El relevamiento nacional de asentamientos registró más de mil familias en San Pedro
El segundo informe de la ONG Techo Argentina no registró nuevos asentamientos en la ciudad. De acuerdo a los parámetros utilizados, el relevamiento arrojó que son nueve los barrios con esas características, donde viven unas 1015 familias, con casi 5 mil integrantes. No hay cloacas, gas natural ni acceso formal a la electricidad o al agua potable. En algunos lugares no hay recolección de residuos ni alumbrado público.
La ONG Techo Argentina dio a conocer la semana pasada los resultados de su segundo relevamiento sobre los asentamientos informales y la problemática sociohabitacional que ello implica en el país.
Al igual que en 2013, el informe incluye a San Pedro, donde están registrados nueve asentamientos que cumplen con los parámetros utilizados por la investigación, donde viven unas 1015 familias, es decir casi 5 mil personas, de acuerdo al promedio que se utiliza para el análisis.
Los resultados nacionales dan cuentas de que hay 2.432 asentamientos informales en los territorios relevados, donde se estima que viven 650.700 familias, aproximadamente. Utilizando la media nacional de 4,6 miembros por cada familia, la estimación es que al menos 2.993.151 personas viven en esas condiciones. El 55, 6 por ciento, en la provincia de Buenos Aires.
Los nueve sampedrinos
En el mapa interactivo de asentamientos 2016 de Techo aparecen marcados nueve barrios de conformación precaria e irregular para todo el distrito.
Desde Buenos Aires hacia el norte, la primera marca es un amplio triángulo que demarca la zona denominada Bajo Tala y Bajo Campodónico.
El relevamiento da cuentas de 70 familias y señala que el asentamiento se estableció en 1970.
Para eliminar excreciones poseen desagüe sólo a pozo negro. El acceso al agua es a través de perforación/pozo. En el barrio hay acceso a la energía eléctrica y alumbrado público. Para cocinar utilizan gas en garrafa y para calefaccionar la casa, leña o carbón. No hay recolección de residuos.
Más adelante se encuentra uno de los asentamientos más antiguos e importantes de la ciudad: el barrio Los Cazadores, conocido también como La Tosquera. Con 1960 como año de inicio, el informe de la ONG reporta la existencia de 400 familias en el lugar.
Al igual que en el asentamiento anterior poseen desagüe a pozo. Para obtener agua utilizan un tanque comunitario. Tienen medidores de energía eléctrica y alumbrado público. Aquí tampoco hay recolección de residuos. Para cocinar usan gas en garrafas y para calefacción, leña o carbón.
El otro lugar que señala el mapa interactivo de Techo es la zona de Bajo Puerto y Bajo Cementerio. Con fecha de conformación 1945, el relevamiento contiene 250 familias.
Pese al paso de los años se repite la situación de otros asentamientos registrados en la costa, no hay cloacas. Sí tienen conexión a la red pública de agua, aunque es irregular. De la misma manera, buena parte del barrio está conectado de manera no regular a la red pública de energía eléctrica. También cocinan con gas en garrafa y usan leña o carbón para la calefacción. El alumbrado público fue aportado por los vecinos y el camión de la basura ingresa de manera formal al barrio.
Las marcas aparecen luego en el mapa “más allá” de la avenida 11 de Septiembre, es decir hacia el norte y el oeste. En la zona del CIC registran dos.
Uno de ellos es El Argentino. Aunque en el barrio hay diversas denominaciones, la ONG señala con ese nombre las manzanas delimitadas por las calles Bozzano, Casella, Las Provincias y Manuel Iglesias.
En ese asentamiento, que comenzó en 2011, hay registradas 100 familias. Respecto a los servicios, las conexiones son irregulares tanto para la red de energía eléctrica como para la de agua potable. No hay cloacas, gas natural ni recolección de residuos. Sí hay alumbrado público.
