Una semana, una manzana, dos asesinatos
El Barrio San Francisco de Asís es, otra vez, el escenario de hechos delictivos. Al parricidio de Castroborda que tuvo lugar la semana pasada, se suma el asesinato de Héctor “Cari” López. Según las versiones de los vecinos el asesino es, Cesar Viana. En diálogo exclusivo con la familia del fallecido, reconstruimos las circunstancias en las que se produjo el crimen a partir del testimonio de su primera suegra, Regina.
Esta historia de peleas, insultos, maltratos y brutalidades que terminó con el asesinato de Héctor “Cari” López, comienza aproximadamente hace 5 años. Para aquel entonces Karina López, hija del primer matrimonio de Héctor entabla una relación amorosa con un delincuente muy conocido de la ciudad, Cesar Viana. Fruto de esta relación la pareja tiene dos hijos, de 4 y 2 años. La situación empezaba a ser cada vez más conflictiva, el marido comienza a insultar y maltratar a la mujer, despreciándola repetidas veces. Karina denunciaba una y otra vez a Cesar Viana, en la Comisaría sin recibir respuesta alguna.
Al cabo de un tiempo aguantando los embates de su pareja, Karina decide cortar todo tipo de relación con él. Es entonces cuando abandona la vivienda donde estaba alojada y se muda con sus dos hijos a una casa usurpada del Barrio San Francisco de Asís, con el único fin de lograr deshacerse de las molestias de su ahora ex marido.
El principio del fin
Su padre, Héctor “Cari” López, vivía en otra vivienda usurpada, que se encuentra ubicada en diagonal a la casa de Karina en la misma manzana. La víctima vivía en esa condición desde que recuperó su libertad, luego de cumplir una condena por venta ilegal de estupefacientes. La mamá de Karina o sea, la esposa de Héctor había muerto de cáncer hace ya varios años, dejando huérfanos a 6 hijos. Héctor López visitaba frecuentemente a sus hijos que vivían en custodia de su primera suegra y abuela de la esposa del asesino.
La usurpación en el Barrio San Francisco de Asís estuvo lejos de ser la solución al problema de violencia familiar que la aqueja a Karina López desde hace tanto tiempo. Las visitas al barrio por parte de Cesar Viana, eran tan frecuentes como antes lo eran a su anterior morada. Su padre era ahora fiel testigo de cada uno de los embates violentos que se producían.
El sábado pasado por la noche, la violencia no se hizo esperar. La situación se volvió tan problemática que el mayor de los hermanos, con tan sólo 4 años de edad, corrió a avisarle a su abuela que su padre estaba golpeando fuertemente a su madre. Si bien la suegra de López sostiene que la víctima sólo se acercó a dialogar, algunos testigos afirman que se dirigió hacia la vivienda de su hija con una pala y agredió a César Viana. De cualquier manera, este último tomó una tijera que se encontraba dentro de la casa y lo empujó hacia el patio. Allí, lo atacó violentamente. Héctor “Cari” López, recibió siete puñaladas con consecuencias mortales las recibidas en el tórax y en el pulmón. Luego de este hecho el malviviente escupió el cadáver y amenazó de muerte a su ex mujer y a sus hijos.
Una hermana de Karina que pasaba por el lugar fue a avisarle a la abuela, pero cuando llegaron ya era tarde. “Kari” López yacía muerto en el lugar, antes de que llegara la ambulancia. El temor de la ex mujer de Cesar Viana era tal, que decidió no salir de la casa y no radicar la denuncia en la Comisaría. A pesar de que desde la fuerza policial se afirma que Cesar Viana está prófugo, la familia de la víctima afirma haberlo visto en reiteradas ocasiones desde que se produjo el hecho. Sin ir más lejos durante el velatorio que tuvo lugar a las 9 de la mañana del lunes, Cesar Viana apareció bañado, cambiado y en la moto de su padre. El domingo a la noche ya se lo había visto en el baile del Club Independencia. La respuesta de la comisaría a los llamados de los familiares fue simple: “Si no hay denuncia, no lo podemos apresar”. Recién el lunes entrada la mañana la suegra de López, con 68 años de edad, pudo radicar la denuncia. La familia de la víctima teme por su seguridad, especialmente por la vida de Karina López, la ex mujer del presunto asesino, y por sus hijos, ya que varios vecinos manifiestan que la mayoría del tiempo el malviviente se encuentra en estado de ebriedad y bajo la influencia de las drogas.
