al fondo en una taperita que hay, los faenan, les cortan las patas, la cabeza y los destripan para que no se les pongan morados. Después los pelan y hacen la venta”.
Los datos son alarmantes y las modalidades empleadas también. Ellos lo cuentan con naturalidad, como acostumbrados a vivir entre el abandono y la impunidad. Entre tanto temor confiesa: “Te digo que la última vez fueron tres veces en una misma noche que vinieron. Tres veces. En una eran seis personas, la otra cinco y la última cuatro. Yo tengo criadero de cerdos también y hasta ahora se han salvado, están más cerraditos, y los tengo todos en jaulas”.
Los casos se multiplican, están aquellos que han sido golpeados, a los que ataron, a los que encerraron, al que rociaron con nafta, al que le amenazaron a sus niños. Unas, muchas, decenas de relatos que incluso han terminado en la demolición de viviendas de familias que vieron crecer a sus hijos en la zona rural y hoy deben refugiarse en casas o departamentos en la ciudad.
“La verdad nunca pensé en dedicarme a otra cosa porque es loúnico que sé hacer. Llega un punto en donde estás cansado, malhumorado, porque trabajás durante todo el día y a la noche tenes que andar también esperando a los “muchachos” que van a venir, entonces llega un momento que cansado y mal decís, se va todo a la mierda y listo. Ahí lo volves a pensar y te das cuenta de que tenes un capital enorme, de muchos años y vos decís que por unos vagos que nos ganen, ¡no!”, concluye Fernando.
Reunión y convocatoria
“Yo uso mi criterio y lo mismo mi familia y los vecinos. Lo mismo con la reunión, nadie se quiere ir de su lugar, no nos pueden ganar la pulseada. No hay ayuda, a mi criterio no hay quien te defienda, pero bueno, nos defenderemos como se pueda”.
Corti hace referencia a la reunión que fue convocada el martes de la semana que pasó en el Salón Las Amalias, propiedad de Mariana Maroli, otra víctima de la inseguridad rural. Entre otros participaron los representantes de las fuerzas policiales: Dante Paolini, Fabián Gallo, Juan Catalano y Roberto Lacomette; de la Justicia Marcelo Manso; del gobierno municipal Silvio Corti y Eduardo Roleri; los Concejales de diferentes partidos, Ariel Ramanzini, José Luis Tirelli, Florencia Sánchez, Iván Paz, Gerardo Pelletier y Américo Quintana y los vecinos, quienes convocaron al encuentro en donde expusieron nuevamente su problemática y solicitaron respuestas.
“Estuve presente en la reunión, nosotros empezamos el movimiento. Me parece bien que algunas autoridades hayan puesto la cara, pero no alcanza porque uno dice una cosa otro dice otra, y va la pelotita para un lado, va la pelotita para el otro, lo que precisamos es poner todo, que empiecen a actuar como corresponde”.
“Donde estoy somos tres familias, y si no está uno está el otro a la noche, entonces. Tenés que andar a la noche recorriendo los pollos y vos no sabés si en un rincón te pueden estar esperando, siempre estoy pensando en eso”.
Los vecinos anunciaron en la reunión con las diferentes autoridades que tienen competencia en la situación que convocarán a la población a unirse a la Marcha Nacional #ParaQueNoTePase, impulsada por un grupo amplio de víctimas de la inseguridad, quienes se movilizarán en todo el país pidiendo al estado en todas sus facetas que reuna las condiciones para brindar seguridad y asistencia a las víctimas.