Alicia K… la dignidad en 7 camiones
La semana pasada el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, realizó un espectacular operativo de entrega de muebles y electrodomésticos en nuestra ciudad. 7 camiones, durante 6 días consecutivos, repartieron todo tipo de enseres domésticos. En medio de la distribución hubo amenazas a la prensa, por parte de empleados del Ministerio que conduce Alicia Kirchner.
La semana pasada, no era difícil encontrar a la gente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que repartía mercadería a pocos metros del basural a cielo abierto de San Pedro. Los 7 camiones repletos con muebles y mercadería, no eran precisamente la mejor manera para, como le gusta a la Ministra Alicia Kirchner, “pasar desapercibidos”.
Al parecer y según relato la Secretaria de Desarrollo Humano de la Municipalidad Marta Perret, durante el mes de Septiembre de 2007 (30 días antes de las elecciones) se realizó un relevamiento por diferentes barrios de San Pedro en el que Asistentes Sociales del Ministerio, “tomaron nota de las necesidades de la gente”.
Fue en el contexto del Programa de Ayudas Urgentes (PAU), creado en el 2005 mediante una resolución administrativa para justificar legalmente “los regalos” de campaña, según denunció el Diario “Critica de la Argentina” en aquella edición que mostraba a Alicia Kirchner rodeada de electrodomésticos que habían sido repartidos en el conurbano.
Paradójicamente, el programa llamado “Ayuda Urgente” tardó exactamente un año en llegar a nuestra ciudad. Finalmente a lo largo de toda la semana pasada, 7 camiones del Ministerio de Desarrollo Social se dedicaron a repartir, con la ayuda de algunos punteros y funcionarios municipales que los “guiaron”, una impresionante cantidad de mercadería entre la que se contaban chapas, tirantes, membranas, colchones, camas, frazadas, cocinas, heladeras, garrafas, calefones, estufas eléctricas, roperos y otros enseres domésticos.
Si bien recorrieron varios barrios de San Pedro, como Hermano Indio y Villa Igoillo, fue en “La Tosquera” en donde el Ministerio desembarcó con mas fuerza, completando prácticamente el cien por ciento de las viviendas con las entregas. Hasta allí fue “La Opinión” para registrar los acontecimientos.
Allí, más de 150 familias observaban como de los camiones de empresas de logística y también de Proveedores Mayoristas como el “Grupo Colonia”, los 2 o 3 empleados designados para cada camión bajaban prolijamente todo lo que indicaban los listados. Eso si, siempre antes de siquiera tocar un mueble, se le exigía al vecino que firmara el recibo en el que constaba la entrega.
Puntualmente fueron entregando todo en cada casa, en las que la falta de trabajo hacía encontrar casi siempre a sus dueños adentro. Cuando los camiones se vaciaban, recargaban su contenido en la estación de servicio de “La Serena” ubicada sobre la Ruta Nº9, en donde había varios chasis repletos de mercadería.
La gente de Desarrollo Humano de San Pedro, daba indicaciones de como llegar a cada lugar, sin tener demasiada información del operativo. Al cierre de la edición, todavía no tenían en su poder ni siquiera los listados de lo entregado, información imprescindible para no “duplicar” la ayuda.
“Si está la prensa, no bajamos nada”
“¿Vos sos de La Radio, no?” dijeron ni bien llegamos al lugar. “Mira macho, esto depende de vos. La orden que tenemos del Ministerio es que ni bien aparezca algún medio levantemos campamento. ¿Vas a dejar a la gente sin las cosas?”, dijo uno de los coordinadores del “programa de ayudas urgentes” que repartía muebles y electrodomésticos en “La Tosquera”, enfundado en su correspondiente casaca azul con el logo del Ministerio de Desarrollo Social.
Cuando la cámara de fotos comenzó a disparar su flash, la misma persona que nos había advertido sobre nuestra “responsabilidad” por la suspensión del operativo, fue a “avisar” a los vecinos que “por culpa de la radio suspendían todo”. “Con la pobreza no se juega! gritaba, casi convencido, el muchacho. Mientras tanto, ponía a un barrio entero contra la prensa. La misma prensa a la que se acude cuando los dirigentes “no escuchan”.
Paralelamente, desde los camiones, comenzaron a bajar distintos tipos de insultos y diversas amenazas.
Los más amables en sus modos para echar a los medios, fueron los propios vecinos del barrio. Casi en un ruego, pedían que se retiraran para que no se quedaran sin la “generosidad” del estado.