Las casas usurpadas y la delincuencia
Este caso aquí relatado es el segundo en una semana. En la edición anterior publicábamos el parricidio ocurrido a escasos metros del lugar donde ocurrió este hecho, en el Barrio San Francisco de Asís. El episodio anterior tuvo como protagonistas a Federico Castroborda que vivía en el campo y a su ex mujer Carina Aranda que compartía con un menor que alternaba su estadía entre la casa de su madre biológica y la vivienda usurpada. A comienzos de la semana pasada el padre apareció muerto a manos del menor que fue entregado por la madre en la Delegación de Ramallo días más tarde. Luego de las usurpaciones las autoridades han perdido el control sobre el Barrio. Según algunos vecinos la policía patrulla, poco y nada, el lugar está sin ningún tipo de control. Por otra parte los responsables políticos hacen oídos sordos a los reclamos y parecen “bien distraídos” ante la situación actual del barrio. Por el momento, no se conocen decisiones concretas en relación a este tema, salvo la reciente reunión entre el Intendente y el Ministerio de Desarrollo Humano de la Nación, donde se anunció que “podían construir otras 130 casas pidiéndole a los usurpadores que devuelvan las que hoy habitan”. Parece una broma, pero es así, en tanto y en cuanto la Justicia sigue de feria y no aplica la ley, tal como está establecido en casos de usurpaciones.
Las viviendas sin sus dueños
Tal vez por resignación o falta de capacidad de asombro, la situación del barrio, ha perdido relevancia mediática, pero ello no justifica el tiempo transcurrido sin respuestas firmes o perspectivas para todos los habitantes. Pablo Zeme, el flamante Sectretario de Obras Públicas, manifestó que el municipio está trabajando en un “plan de acción con intervención multidisciplinaria que incluye a las diferentes áreas involucradas en el problema”.
La realidad es una bomba de tiempo y varios factores contribuyen a que se encienda la mecha. Estas viviendas están sobre terrenos comprados con el Plan Familia Propietaria, fueron construidas con el Sistema de Plan Federal y luego de ser usurpadas la obra fue abandonada. A esto, Zeme respondió que los factores deben abordarse de diferentes maneras, por un lado la Municipalidad y la empresa ya hicieron la denuncia correspondiente, por otro lado se está trabajando en un orden de prioridades para que la empresa pueda terminar la construcción a pesar de que la gente ya está habitando las casas.
Curiosidades sobran
Como diría algún hábil vendedor ambulante: “Cómo si esto fuera poco y por el mismo precio”, la constructora Giribaldi continúa percibiendo sus haberes por una obra que no ha sido concluida. Giribaldi cobra por un sistema automático a través de la Provincia de Buenos Aires. El mecanismo consta de dos partes, en una primera parte la constructora certifica con la Municipalidad la parte de la obra terminada y a partir de ese momento se le acredita el pago automáticamente. Las autoridades políticas manifiestan que se le reclamará a la Constructora que cumpla con absolutamente todo lo que fue propuesto en el pliego presentado para ganar la licitación. A la vista se encuentran las deficiencias que la empresa ha cometido en su tarea y para muestra vale la pena visitar el Barrio Arcor donde las falencias se cuentan en rajaduras. No sólo no tomó la precaución de cercar las viviendas hasta que éstas sean construidas, sino que además durante la obra se limitó a disponer de custodia policial en el galpón para salvaguardar cuidadosamente sus materiales, descuidando las viviendas.
Lo que no custodiaron bien, es la labor de al menos un agente municipal que ya ha sido denunciado por más de una decena de personas, por haberles vendido las unidades habitacionales en 330 pesos. Esa causa está en la fiscalía y tiene como protagonista a Jesús Longueira quien ya está sumariado por el propio Municipio. En varios lugares, el acusado ha manifestado que si lo sancionan “va a contar todo lo que sabe de materiales y casas”, en franca amenaza al Municipio. Los expedientes están en la Fiscalía y los que compraron por aquel valor hoy habitan una casa en el barrio “para protegerse por lo que pagaron” y con razón, ya que nunca les llegaron las chequeras con las cuotas a pagar que el agente municipal prometió.
