El futuro de la Ley de Tierras: "El destino de una Nación en juego"
El exsecretario de Obras, Planeamiento y Catastro, Javier Silva, analiza para La Opinión las consecuencias de una eventual derogación de esta ley, que limita la venta de campos a extranjeros, propuesta por el presidente Javier Milei. Para el abogado, están en juego "la soberanía nacional, la seguridad alimentaria y el futuro equitativo del país".
Por Javier Silva, abogado, exsecretario de Obras, Planeamiento y Catastro de la Municipalidad de San Pedro.
Incluida en el plan de desregulación del nuevo Gobierno, se encuentra la eliminación del la Ley de Tierras (Ley 26.737/12). Tildada por algunos como de aberración y contraria al libre mercado, la legislación regula la compra de tierras rurales por parte de personas físicas o jurídicas extranjeras.
¡Atención a todos los espectadores! El escenario político argentino se ilumina con debates sobre la Ley de tierras. ¿Qué está en juego? ¡Nada menos que la soberanía nacional, la seguridad alimentaria y el futuro equitativo del país!
Imaginá este escenario: una ley que regula la tenencia de tierras, un escudo protector contra la adquisición masiva de terrenos por manos extranjeras. Pero, ¡sorpresa! Este pilar está en riesgo de desmoronarse.
¿Qué podría suceder si esta ley se deroga? Los riesgos son como escenas de una película de suspenso:
1. Dominio extranjero: ¿imaginás vastas extensiones de tierra en manos foráneas? La derogación de la ley podría abrir esta puerta, amenazando la soberanía y el control sobre recursos vitales.
2.La ruleta alimentaria: la agricultura es vida, pero ¿y si las tierras se convierten en campos de exportación en lugar de nutrir al país? La seguridad alimentaria pende de un hilo.
3. Conflicto y drama: imaginá comunidades locales enfrentando desplazamientos y conflictos, todo debido a la compra desmedida de terrenos sin regulación adecuada. ¿No suena a película de alto impacto?
4. Divide y vencerás: la concentración extrema de la propiedad puede ampliar la brecha entre ricos y pobres, creando desigualdades territoriales que podrían definir el futuro de la Nación.
5. Sin ley ni orden: ¿y si desaparece la regulación? ¿Podrían ocurrir maniobras turbias en la adquisición de tierras? La falta de control abriría un capítulo lleno de incertidumbre.
¡Pero, alto ahí! Esta película no tiene que acabar en un desastre. Con regulaciones claras y sólidas, se puede escribir un final diferente. Proteger los intereses nacionales, preservar los recursos y promover un desarrollo justo y sostenible es el desenlace que todos esperamos.
Así que, ¡tomen asiento y agárrense fuerte! El debate sobre la ley de tierras promete acción, intriga y el destino de una Nación en juego. ¡No se pierdan el desenlace!
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