Al parecer, la Ministra Alicia Kirchner había sido explícita con su pedido de “perfil bajo”. Tal como sucedió en su último almuerzo en el Club Náutico hace 15 días, cuando pidió no ser fotografiada para poder ser “una sampedrina más”. Es que su amistad desde la época de juventud en La Plata con los sampedrinos Elvio Macchia y Raquel Tiramonti (hoy funcionarios del Ministerio), hace que la Ministra tenga un afecto especial por la tierra de las naranjas, a donde viene a descansar cada vez que puede hacer “una escapada”.
Por eso, solamente después de que los medios se habían replegado a una “distancia prudencial”, el operativo continuó. Solo esporádicamente alguna vecina, que claramente participaba de la coordinación, se acercó para amenazar e insultar.
No hay libro de quejas
El barrio “La Tosquera” es quizás, el más postergado de la ciudad. Tiene una situación social que se asemeja mucho más a la del conurbano, que a la de los barrios pobres del interior. Habitan ahí muchas personas en precarios ranchos de barro, teniendo como único recurso y sustento el basural a cielo abierto que los abraza. Allí no existen los servicios básicos, y en muchos casos las calles llevan la traza de quienes por allí transitan. Tampoco se tuvo en cuenta que para albergar la generosa ayuda del Ministerio, en algunos sitios no hay techo que proteja las cocinas. En ese contexto, algunas de las ofrendas del estado rayaban el absurdo.
Estufas eléctricas para viviendas que no tienen luz, juegos de dormitorio de dos plazas en ranchitos de menos de 20 metros cuadrados de superficie, y cubrecamas de colores para familias a las que les vendría mucho mejor una buena frazada (sobre todo durante esos inviernos en los que el estado no regala garrafas). Se repartían además, chapas, tirantes de madera, membranas, cocinas con horno, y todo tipo de electrodomésticos.
La polvareda que levantaron los camiones al retirarse todavía estaba en el aire, cuando se empezaron a escuchar las primeras quejas sobre la entrega.
“Nos vinieron a preguntar antes de las elecciones que necesitábamos” contaba una vecina. “Hicieron listas larguísimas de pedidos, y terminaron trayendo cualquier cosa” agregó mientras intentaba armar el ropero de Sudamericana Equipamientos S.A que el ministerio había dejado en su casa. “Esta incompleto, le faltan partes” se quejaba Miriam del mueble fabricado por una empresa cuyo objeto social es tan amplio que va desde la fabricación de muebles, hasta armas.
Raquel, otra vecina, comentó sorprendida que bajaron en su casa cosas que no necesitaba ni puede agregar a su vivienda, como el caso de un calefón y que en cambio no pudo obtener algunos otros elementos que le hubieran venido mejor.
Esta situación, con muchas entregas que poco tuvieron que ver con las necesidades reales de la gente, ya están generando que mucha de la mercadería entregada se este ofreciendo para la venta. “Necesito la plata para comer” es el contundente argumento esgrimido por muchos de quienes venden lo recibido por el ministerio, acostumbrados a ser humilladas con prolija periodicidad cada vez que hay elecciones, por quienes prometen resolverles la vida con dadivas que jamás resuelven el problema de fondo.
También, con buen tino, muchos vecinos intercambian los muebles y electrodomésticos entre si, de acuerdo a las prioridades de cada familia.
La última vez que nos acercamos al operativo, alguien que supuestamente era asistente social le decía a un ama de casa que “las cosas que te dejamos, ahora son tuyas y no le debes ningún voto a nadie por eso”. Valga la aclaración.
La obsesión por el relato
Mas allá de que todos los funcionarios políticos afines al grupo de Alicia Kirchner consultados, desmintieron rotundamente el carácter “clientelar” de las entregas, lo cierto es que seria muy ingenuo pensar que el reparto no ha tenido mucho de “político”.
Si bien siempre es bienvenida la ayuda para quienes mas la necesitan, queda planteada la duda sobre cuales son los resortes que determinan que la ayuda del gobierno vaya a una u otra parte de acuerdo a las urgencias de la gente, o los contactos políticos.
Lo esperable, claro está, es que las políticas sociales del Estado Nacional estén determinadas por las necesidades y los objetivos de desarrollo trazados, y no por la cantidad de funcionarios amigos en un Ministerio.
Pero el Gobierno Nacional, parece a veces más preocupado por construir un relato sobre si mismo que los ubique bien lejos de las prácticas de “la vieja política”, que por aplicar efectivamente estrategias de trabajo superadoras de lo hecho hasta este punto.
Justamente por eso, es que el nerviosismo y las amenazas por parte de los funcionarios y empleados del Ministerio de Desarrollo Social al llegar la prensa al barrio “La Tosquera”, parecen haber tenido mucho más que ver con una obsesión por disimular “las formas” y defender ese relato que los ubica en la vereda “progre” de la política nacional, que por tapar alguna situación poco clara.