Infierno entre el humo
El accidente en la autopista ocurrido hace ya una semana en San Pedro, dejó el dolor de la tragedia y la indignación de la negligencia. El fiscal Darío Giannorio intenta establecer la responsabilidad del concesionario vial y la incidencia que pudo tener el humo de la quema en islas, en el accidente.
“Crónica de una tragedia anunciada” titulaba el diario “Crítica de la Argentina” en su edición del jueves 11 de Abril. Es que “La Opinión Semanario” había anticipado que la espesa niebla agravada por las partículas de humo en suspensión que provienen de los incendios en la zona de las islas, eran un riesgo latente para el tránsito vehicular.
Y casi como una indeseable premonición, a pocas horas del cierre de la última edición de este semanario, un terrible choque en cadena se suscitaba en el Km. 150 de la Ruta Nacional Nº9, sobre el carril Rosario-Buenos Aires.
Alrededor de las dos de la madrugada del miércoles, una densa cortina de humo-niebla impedía completamente la visibilidad a todo conductor que se adentrara en ella.
Lo que vino después, es historia conocida, 18 camiones, dos micros y un auto, enmarañados en un tremendo choque en cadena, que dejó el lamentable saldo de 4 muertos, y 20 heridos.
La causa judicial
Después del desastre; después de que los últimos chasis carbonizados fueran removidos de la superficie de la ruta, lo que quedó sobre la calzada fueron las preguntas acerca de las responsabilidades de cada uno de los actores de esta escena dantesca.
Para el Fiscal Darío Giannorio, serían tres los ejes de la investigación: Por un lado determinar cuál de los vehículos modificó imprudentemente su velocidad ocasionando el inicio del accidente. Por otro, establecer cuál es la responsabilidad del concesionario del peaje y la policía vial. En este sentido, se intentaría determinar la negligencia de Vial 3, por no prevenir a los conductores del banco de humo-niebla. Fuentes allegadas a la causa hablan del ingeniero San Martín, responsable de Seguridad Vial, como uno de los principales implicados. Además, ya se abrió un sumario administrativo a la Policía Vial por su accionar durante la jornada.
El último punto de la investigación de la Fiscalía, será tal vez el que más tiempo y trabajo requiera para llegar a buen puerto, y es precisamente el de la incidencia del humo en el accidente, para que la Justicia Federal investigue, si corresponde, a los responsables del mismo.
De todas formas, este caso tendrá mucha tela para cortar, en una causa que como mínimo, puede llevar 3 o 4 años para concretarse. Recién ahora entra en la Fiscalía General del Doctor Juan Tanús, quién es Fiscal General de la Justicia Bonaerense.
Y el humo continúa…
Casi como una postal de la impunidad que existe en nuestro país, el humo en la zona de islas continuó durante toda la semana, a pesar del accidente.
El miércoles por la mañana, el Dr. José Benito Aldazabal realizó una denuncia penal ante la Fiscalía Local a cargo del Dr. Giannorio solicitando urgentes medidas ante los incendios intencionales en la zona de islas de Entre Ríos y una urgente investigación para su determinación y descubrimiento.
Según Aldazábal “se trata de un delito ambiental, que es un delito social y atenta contra las materias y recursos indispensables para la vida. El derecho al medio ambiente sano tiene además jerarquía constitucional y debe ser objeto de protección por las fuerzas de seguridad, que tienen la obligación de impedir de que se cometan los delitos denunciados.” Según Aldazábal, tanto la Prefectura Naval Argentina, como los funcionarios públicos de las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos, tendrían la responsabilidad de prevenir y evitar que se produzcan los incendios y contaminación del medio ambiente, y si efectivamente se producen, identificar debidamente los lugares y sus autores.
En este sentido, se produjo el viernes una reunión entre la Presidente del HCD local Norma Atrip, y la Concejal del mismo cuerpo de la ciudad de Baradero, Verónica Penna, para intentar coordinar acciones legislativas a fin de evitar que la premisa en la quema de islas, siga siendo el descontrol.
Mientras tanto, testimonios de afecciones respiratorias, la falta de visibilidad y el olor a quemado, indicaban que el humo continuaba impune sobre el cielo de la ciudad.
Al cierre de esta edición todavía permanecía cortado el puente Zárate – Brazo Largo por la presencia sobre el mismo de densas cortinas de humo.
¿Generosidad o saqueo?
Durante la tarde del miércoles, los teléfonos celulares de los cronistas que nos parábamos sobre la capa de más de 3 centímetros de hollín que cubría la ruta, no paraban de sonar. Eran llamados de medios de comunicación de todo el país, que no podían creer la increíble imagen que mostraban las cámaras de televisión: ahí, en medio del desastre, decenas de personas comenzaron a acarrear con desesperación todo aquello que aún poseía algún tipo de valor. Desde latas de arvejas abolladas, pero enteras, hasta quesos que ya habían sido abordados previamente por las moscas, todo sirvió para esta gente que, en su mayoría desde Río Tala, se habían dirigido hasta ahí. “Señores, dejen eso ahí hasta que se vayan las cámaras, que me comprometen” se le escuchó decir a un efectivo de la Policía Bonaerense a unos adolescentes que intentaban hacerse de todo el cobre posible en los restos de un camión quemado. Finalmente se supo que los propietarios de la mercadería, habían autorizado a la gente, a llevarse lo que quedara.
Zin maquillaje
Cerca del mediodía del miércoles, se anunciaba desde los medios la llegada en helicóptero del Ministro de Salud Bonaerense, el mediático Dr. Zin, al Hospital Municipal, para ofrecer junto al Intendente y las autoridades de Salud, una conferencia de prensa.
Con prolijo traje negro con finas rayas grises, Zin y la comitiva intentaron salir por la puerta de traslados de urgencia que da a la calle Belgrano.
