A un año del asesinato de Daniel Pérez
El próximo viernes se cumple un año de la muerte del comerciante que murió tras recibir un impacto de bala en la cabeza. La causa aun no se ha elevado a juicio.
Aún hoy se recuerda aquel atardecer del 16 de julio de 2009 como una jornada trágica. Un malviviente de reconocida trayectoria delictiva en sólo minutos acabó con la vida de Daniel Pérez, un querido comerciante y padre de familia, que se encontraba trabajando junto a su padre y su pareja. El titular del comercio fue el único destino que tuvieron los disparos que el sujeto descerrajó para asesinarlo a sangre fría y delante de los presentes. El lamentable episodio se produjo un día jueves alrededor de las 20 horas en el minimercado de Maestro Reyna al 1300.
Todo comenzó cuando una persona ingresó al comercio y utilizando un arma intentó amedrentar a Daniel Pérez, su pareja Cintia y su padre Osvaldo. El hombre alto, morocho y de tez trigueña, actuó violentamente. En un primer momento se dirigió a la mujer, quien se encontraba trabajando en el minimercado, de inmediato se interpuso Osvaldo Pérez y se sumó su hijo Daniel, quien comenzó a forcejear con el delincuente. Sucedió en cuestión de segundos y cuando el sujeto parecía estar dominado, sorpresivamente efectuó dos disparos; uno de ellos dio de lleno sobre el parietal izquierdo de la cabeza de Daniel, mientras que el atacante huyó del lugar de inmediato a bordo de una moto tipo 110.
Una ambulancia del servicio 107 acudió al lugar del hecho para auxiliar a Pérez, quien yacía tirado y mal herido detrás del mostrador del comercio, en medio de un charco de sangre. Fue trasladado a la guardia del Hospital, con una herida de bala en su cabeza y varios cortes sobre su cara, producto de la refriega que había mantenido con el delincuente. Las heridas sufridas eran de suma gravedad, las mismas que cerca de la medianoche le ocasionaron la muerte.
Esperando ser condenado
La Justicia había librado la orden de captura y luego de casi tres meses se logró dar con el asesino. Sucedió cerca de las 13:00 horas, cuando Raúl “Camerún” Díaz se trasladaba en un remis sobre la calle Dipietri, justo frente a la fábrica de dulces Alimentaria San Pedro.
En un espectacular operativo lograron capturarlo. Este, fue siempre el único sospechoso de ser el asesino del comerciante. Los datos que se fueron reuniendo y las características del sujeto hicieron que el mismo fuera reconocido mediante fotos. Igualmente, el mismo día del asesinato se había detenido a un sujeto identificado como Maximiliano De La Fuente, quien desde un primer momento clamó por su inocencia, a pesar de que desde la justicia se aseguró que contaban con elementos como para involucrarlo. De todos modos, la contextura física de este no coincidía para nada con la de “Camerún” y a los pocos días fue dejado en libertad.
Para poder capturar al homicida trabajaron en conjunto la policía local, la DDI San Pedro- Baradero, más la Dra. Gabriela Ates, quien acordó tareas con los Fiscales Martín Mariezcurrena y Patricio Mujica Díaz. Estos contaron con datos precisos y sabían que Díaz se movía en la ciudad desde un buen tiempo y que estaba “aguantado” por alguna persona de su confianza. Es más, hasta pudo escapar de las fuerzas policiales unos 30 días antes, cuando prácticamente había sido rodeado por la policía en la zona rural.
“Camerún” no opuso resistencia y ni bien fue acorralado por los policías se entregó para quedar a disposición de la Justicia.
Actualmente, Díaz, permanece alojado en la Unidad Nº III de San Nicolás. Se negó a declarar en un principio y habría confiado sus intenciones de hacer uso del sistema de juicio abreviado, aunque la causa aún no fue elevada a juicio. En su momento se indicó que sería determinante conocer la declaración del homicida ya que para muchos se podrían entender otras cuestiones que lograrían desprenderse de las palabras del acusado.
Principalmente si contaba con algún “dato extra”, cosa que hasta el momento se desconoce. El caso fue caratulado Homicidio en Ocasión de Robo y le cabría una pena superior a los tres años.