“Desisto del proyecto porque no quiero un costo político”
Juan Manuel Sierra, el propietario del Circo Altoff que compró cinco hectáreas para instalar un zoológico en la zona de Gobernador Castro estaría decidido a descartar el emprendimiento por la oposición local que encontró, y tras el suceso de la pasada semana cuando uno de sus animales le amputó un dedo a una niña en Coronel Dorrego. Dijo sentirse agradecido por cómo lo recibió el propio Barbieri meses atrás, pero que no está dispuesto a que su proyecto “le genere un costo político” al Intendente.
“Con estos problemas, estoy pensando en desistir del proyecto. Tengo las cinco hectáreas compradas, pero estamos siendo perseguidos por la Sociedad Protectora de Animales”, explicó el propietario del Circo Altoff, Juan Manuel Sierra, en diálogo con La Opinión.
El empresario dijo a este semanario que el principal escollo que tiene para seguir adelante con el proyecto iniciado en inmediaciones de Gobernador Castro, exactamente en un campo ubicado sobre la Ruta Nº 9 y el acceso a esa localidad, es el reclamo de este tipo de entidad que suele contactar a adeptos en todo el mundo.
“Es gente que no tiene qué hacer y se dedica a esto. Cuando saben de algún proyecto con animales empiezan a mandar e-mails a gente de diferentes países para que adhieran… Hay una persecución contra los circos de animales; ellos están más organizados que nosotros que tenemos que trabajar todo el día”, sintetizó el propietario.
Sierra confirmó que el Intendente de San Pedro “había recibido estas quejas por e-mail”, y que sabía que las mismas habían dado lugar a un proyecto presentado por el bloque justicialista en el HCD para solicitar explicaciones al Ejecutivo.
“Estoy arrepentido de haber comprado esas tierras. Estuve con el Intendente, me brindó todo el apoyo. El delegado de Castro también; me facilitaban las máquinas para limpiar el terreno. Hasta habíamos adquirido el alambrado para el perímetro y lo declararon de interés municipal, pero no quiero que el Intendente se juegue por esto y tenga un gran costo político para él”, explicó Sierra.
Trágico accidente
El empresario, enfrenta desde la semana pasada un difícil trance porque mientras su circo se disponía a ofrecer funciones en la localidad de Coronel Dorrego el miércoles pasado, una niña de diez años que se acercó a la jaula de un oso para acariciarlo, sufrió el ataque del animal que le amputó el dedo índice de la mano derecha. El suceso, ocurrió alrededor de las 15,30 horas, cuando el personal de Altoff se encontraba armando la estructura, y fue lo que decidió a Sierra a desistir del proyecto en Gobernador Castro.
“Iba a ser el primer Zoo show de la Argentina, porque íbamos a brindar un espectáculo en cada jaula con los animales. Nosotros poseemos muchos por el circo, desde llamas, alpacas, tigre de bengala, oso pardo, leones africanos, etcétera que iban a ir al zoológico. Además, en el circo por ley no podemos exponer especies autóctonas, pero lo íbamos a hacer en el “zoo”, explicó.
Sierra recalcó que “le iba a dar trabajo a varias personas”, y que aunque tiene su casa en Escobar también pensaba construir otra en el campo de Castro con la intención quizá de radicarse allí con su familia porque tiene parientes en San Pedro.
“A lo mejor se me pasa, estoy confundido con lo que pasó en Dorrego”, explicó.
De esa ciudad, el circo fue despedido al día siguiente del suceso por orden del propio Intendente. Sierra explicó que “el cura había presionado” al mandatario para tomar esa medida y se defendió explicando que lo ocurrido había sido un accidente. “Cuando se cae un avión no se detienen los vuelos, o cuando ocurren accidentes de moto. Entonces, no nos pueden cortar por esto la libertad de trabajo. Además en las radios locales llamó la gente a favor del circo”, comentó.
El Circo Altoff es reconocido en la Argentina por su gran trayectoria. Trabajan alrededor de unas 65 personas en él, pero después de estas experiencias difíciles su propietario reconoce que no sabe hasta cuándo continuará ofreciendo funciones. “Lo voy a seguir un tiempo, pero mi intención era cambiar un rumbo”, dice.