Como corolario de esto y para asombro de todos, la constructora logró obtener un nuevo trabajo y está realizando otras obras en el Barrio Parque Los Andes.
Blanca Trapani, una de las legítimas propietarias, se presentó en la fiscalía con toda la documentación necesaria para acreditar su propiedad e iniciar de manera particular el pedido de restitución de su vivienda. La sorpresiva respuesta fue que ella “debía esperar porque su tema no era tan importante”.
Todos los temas, un solo tema: La Inseguridad.
Las inquietudes y las preguntas en la mayoría de los casos demandan una respuesta. Los reclamos de los sampedrinos en esta área son claros y concretos: “Queremos poder vivir tranquilos”. Las denuncias son numerosas y están desparramadas por toda la ciudad. Además de estos dos hechos, se conoció que el domingo por la tarde, se produjo un tiroteo en las 150 viviendas. Los vecinos manifiestan que ese barrio es tierra de nadie, algunos declararon que las balas pasaban por los patios de su casa y otros comentaban que es común que se cierren las calles y que se apoderen de la acera pública para provocar todo tipo de desmanes, bajo la influencia de las drogas y el alcohol. La excusa que los vecinos tienen que escuchar a sus numerosos reclamos policiales es siempre la misma: “No podemos hacer nada si no hay denuncia”. Es obvio, están todos amenazados por los delincuentes y tienen miedo a las represalias.
Cabe destacar acá los incontables robos de vehículos. La sustracción de motos y autos ya no sorprende a los sampedrinos que siguen sin encontrar una forma de canalizar su problemática. Muchos opinan que juntarse es inútil, porque no hay nadie dispuesto a escuchar los reclamos, otros opinan que la solución es responder con más violencia y es cuanto menos triste y peligroso saber que la sensación puede extenderse como reguero de pólvora. No es provechoso para nadie que esto se transforme en una guerra cuyos únicos derrotados sean los ciudadnos que día a día tienen que salir a la calle a trabajar y que noche a noche habitan sus casas temerosos de lo que pueda llegar a pasar en la oscuridad, permaneciendo en vigilia. Algunos otros presuponen que la queja en los medios es su única vía de escape, ante la indiferencia o la impotencia de las autoridades.
Desde aquí se toma la responsabilidad que se tiene como medio de comunicación: COMUNICAR. Es preocupante creer que la presión mediática es necesaria para que algunos reaccionen frente a esta conflictiva social. Los vecinos que hoy sufren la inseguridad que existe en la ciudad son los mismos que hace 4 meses ubicaron a los funcionarios en sus cargos. Este voto de confianza no es una entrega irrevocable del poder ciudadano, es un privilegio otorgado y una responsabilidad adquirida por parte de los representantes que debe ser cumplida. Los gobernantes son responsables diarios de la condición de vida de los habitantes y deben responder día a día, semana a semana y mes a mes, no cada cuatro años.
La delincuencia, una falla del sistema
Recordamos que Cesar Viana había caído preso el 22 de diciembre del año pasado por apuñalar a otra persona en una tanguería. Poco tiempo después quedó libre. Este es un fiel ejemplo de la situación que se explicaba algunas ediciones atrás; la falta de control y supervisión de la que gozan aquellos que obtienen por intermedio de un juez el voto de confianza del pueblo para poder salir en libertad. Bajo el tutelaje del Patronato de Liberados y exentos de cualquier supervisión por parte de la policía, los delincuentes cuentan con ese tiempo de gracia para volver a delinquir incansablemente hasta que otra denuncia se radique y vuelva a ser puesto tras las rejas.
Con gran indignación, ante la publicación de La Opinión, una empleada de prensa de esa repartición con sede en La Plata, reclamó por la veracidad de esa nota. Dijo que “el Patronato funciona muy bien”, parece que la arrogante empleada no ha pasado muy seguido por esta zona, ya que la tarea como mínimo puede titularse como “fracaso”.