Herbas dice que su lugar es la Guardia del Hospital
El Director del Hospital quiere que el Servicio de Emergencias funcione con mayor eficiencia. Luego de reuniones con Edgar Britos y Cecilio Salazar, con el alejamiento del Jefe de Personal Carlos Médici y el fallecimiento de un adolescente al que tres médicos no pudieron detectarle una peritonitis que provocó una infección que le costó la vida, el hombre más fuerte en el sector de urgencias rediseña su rol en la salud pública.
La saturación del sistema de salud público local, reconocido como tal por el Ejecutivo que propuso y el Concejo que aprobó la emergencia sanitaria que rige, tuvo una estocada irremontable la semana pasada, cuando en plena recuperación de la capacidad operativa del Hospital un chico de 14 años falleció mientras estaba internado en terapia intensiva, luego de lo que hoy se investiga como un error de diagnóstico que tuvo a los médicos de Guardia como protagonistas.
Gabriel Ulises Pérez Sotil, de 14 años, murió el jueves a la madrugada tras ingresar de urgencia al Hospital luego de que lo viera un médico en el CIC y lo derivara de inmediato. El cuadro de apendicitis que sufría había derivado en una peritonitis que por la falta de atención a tiempo se transformó en una infección generalizada que le costó la vida.
Sus padres refirieron al Secretario de Salud Edgar Britos que lo habían llevado a la Guardia varias veces durante el fin de semana anterior, pero que en ningún momento quienes lo atendieron se percataron de la gravedad del asunto.
El Director del Hospital confirmó lo que su superior había señalado y reveló que a Ulises lo habían visto “entre tres o cuatro médicos”, por lo que comenzaba un sumario para establecer qué sucedió.
El hecho, más las declaraciones que brindó Herbas a los medios de comunicación en las que señaló la falta de entrenamiento de quienes obtienen el título de médicos, aumentó las rispideces en el área más sensible de la salud pública.
La crónica del regreso a la sala de emergencia
El martes pasado, la renuncia de Herbas resonaba en los pasillos. Se hablaba de una serie de diferencias que habría tenido con Britos en una reunión. Las versiones fueron tibiamente desmentidas porque más de uno escuchó el cruce de palabras que mantienen casi a diario los dos profesionales que tenían en común su pertenencia al staff de Osprera, la obra social que hasta diciembre de 2015 gerenció Cecilio Salazar.
José Herbas trabaja desde el primer día para mantener operativo el Hospital. Desde la limpieza al cumplimiento de horarios fueron supervisados minuto a minuto y así obtuvo varios resultados cuando logró que se fueran los médicos que protagonizaron el peor boicot a la salud pública y el más lamentable ejemplo puertas adentro del nosocomio cuando mantuvieron sin actividad la guardia y la atención a los pacientes.
No le fue fácil ni con su fuerte carácter ni con el poco equipamiento que había. Como ejemplo vale la lapicera que alguien insertó en una de las mangueras que insufla aire a un respirador para bebés, un asesino. O el que se llevó el contenido de la valija con elementos de cirugía o el que desconectó suministros vitales para los enfermos.
El Hospital tuvo una primera vidriera que se completó con los trabajos de pintura de la juventud del partido Fe –que incluyó fondos recaudados en las polémicas noches de corso–, los aportes de cooperadora y de Red Solidaria para terminar la sala de pediatría y el reordenamiento administrativo que permite facturar mejor a las obras sociales, incluidos pacientes del Pami que fueron derivados tras el cierre de la Clínica San Martín y aceptados por el Ejecutivo porque la cápita implica alrededor de un millón de pesos.
Carlos Médici dejó su puesto de Jefe de Personal y se sumó al área de inspección. Fue nombrado en diciembre y trasladado en junio. Nadie habló de las múltiples veces en las que insistió con su renuncia. Las diferencias con el Director aumentaron y Burgos necesitaba un administrador para evitar que las actas se perdieran en el camino que va desde su oficina a la del Juez de Faltas.
Mientras tanto, Herbas estaba complicado con sus propios problemas. Osprera le exigía que cumpla horarios para la obra social que prácticamente son los mismos del Hospital. Tenía que definirse y no le costó mucho, porque el viernes ya se hablaba del “alejamiento de José” y de la reunión que mantuvieron en la noche del viernes con Cecilio Salazar, quien recién llegaba de un encuentro de Intendentes con la Ministra de Salud de la provincia, con tanta mala suerte que la cámara de América 24 enfocó justo a su Secretario Privado y de Prensa, Jonathan Galván, comiendo a destajo como suele hacerlo cada vez que su jefe lo lleva de paseo con los funcionarios.
El miércoles hubo varios cortocircuitos y malos entendidos porque no estaba calculado que los desaguisados del hospital trascendieran tan rápido y por eso anunciaron nuevamente cuestiones de modernización del estado y hasta se entusiasmaron con la construcción de dos oficinas en el espléndido y único patio histórico que queda en el interior del municipio y que ya fue intervenido ediliciamente con muy mal gusto.
El jueves las discusiones por el destino de Herbas arreciaban en todos los rincones y casi ni aparecía por el edificio del Hospital.
Tras la reunión cumbre el médico hizo anuncios el sábado en Sin Galera que presagiaban lo que este semanario titula en esta nota: hay cambios en la estructura.
De regreso al corazón de la Guardia
“Queremos reestructurar algunas áreas que son de prioridad, vamos a orientar nuestros esfuerzos ahí. Emergencias se va a modificar. La Guardia la manejaba el terapista, pero él tiene pacientes que atender en el día a día, por lo cual, se va a reestructurar. “Es una decisión mía, no sindical, se la recomendé al Intendente y al Secretario”, anticipó José Herbas.
“Yo pienso que esta reestructuración es lo mejor”, señaló el médico, que consideró que “en el servicio de guardia no todos los profesionales saben resolver las emergencias”.
Sus palabras críticas para con sus pares fueron parte de las diferencias con Britos. En los pasillos municipales aseguran que en el entorno del Secretario de Salud piensan que no consiguen profesionales que quieran venir a trabajar a la ciudad por el tenor de esas palabras cuestionadoras de Herbas.
“El médico de guardia es el primero que lo ve al paciente y en esa situación de emergencia, se pueden cometer errores; en otras guardias están más sistematizados y tal vez no tienen errores, a ese camino vamos”, dijo el emergentólogo, a quien la muerte del joven Ulises lo llenó de impotencia porque, después de todo y como marcó la concejala Florencia Sánchez, la responsabilidad por la selección de quienes atendieron al chico le era propia.
Salazar no quiere (más) problemas que los que ya tiene, en un municipio que está en “emergencia en todo”. El área de Salud siempre fue una de las que confiaba podían ser su mayor reflejo hacia la comunidad. Sus años al frente de una obra social gigante lo avalaban.
En ese sentido, Herbas lo elogió: “Cecilio tiene la capacidad de ver siempre el horizonte, no creo que yo sea una figura irremplazable”, advirtió para luego dar cuentas de lo que empieza a suceder, su regreso de lleno a la Guardia.
“Nos reunimos con Salazar y con Britos, y charlamos lo sucedido, como seguiremos y los cambios a implementar”, dijo.