A un año del femicidio de Natalia Duarte, persiste el reclamo por “emergencia nacional”
En 2018 hubo 259 feminicidios en todo el país. Dos de ellos ocurrieron en San Pedro. El primero fue el de Natalia Duarte, una enfermera del Hospital que fue asesinada a balazos por su expareja, Walter Brizuela, quien se quitó la vida tras cometer el crimen. Ella lo había denunciado, pero su denuncia nunca había llegado a Fiscalía. En lo que va de 2019 hubo 22 asesinatos de mujeres. Piden declarar la emergencia nacional. Hubo marcha y pañuelazo a Plaza de Mayo.
El viernes 1 de febrero, miles de mujeres salieron a la calle para marchar hacia Plaza de Mayo para pedir la emergencia nacional por violencia de género, luego de que se registraran 22 feminicidios, asesinatos cometidos contra mujeres por su condición de tal, en los primeros 31 días del año 2019.
El año pasado hubo 259 crímenes de género en el país. De ellos, dos ocurrieron en San Pedro: el de Natalia Duarte y el de Mariela Figueroa. Del primero se cumple, precisamente ese día, un año. La enfermera del Hospital fue recordada por organizaciones feministas y por la Municipalidad, que hizo un posteo en redes sociales.
Natalia Duarte tenía 43 años. El jueves 1 de febrero de 2018 regresó a su casa tras su jornada laboral en el Centro de Salud de Vuelta de Obligado y entró a bañarse. Cuando salió de la ducha, la estaba esperando, dentro de su cuarto, Walter Brizuela, su expareja, de 45 años y domiciliado en Baradero, quien la mató a balazos para luego quitarse la vida de un disparo.
Natalia había denunciado a Brizuela el 18 de enero, en la Comisaría de la Mujer. Allí había dejado asentado que dos días antes él la había tomado del cuello, le había querido pegar y le había arrojado elementos de la casa. Ella había logrado escapar de la agresión y pedir ayuda a los vecinos.
Brizuela la hostigó por redes sociales y por teléfono. Natalia Duarte había solicitado una medida de exclusión perimetral, trámite de urgencia que se resuelve en el Juzgado de Paz. La Comisaría de la Mujer giró el oficio a esa dependencia, que estaba de feria y debía remitirlo al de Arrecifes, de turno. El perímetro nunca se dictó. La Fiscalía, que podría haber actuado ante la denuncia, nunca recibió el acta.
Antes de ser asesinada, le había enviado un audio por WhatsApp en el que le contaba lo que estaba viviendo con Brizuela. Premonitoria, le pedía que si podía pasara cada tanto por la casa, porque tenía miedo de que le “pase algo”.
“Por favor, les pido, les ruego, les suplico que no den información” sobre su paradero, comienza el audio en el que la enfermera agrega: “Yo me peleé con la persona que estaba y tuve que denunciarlo porque me pegó”. “Ya no sé qué hacer. Creó un Facebook a nombre mío. Todo mal, mal, mal, mal. Nunca hubiera pensado que iba a terminar tan mal”, finaliza en el audio.
La causa del feminicidio de Natalia Duarte quedó en manos de la Fiscala Viviana Ramos, quien trabajó en San Nicolás en cuestiones relacionadas con la asistencia víctimas de violencia de género. En ese momento, lamentó que San Pedro no cuente con un Centro de Atención a la Víctima, como el que funciona en San Nicolás, que todavía no existe.
Allí, psicólogos, médicos y trabajadores sociales asisten de inmediato a quien denuncia, lo que permite elaborar un informe que puede dar cuentas de la gravedad del caso. En aquel momento, Ramos aseguró que sería mejor reclamar por un organismo como ese antes que por un Juzgado de Garantías, como suele hacer el gobierno local.
El año pasado, ante el crimen de Natalia primero y de Mariela Figueroa, la mamá de Emerson, después, las organizaciones feministas locales hicieron un reclamo que hoy, a un año, tiene la misma vigencia que entonces, cuando reclaman que “los mecanismos de contención e intervención para evitar que nos falte una mujer cada 24 hs no están funcionando”.
“Exigimos el compromiso real de incluir políticas de género en la agenda del gobierno municipal. Para que no vuelva a ocurrir, el compromiso es de toda la sociedad; pero sin dudas el mayor responsable es el Estado. Nuestro abrazo y solidaridad con la familia de Natalia”, dijeron en un documento que tiene la misma validez que en aquel entonces.