El jueves pasarán a comisión el expediente y empieza otra batalla entre los concejales
Una semana después de que los nueve concejales que ahora responden a Cambiemos decidieran no volver a sesión tras un cuarto intermedio, el Salón Dorado será escenario del regreso para reanudar el debate del proyecto de transferencia de la concesión del predio donde funciona el Howard Johnson Marinas. Dos dictámentes contrapuestos. El pase a comision asegurado. La guerra entre viejos adversarios que estaba dormida en el HCD despertó para que se disparen con munición gruesa. En estos días sucedió de todo: desde la convocatoria a la policía hasta la renuncia del Secretario Legislativo.
Cuando La Opinión advirtió el 13 de agosto que sobrevendría un debate intenso respecto a la solicitud del empresario Alejandro Monjo para modificar los términos de la ordenanza mediante la que la empresa San Pedro Resort S. A. había obtenido la concesión del predio donde funciona el Howard Johnson, a nombre de sus hijos, para transferir la titularidad a otra empresa, Costa San Pedro S.A., suya y de su esposa, jamás pudo imaginarse que esa discusion sería primero sorda y luego estridente.
La comunidad asistió desde el jueves a una guerra sin cuartel entre dos mitades exactas del Concejo Deliberante, donde se pusieron en juego convicciones políticas y no tanto; intereses colectivos y personales; relaciones públicas y privadas; amistades y enemistades; odios nuevos y antiguos; pasiones que a algunos les podrían sonar “fuera de moda”; y golpes en el pecho que a muchos no convencerían por lo agitado del ambiente en el que se dispusieron.
El Concejo está en un impasse desde que el jueves, en medio de la sesión donde se debatirían los dos dictámenes contrapuestos en relación al tema, los concejales Sánchez Negrete, Almada, Ferraro, Adrover, Nouet, Paz, Salazar y Noseda decidieron no volver al recinto tras un cuarto intermedio, lo que significó el fin de la silenciosa rosca previa y el comienzo de la vociferada guerra posterior.
Antes de recorrer en página 3 la compleja trama que mantuvo a la población en vilo y sin alcanzar a comprender qué discutían los actores políticos de una ciudad cada vez menos acostumbrada a debates de fondo, es necesario dar cuenta de lo que sucederá desde mañana jueves.
El presidente del HCD Mario Barbieri, tras encabezar junto al candidato a intendente de Cambiemos Cecilio Salazar una reunión con todos los ediles de ese sector político (ver recuadro), decidió convocar para el jueves a fin de reanudar la sesión. Será a las 9.00 de la mañana. Allí los ediles deberán votar la moción de orden que la semana pasada, antes del escándalo, hiciera Juan Almada para que el proyecto vuelva a comisión, a pesar de tener dos dictámenes bien claros respecto de las posturas de cada uno, a favor y en contra de la solicitud que hizo el empresario.
El pase a comisión no sólo es un hecho porque, en principio, todos irán a sesión y porque los nueve “ausentes” ahora cuentan con el voto doble de Barbieri, que la semana pasada estaba de licencia y su lugar al frente del cuerpo lo ocupaba Norberto Atrip, sino porque ayer había consenso -aunque con rostros arrugados- para hacerlo.
Incluso, La Opinión presenció diversos diálogos entre los ediles del grupo de los “presentes” en los que reconocieron que el camino posible para salir de la crisis en la que quedó inmersa la institucionalidad política local es el de conceder el pase a comisión y empezar de nuevo.
Antes de la reunión en Presidencia, Cecilio Salazar dialogó con Patricia Rocca y Cecilia Vázquez. La primera, propensa a considerar que el debate ya fue dado en tiempo y forma, con la ausencia recurrente de los que desde la semana pasada reclaman “más tiempo”; la segunda, inclinada a considerar el regreso a comisión como parte de las posibilidades políticas que hay hacia adelante, aunque siempre en pie de guerra para defender sus posiciones.
