Tras violento robo en Santa Lucía, crece el temor entre los vecinos
La gravedad de los hechos delictivos ocurridos en Santa Lucía y zona rural aledaña puso en alerta otra vez a los vecinos deesa región luego de que una familia de la localidad sufriera un violento asalto el sábado por la madrugada.
La cantidad de hechos graves que sufrió la zona sorprende en el repaso de archivo y en la enumeración que hicieron los propios vecinos, que buscan respaldo para una convocatoria en la que quieren expresar públicamente su malestar.
“Hay mucha presión y miedo”, señalan algunos que intentan convencer a otros de que es hora de hacer los planteos necesarios para lograr mayor seguridad tanto en el pueblo como en el campo.
El robo del sábado colmó la paciencia de muchos que también fueron víctimas de asaltos y en circunstancias similares: luego de retirar dinero o cobrar alguna suma importante. Por ello alimentan una sospecha que acompaña cada saqueo en esa zona: la presencia de alguien que “vende información”.
El violento asalto a la familia Bergara
Fue el sábado por la madrugada, a la hora en la que la poca policía de Santa Lucía recorre los boliches y las calles del pueblo para evitar incidentes entre quienes salen a bailar o asaltos en el regreso a casa.
Rafael Alejandro Bergara, su esposa y su hijo dormían en su vivienda de calle Libertad, uno de los límites con la zona rural al sur del pueblo. Encapuchados irrumpieron en su vivienda, armados. Los maniataron, amenazaron con dispararle al pequeño de siete años y exigieron el dinero que entendían el dueño de casa debía tener allí.
Bergara les entregó 70 mil pesos y algunos dólares que tenía en su domicilio. Los ladrones le decían que sabían que tenía que haber más. Para exigirle la entrega lo picanearon. El dinero que buscaban ya no estaba, porque el productor avícola ya había pagado a sus empleados.
Un listado preocupante
La lista de asaltos incluye 30 hechos violentos en pocos años. En la zona urbana o en la zona rural, se trata de robos a mano armada cometidos por delincuentes que saben qué es lo que van a buscar, porque todo indica que en cada caso contaban con elementos precisos acerca del retiro de dinero del banco, del cobro de sumas por ventas de inmuebles o circunstancias similares.
Los vecinos dicen que la zona es “tierra de nadie”. Hay pocos policías en el Destacamento y la Patrulla Rural que lidera el cuestionado Comisario Roberto Lacomette, ahoraque ya no está en Doyle, sino en inmediaciones de la Estación de Rebaje de Transba está más ausente que antes.
En el campo, la situación es peor. El robo de animales es una constante a la que se suma el hurto de agroquímicos y herramientas.
Menos violentos pero no menos preocupantes, esos robos están a la orden del día y casi no se denuncian. “Es terrible esto de empezar a acostumbrarse y a agradecer que no nos maten”, se quejan los habitantes del sector rural.