Una vereda cuesta 4.500 pesos
Mientras la ciudad crece en edificios, las veredas siguen siendo un objeto olvidado del paisaje local. A pesar de que existe una exhaustiva normativa respecto a su construcción, poco se respeta. Además, el mal uso de este espacio público queda en evidencia con las motos mal estacionadas o los espacios que ocupan comercios.
“Estoy cantando en la vereda del sol”, decía hace mucho tiempo Serú Giran. Hoy en San Pedro no sólo cuesta cantar y caminar por la vereda sino que, además, las nuevas y elevadas construcciones se encargan de tapar el sol, por lo que el verso queda sin efecto en una ciudad en la que el mate en la puerta de la casa era casi una obligación que contribuía al paisaje cotidiano.
Existen veredas anchas, de mosaico, de baldosa o simplemente de cemento pero pocas cumplen con los requisitos que se describen en las páginas 49 y 50 del reglamento de Obras Públicas que, entre varios puntos, exige que los elementos a utilizarse en la costrucción o reparación de una vereda deben ser aprobados por esa cartera.
Caminar por las veredas de San Pedro es una odisea, más aún si llueve; ni siquiera las baldosas colocadas en la peatonal del centenario acompañan un recorrido sereno por la ciudad. Muchas tienen sus lajas levantadas por las raíces de los árboles y otras tantas por la poca colaboración de los vecinos, que suben sus motos y arruinan más de una acera. Podría considerarse, en muchos casos, un testigo único de la historia de San Pedro que se deteriora y se pierde con el tiempo.
“La vereda es pública”, contestó una sampedrina mientras subía su vehículo a un lugar indebido. Que la vereda es pública es cierto y por lo tanto todos los vecinos deberían colaborar en su mantenimiento y su reconstrucción. Pública: es decir de todos y no, por ejemplo, de comercios que hacen uso de ella para exhibir mercadería sin autorización.
Construir una vereda no es nada barato: “Van desde 43 a 51 pesos el metro cuadrado”, señaló un empleado de una empresa de materiales y agregó que además, a ese precio habría que sumarle “mano de obra y la mezcla para colocarla”, por lo que el precio final de la construcción, respetando los requisitos que enumera Obras Públicas para un frente de 10 metros sería de unos 4.300 pesos como mínimo.
Entre los requisitos que cualquier vecino debe cumplir para su vereda se destacan: una pendiente de dos por ciento hacia la calzada, debiendo enrasar con la arista superior externa del pavimento; además la Secretaría de Obras Públicas señalará los cuadrados de 0.60 centímetros donde se colocarán árboles.
Pocos vecinos están al tanto de que existe un plazo para la finalización de la obra: son 90 días desde el momento en que se programa. En caso de que venza ese lapso, la Municipalidad aplicará una multa de 100 pesos por cada infracción y procederá a construirla por licitación pública, cuyo costo correrá por cuenta del propietario. No es un chiste, eso es lo que está normado.
No es cuestión de lugar
Los problemas en el alumbrado público no se ven reflejados en un solo barrio de la ciudad, es una característica que se repite desde el más acomodado hasta el más humilde.
En muchos, las roturas en las veredas van de la mano de los baches que ocupan un importante lugar en las calles y con algún árbol de larga data que con sus raíces ayuda al levantamiento de las baldosas.
Frente a la Plaza Constitución, por Pellegrini, lugar privilegiado ubicado en el casco histórico de la ciudad, el trayecto es intransitable. Son no más de 10 metros completamente llenos de pozos que podrían ser tapados por empleados municipales, ya que corresponde a una vivienda abandonada que ocupa un sitio único.
Miguel, albañil con más de 20 años de trayectoria, destacó que la construcción de una nueva vereda “no es complicado ni requiere demasiado tiempo”, por lo que no comprende por qué en San Pedro hay tantas en mal estado.
En cuanto al precio, se animó a decir que varía según los productos y el tiempo que requiera la finalización del trabajo pero que no está por encima de los “450 pesos por metro cuadrado” con materiales y mano de obra incluida, algo que hace un total de 4.500 pesos para una vereda de 10 metros de frente.
Cuidado de no caerse
Varias anécdotas surgen rápidamente cuando se toca el tema de las veredas en mal estado. “Mi vecino tuvo que pintar los extremos de su vereda de amarillo porque sobresale del resto y un día un señor se tropezó, se quebró y le inició juicio al propietario”, relató una joven sampedrina que señaló que hay un punto de la ordenanza municipal que explica que toda la vereda debe ser pareja y no podrá tener elevaciones que dificulten el tránsito normal.