El otro es el delimitado por las calles Brenan, Casella, Hermanos Indios y Benefactoras Sampedrinas. El relevamiento lo denomina “asentamiento del barrio San Francisco”, por su cercanía con las 288 viviendas del Plan Federal tomadas de manera masiva en 2007, cuyas condiciones no son mucho mejores que las del lindero vecindario registrado.
Allí hay relevadas 30 familias, instaladas desde 2015. Para tener luz y agua, están conectados de manera irregular a las redes correspondientes. Hay alumbrado público y recolección de residuos. No hay cloacas ni gas natural.
Otra “villa miseria” registrada es la ubicado en calle Molina al fondo, al que el relevamiento denomina “asentamiento de Villa Igoillo”. Tiene fecha 2008 -aunque la toma de ese predio data de algunos años antes- y da cuentas de 30 familias.
Eliminan excreciones a través de desagües a cámaras y pozos sépticos. Las conexiones a luz y agua son irregulares. No hay alumbrado público, recolección de residuos ni gas natural.
El denominado “Las Cañitas”, ubicado en Mateo Sbert y Alvear, tiene registradas 40 familias y fecha de inicio 2012. Sin cloacas, tienen luz y agua a través de conexiones irregulares. No hay alumbrado público pero sí recolección de residuos.
Ubicado en Saavedra y Mateo Sbert, el asentamiento Don Juan, que comenzó en 2006, tiene relevadas 70 familias. Tampoco hay cloacas y las conexiones a luz y gas son irregulares. Hay alumbrado público y entra el camión de la basura. No hay gas natural.
La ONG Techo denomina “asentamiento Las Canaletas” al ubicado en calle Saavedra al fondo. Hay 25 familias y la toma de ese lugar comenzó en 2005. Allí hay medidores de luz, aunque para obtener agua potable debieron conectarse de manera irregular. No hay cloacas ni alumbrado público, mucho menos gas natural. Sí pasa el recolector de residuos.
Un problema de fondo
Los asentamientos son un problema estructural. El promedio de antigüedad registrado para San Pedro da cuentas de ello, con barrios como los ubicados a la vera del río que tienen de 50 a 70 años.
La mayoría de quienes viven en esos enclaves no cuentan con conexión formal a la red pública de energía eléctrica con medidor, aunque sí tienen luz: están, como se dice comúnmente, “enganchados”.
Lo mismo sucede con el agua: la mayor parte está conectado de manera irregular a la red pública. En materia de cloacas, ninguno posee. Lo mismo sucede con el gas natural. De acuerdo al trazado urbano, con excepción de los ubicados en la zona costera al este del basural -La Tosquera, Bajo Tala-, sí cuentan con recolección de residuos.
Desde Techo señalaron que la deficiencia en los servicios básicos afecta directamente el día a día de cada habitante de un asentamiento informal. La precariedad en las instalaciones eléctricas aumenta el riesgo de cortocircuitos, incendios y accidentes que pueden ser fatales. Vivir con poca presión de agua, que disminuye aún más en verano, o cargando baldes desde una canilla comunitaria o con agua contaminada porque las mangueras que se utilizan para las conexiones irregulares suelen pincharse, dejan secuelas muchas veces irreversibles en la salud.
Tres años más tarde del primer informe, Techo concluyó que se registran muy pocos avances.
La participación vecinal en cuestiones que hacen ala vida comunitaria es uno de los temas que el relevamiento tiene en cuenta, aunque no está detallado en el informe. El promedio nacional indica que en 7 de cada 10 barrios los vecinos se organizaron. En San Pedro rige desde 2010 una ordenanza de Presupuesto Participativo que nunca fue aplicada y que podría contribuir a mejorar los barrios.
En la actualidad, el Gobierno de Salazar impulsó la conformación de Comisiones de Fomento y hasta contrató a urbanistas para analizar los asentamientos precarios de la zona del CIC con el objetivo de proyectar su urbanización.
