Una pelea entre hermanos reaviva las sospechas sobre quién “aguantó” a Branto Ayala
Discutieron por un terreno y llegaron a la agresión. Uno terminó en el Hospital con un corte en el cuero cabelludo. Posteriormente las diferencias fueron expuestas en las redes sociales y allí aparece una seria acusación donde uno hace responsable al otro de haber ocultado a Roberto Branto Ayala después de asesinar al policía Nelson Lillo.
Un incidente que se produjo sobre el mediodía del miércoles derivó en una grave acusación que podría terminar en los escritorios de quienes investigan uno de los hechos más graves en cuanto a materia delictiva se refiere y no solo por el eje de la cuestión sino por todo lo que luego rodeó al caso. Nadie imaginaba que de una violenta pelea entre dos hermanos saldría a la luz una cuestión tan delicada y donde justicia aun busca desentramar el accionar posterior al asesinato y la huida de Roberto Branto Ayala.
El incidente se habría originado por la posesión de un campo ubicado sobre la ruta 9 en jurisdicción de Río Tala pero no quedó ahí. José Luis Romero fue a parar a la guardia del Hospital por la herida que le provocó Fabián Romero al agredirlo con un objeto contundente en la cabeza.
Incluso, siguió la disputa en las redes sociales en donde además de expresar todo lo referido a lo sucedido en su campo también ventila una grave acusación para con José Luis: “Este es el que tuvo a Branto Ayala después que mató al policía”. En el mismo posteo siguen las acusaciones y opiniones vertidas en contra de su hermano.
De todos modos uno de los involucrados se presentó por sus propios medios en la Comisaría, contó lo que había sucedido y desistió de formular alguna presentación judicial contra su hermano.
La causa en la que se instruye el asesinato del efectivo de la Policía Local Nelson Lillo se podría decir que está partida al medio. Por un lado el Fiscal Manso tiene aclarado todo lo que está relacionado al momento del hecho, pero por otra parte aún persisten las dudas sobre cómo huyó, dónde y quién “aguantó” a Branto Ayala hasta que fue capturado en la zona rural, y quienes estuvieron detrás de una escenografía que en cuanto se corrió el telón quedaron a la intemperie varios cuestiones aún sin resolver.
Desde los días posteriores al fatídico 25 de enero en el que asesinaron a Lillo, La Opinión hizo hincapié en varios informes en la supuesta connivencia que tuvo Branto Ayala para estar refugiado en un domicilio y, luego, ser entregado a la justicia. Aunque, por el momento, sólo son acusaciones en redes sociales, los datos podrían ser tenidos en cuenta por los investigadores para resolver con claridad que pasó y quienes se esconden detrás de todo lo que sucedió durante las horas posteriores al asesinato del policía local.