Allí, Salazar les planteó ante este semanario algo que no se había tenido en cuenta y que hace prever que la moción de Almada será aprobada. “A mí lo que me interesa son los trabajadores”, les dijo. “Eso es lo que íbamos a garantizar con el agregado en el cuarto intermedio”, respondieron las concejalas, ante la mirada atenta del también sindicalista Martín Portillo, quien escuchaba en silencio luego de no saludarse con el de Uatre. “Sí, pero no lo que dice la empresa. A mí me interesa lo que tengan para decir los trabajadores”, disparó Cecilio.
En ese sentido, les dijo que más que la garantía de mantener los puestos de trabajo por parte de Costa San Pedro, lo que espera que quede registrado e incluido en el expediente es la conformidad de los trabajadores, quienes deberán prestarla ante el Ministerio de Trabajo.
Bien asesorado por su rival en la interna Sergio Rosa, que luego en la reunión fue el encargado de dar los detalles legales del asunto, Salazar les explicó a Rocca y Vázquez que la situación implica no el traspaso de una empresa sino el cambio de firma de una concesión, por lo que los empleados bien podrían decidir por seguir en la compañía que se va, la que debe garantizarles la continuidad del puesto o bien indemnizarlos de acuerdo a lo que establece la ley.
Ese detalle hizo pensar a Rocca y Vázquez, aunque no tanto al más avezado en cuestiones laborales Portillo. Es previsible, con todo, que ese argumento destrabe una discusión de sordos que se pelean más allá del expediente en sí mismo y que la batalla siga por otros temas, aunque con firmeza.
Sandra Mari, una de las más virulentas defensoras de la aprobación de la transferencia, fue clara al cierre de esta edición cuando fue consultada al respecto: “Me tiene cansada el tema. Por mí, que lo pasen a comisión, que se lo lleven a la casa, que hagan lo que quieran. Me pudrieron. La verdad, que hagan lo que se les cante”.
Eso sí, planteó que el jueves, una vez que hayan tratado todos los temas pendientes, sacará la espada para batallar por el Presupuesto del HCD, que será votado en una extraordinaria citada para el mismo día.
El proyecto contiene, una vez más, el máximo posible de la dieta, es decir 3,5 veces el salario de un empleado municipal ingresante con 40 horas, que en diciembre será, pura y sin otros ítems que suman, de 26.348 pesos en bruto.
Mari es una de las que propuso a los concejales que la dieta se calcule a partir de la categoría 0 creada por el Ejecutivo en el último presupuesto con el objetivo de evitar que ante cada aumento de salario de los empleados sean los políticos los más beneficiados. No tuvo eco y al menos los que responden al presidente del cuerpo le manifestaron que no serían ellos quienes se metieran “con el bolsillo de los que vienen”, por lo que el tema promete discusión el jueves.
“Me va a tener que acompañar”
El viernes, ante la falta de quórum, el presidente interino del HCD Norberto “Cachi” Atrip hizo uso del artículo 70 de la vetusta Ley Orgánica de las Municipalidades que sancionó la dictadura que mantuvo durante 18 años proscripto al partido mayoritario y convocó a la fuerza pública para que lleve a los ediles a sesión.
“La minoría compelerá, incluso con la fuerza pública, a los concejales que por inasistencia injustificada impidan las sesiones del Concejo”, dice la ley. Tras un debate sobre el verbo “compeler” que se saldó leyendo el diccionario, quedó claro que lo que debía hacer la policía era ir a buscarlos y obligarlos a dar quórum.
La Opinión acompañó el recorrido casa por casa de los nueve ausentes. Al único que encontraron fue a Nouet, que primero firmó en disconformidad. Luego el comisario lo llevó hasta la Municipalidad pero en vez de entrar se iba para la casa cuando otra vez la policía lo fue a buscar. “Me va tener que acompañar”, le dijeron, y se subió a un patrullero al grito de “no voy, procéseme por resistenia a la autoridad”. Finalmente lo llevaron hasta adentro del recinto pero la policía no quiso asumir la responsabilidad de sentarlo en la banca, por lo que no hubo quórum. Toda la provincia habló del tema, con pocos precedentes.