También el Gobierno envió una inspección para infraccionar por “construcción irregular” a un histórico asentamiento que no aparece en el relevamiento: la Bajada al Puerto, en el sector ubicado al pie de barranca, bajo la construcción del hotel Azahar Spa, donde el Juez de Faltas dictó una resolución de “demolición y desalojo” que fue apelada y se encuentra en tratamiento en la Justicia Correcional.
Qué es un asentamiento
Techo define como asentamiento a un conjunto de un mínimo de ocho familias agrupadas o contiguas, en donde más de la mitad de la población no cuenta con título de propiedad del suelo, ni acceso regular a al menos dos de los servicios básicos: agua corriente, energía eléctrica con medidor domiciliario y/o sistema de eliminación de excretas a través de la red cloacal formal.
Para el relevamiento utilizaron una encuesta orientada a relevar características socio-urbanas de los asentamientos y su localización geográfica.
“Si bien Techo reconoce la existencia de otro tipo de prácticas habitacionales, éstas no fueron contempladas en el presente estudio. La irregularidad dominial, el déficit en el acceso a los servicios básicos y la precariedad habitacional no son atributos exclusivos de villas, asentamientos y barrios populares informales”, aclara el informe.
En San Pedro, como en otros distritos, existen muchos barrios que por sus características de precariedad y falta de acceso a infraestructura tienen problemas de urbanización y deberán ser considerados a la hora de la formulación de políticas en ese sentido
Otros datos para tener en cuenta
Durante la última sesión del Concejo Deliberante el jueves pasado, se refirió al relevamiento de la fundación Techo el concejal del Frente Renovador José Luis Tirelli, quien participó como voluntario de la tarea.
Se le pasó al edil la presencia de la Secretaria de Desarrollo Humano Karina Chiarella, que había ido para la distinción de Nehuén Scarmozzino como alumno destacado por su participación en las olimpíadas matemáticas, ya que a esa funcionaria le será de utilidad la información vertida en el trabajo.
Al terminar la sesión, Tirelli contó que recorrió diversos sectores de la ciudad con quienes tenían a su cargo el relevamiento, y reconoció que quedaron afuera, en virtud del esquema metodológico previsto, barrios como El Caserito o Hermano Indio, dos históricos asentamientos locales, donde las problemáticas son similares a las que presentan los relevados.
En el Concejo Deliberante hubo quienes recordaron publicaciones de La Opinión como la que reveló que desde el Bajo Tala, pasando por La Tosquera, el Bajo Cementerio y el Bajo Puerto, Las Canaletas y hasta llegar a Vuelta de Obligado, viven más de 7.000 personas o la que dio cuentas de un informe que hicieron los arquitectos Codern, Barceló y Penino el año pasado que relevó más de 4.500 hogares “de la 11 de septiembre para allá”, es decir hacia el norte y el oeste, lo que implica casi 20 mil personas, de acuerdo al promedio de 4,6 utilizado por Techo.
Por otro lado, según el Censo 2010, hay en San Pedro 58.508 personas que habitan 17.409 de las 20.684 viviendas registradas. Se trata de los datos oficiales con los que cuentan los gobiernos nacional, provincial y municipal para el diseño de políticas públicas orientadas, más allá de las buenas voluntades de fundaciones como Techo, cuyo plan es colaborar en la urbanización de asentamientos.
De esos 20 mil hogares, hay 13.400 cuyos moradores son propietarios, es decir que hay alrededor de 7.000 familias que alquilan. El informe de techo da cuentas de 1015 familias, aproximadamente, que viven en asentamientos precarios.
Según el Censo 2010, hay 1.299 hogares que carecen de servicio de agua potable y 5.143 que no tienen cloacas. El gas natural sólo llega al 45, 2 por ciento del total de la población, es decir que más de 8 mil viviendas utiliza otro tipo de combustible para cocinar y calefaccionarse.
Un dato nada menor respecto del equipamiento para la vida cotidiana que tienen los hogares sampedrinos es el que indica que hay 1.306 viviendas que carecen de heladera.