Aguardan la evolución de Francisco López
El Día del Socio en el club Náutico tuvo un episodio que marcó la jornada, los días subsiguientes y las históricas previas de la institución: la descompensación de Francisco López, un joven basquetbolista de 19 años que golpeó su cabeza contra la arena en la playa ubicada en la zona de Punta Pavita.
Las circunstancias en las que se produjo el hecho tienen versiones encontradas. Lo cierto es que Francisco pidió ayuda a sus amigos porque no podía mantenerse en pie y sentía “un cosquilleo”.
Tras desvanecerse fue asistido por personal médico del club y luego trasladado en una ambulancia del servicio de emergencias privado CEM a la clínica San Pedro, donde decidieron suderivación al sanatorio Las Lomas, ubicado en San Isidro.
Allí fue sometido a una intervención quirúrgica para retirar la vértebra que oprimía la médula y luego a una segunda en la que se intentó restituirla.
Una de sus hermanas informó ayer que lo someterían a una tercera operación y pidió que recen por Francisco. El lunes por la noche, la parroquia Nuestra Señora del Socorro estuvo colmada por amigos y familiares del joven, que forma parte de esa comunidad religiosa, quienes elevaron sus plegarias en una “noche de oración” para pedir por su pronta recuperación.
Estudiante y deportista
Francisco, Fran o Pancho, a esos tres nombres responde Francisco López. Hijo de Mónica y Jorge; hermano menor de Rocío y Camila; novio de Mercedes, hincha fanático de River Plate que cursó sus estudios primarios y secundarios en la Escuela Normal como parte de la promoción 2014 de la institución.
En 2015 ingresó en la Facultad de Agronomía de Zavalla, donde estudió algunos meses hasta que decidió abandonar. Un año después comenzó a cursar en la Universidad Católica Argentina (UCA) de Rosario la carrera de ingeniería industrial.
En simultáneo a su formación académica Pancho también se destacó en el básquet, deporte que inició en Paraná con Martín Gálvez como entrenador y continuó en Náutico. Su liderazgo, extroversión, competitividad y compañerismo lo llevaron a ser pieza importante de los planteles que conformó en la institución Celeste.
Una anécdota lo define a la perfección: en 2013, siendo cadete, fue parte del plantel de primera que visitó a Honor y Patria en Capilla del Señor en un duelo por la permanencia en la zona A de la Asociación Zárate-Campana (ABZC). El gimnasio era un hervidero y en el último cuarto Marcelo Duffy envió al jovencito a la cancha. Sin embargo, a ocho segundos de haber pisado el parquet, en una jugada desafortunada, se quebró uno de sus dedos de la mano derecha y no pudo continuar. Su cara habló por sí sola.
En 2011 estuvo ternado a los Paulino, el tradicional premio que entrega Náutico cada año al deportista más destacado de cada disciplina. Además, cuatro añosdespués fue parte del plantel superior que se coronó campeón de la zona B de la ABZC y logró el ascenso a la máxima división. Francisco López jugó 11 partidos y convirtió 31 puntos en total.
Si bien dejó la competencia a fines del mismo año su pasión por el deporte de la pelota naranja sigue intacta. Es común verlo tirar al aro en solitario en el playón de ingreso al Club Náutico o en algún entrenamiento con los equipos celestes. Hoy la vida lo puso a prueba, como tantas veces lo hicieron los rivales y él encontró los caminos para superarlos.