Con gran sorpresa, se encontró con el celular de La Radio y la pregunta incómoda.
Un suave maquillaje, amparaba los gestos televisivos del Ministro de Salud, acostumbrado más a sus eternas columnas mediáticas que a su rol de funcionario. Esa suerte de base facial no pudo disimular las muecas de desagrado frente a la pregunta que se le realizó apuntando de lleno a la falta de previsión de las autoridades bonaerenses en torno a la quema indiscriminada en las islas de jurisdicción entrerriana que al menos desde hace tres años viene denunciando este medio, con la salvedad de que los muertos de accidentes anteriores no contaron con la espectacularidad de lo sucedido el pasado miércoles.
Zin “maquillaje”, contestó que no era su área y pocos minutos después, tras calificar de “agresivas” las preguntas, disparó un “¿Ud. cree que Scioli vive adentro de un Tupper?”. Casi el colmo para los centenares de sampedrinos que quedaron en la calle tras el cierre de aquella fantástica planta que se cerró durante el Gobierno de Menem, cuando Scioli era uno de sus principales aliados.
Pues bien, el Ministro no entendió que la prensa local, en las dos oportunidades en las que pudo acercarse, tanto en la ruta como en la sorpresiva salida del Hospital, sólo quería darle datos para que la provincia proceda a acordar con Entre Ríos una verdadera política de cuidado del medio ambiente, que además, evite riesgos para las personas que no sólo inhalan el humo que inunda las ciudades y rutas del delta, sino que produce año a año, accidentes fatales.
El Dr. Zin, terminó su desdichada visita hablando de la excelente tarea que realiza el personal del hospital, despertando la ira de quien tenía la misión de entrevistarlo. Parece que no sabe que el Hospital es MUNICIPAL y que se sostiene con magros recursos que deriva la provincia, mientras el grueso de su presupuesto recae en el bolsillo de todos los sampedrinos.
La tarea de la Guardia del Hospital y de todo el personal fue impecable, frente a semejante cantidad de personas que fueron trasladadas desde la ruta por decisión de Vial K, que parece que sigue sin los mínimos servicios. Eso tampoco lo vio el Ministro.
Tampoco resultó feliz la idea de una conferencia de prensa, ni el agradecimiento que el Intendente le hizo a Zin con la presencia de tantos medios y el personal jerárquico del área de salud, que parecía haber llegado al éxtasis con la popularidad que les daba la tragedia que vivieron decenas de personas en la ruta. Heridos y muertos que tienen familias y que hoy recuerdan esa tenebrosa madrugada, como un antes y un después del milagro o la tragedia.
Zin evitó hablar de los motivos y las previsiones que se tomarán tras lo sucedido. No habló una palabra sobre la responsabilidad de los concesionarios del peaje, tampoco habló sobre las necesidades del Hospital y mucho menos toleró que se le comenten las raíces de los problemas para al menos intentar solucionarlos.
Tal vez, su paso por los medios, le haya dejado la perversa distorsión de tener que actuar todo el tiempo como un columnista de la realidad y no como un responsable de sus acciones.
Zin “maquillaje”, excitó también a varios funcionarios que se entusiasmaron con las cámaras de América 2, que retiraba heridos hasta la vereda para esperar el horario del informativo y ponerlos al aire.
En síntesis, la genialidad de esta visita digna de una película de acción norteamericana, terminó mostrando la decadencia y la indefensión de los ciudadanos que sólo resultan de interés cuando mueren calcinados en las rutas o cuando la tragedia trasciende las fronteras de la ciudad. El resultado de tanto gasto para llegar a tiempo para el horario de los noticieros, hasta hoy es nulo. Ojalá Zin “maquillaje” comente en algún “almuerzo de trabajo” su paso por la ciudad, advirtiéndole a Scioli: “ojo si vas a San Pedro, porque los periodistas te preguntan cualquier boludez”.
No subo más a un camión
Jorge Paez, viajaba solo. En su espalda, llevaba toneladas de hojalata hacia Monte Chingolo. Todos los días se levantaba a la una de la mañana. Al volver a casa, se anotaba en la fábrica para volver a cargar, y se iba a su casa a compartir al menos algunas horas con su familia. Es que “el trabajo de camionero no te deja tiempo”, nos decía antes de partir para su casa después del accidente. “Pero lo elegí desde chico. Empecé a los 13 años limpiando un depósito. Y terminé como chofer. Hace 20 años que estoy en esto”.
Cuando Jorge se dio cuenta que su camión iba a impactar, creyó que moriría. “En ese momento, me aferré al volante, y miré hacia arriba donde tengo las fotos de mi mujer y mi hija”. “Creí que era el final” nos confesó. Pero Jorge logró escaparle a la muerte. Se metió en un hueco que encontró entre el colectivo de Flecha Bus y el camión de carga y pudo evitar un choque.
No puedo creer que estemos con vida
“El Rosarino” fue el micro que llevaba a Estela Pintos junto a su hijita Milagros, hacía Buenos Aires con destino al Hospital Garraghan para efectuarse un control de rutina, por una cardiopatía grave. Había estado 4 meses con respirador y ahora tenía una traqueatomía. “A las 2,30 de la madrugada escuché un estruendo, agarré a Mili y salí corriendo para el lado del campo; el fuego era increíble”. A las 4,00 de la mañana las llevaron hacia el Hospital de San Pedro. “Por suerte lo mío no fue nada, sólo tengo dolores en el estómago y algunos hematomas por eso me dejaron internada y ya nos vamos a casa” dijo Estela apresurada, “no puedo creer que estemos con vida”. Mientras tanto Milagros, con su voz dulce, le decía a la Dra. Tomassielo “¿me limpias la traqueatomía?”.