Sigamos arruinando fiestas
La décimo tercera edición de la Fiesta de las Colectividades ha sido para olvidar. El apoyo municipal fue paupérrimo y repercutió directamente en los resultados del evento. Desde las agrupaciones hay un gran descontento.
La Fiesta de las Colectividades, es una de las más típicas de nuestra ciudad. Lleva trece años de vida y durante ese período fue mutando, con altas y bajas, cambios de lugar, colectividades y números musicales. Sin lugar a dudas, es un ícono importante del calendario turístico local, aunque este año parece que desde el Municipio, olvidaron del evento. Desorganización, enojo por parte de los miembros de la Comisión organizadora, ausencia y para colmo, el mal tiempo, fueron un cóctel explosivo para una festividad que si continúa así, va a seguir agonizando, hasta llegar a desaparecer, como muchas otras fechas y actividades.
Dos aspectos chocan y dan un mal resultado. Desde el Gobierno, algunas autoridades mantienen su postura de que esta es una fiesta que se debe dejar de hacer de noche, que si se hace de tarde funcionaría bien. Lo cierto es que desde hace unos años a la fecha, la cantidad de público ha disminuido. El quiebre en las historia se dio con la nueva ubicación. Esta es la otra posición en la discusión, ya que la mayoría de los miembros de las colectividades y algunos funcionarios están de acuerdo en que el éxito fue cayendo luego de trasladar la fiesta desde las calles del Municipio, haciendo el continuado de la feria de las artes y colectividades por Pellegrini, y llevarla al Paseo Público. Es difícil que el público baje de noche al Paseo, eso es una realidad y se nota. Algunos sostienen que esa es la clave para recuperar el brillo perdido.
“Nunca estuvo en duda”
Cuando se realizó la conferencia de prensa de presentación de esta nueva edición, el Secretario de Gobierno, Juan Almada, aseguró ante la pregunta de un periodista que nunca hubo dudas sobre la realización del evento. Sin embargo, la realidad indica que hasta pocos días antes de la confirmación del mismo, no había nada confirmado. Esto muestra a las claras una gran falta de organización, en la que pueden entrar varias partes, aunque sin dudas siempre el Municipio carga con la piedra más pesada, por obvias razones. Ofrecer actividades en un fin de semana largo que se llena de turistas, es una prioridad de Gobierno, pero eso debe ir aparejado a la responsabilidad y sobre todo a la calidad.
Malas condiciones
El clima ha jugado una mala pasada, eso es innegable, pero para el inicio oficial de la fiesta, programada para las 20:30 Hs. si había cincuenta personas en el Paseo Público, era mucho. Al instante de subir los abanderados al escenario, pasadas las 21:00, ya que se esperaba a la gente que nunca llegó, comenzó a diluviar, de modo tal que luego del himno nacional se debió cancelar la primer jornada.
Luego de un año de espera, las colectividades debían cerrar las puertas de sus carpas, resignado una gran cantidad de comida y por ende su costo. Además de los problemas de electricidad, ausencia de iluminación, falta de un buen espacio para que los grupos de baile que llegaron de Rosario se cambien, el mal humor escaló posiciones cuando la lluvia, arruinó los trajes típicos, etc.
Sobre llovido, mojado
El segundo día amaneció con el Paseo lleno de charcos de agua y lluvia. Es por esto que se decidió suspender definitivamente el evento. Una vez que estaban cargando los elementos de las carpas, comenzaron a llegar algunos interesados en la oferta gastronómica, por lo que los mismos representantes de las colectividades decidieron quedarse y ver que pasaba, aunque sea sin la grilla prevista en el escenario, que fue cancelada por el clima. La decisión, fue una de las mejores tomadas en la fiesta. El sol acompañó toda la tarde y una vez más, los sampedrinos concurrieron como todos los Domingos al lugar ya tradicional de los mates, junto a cientos de turistas. Al menos, de a poco, las carpas se fueron levantando de un primer día para el olvido.
¿Y los espectáculos?
Le guste al público o no, una fiesta de estás características, implica que los shows sean de grupos de bailes o músicos principalmente de otros países. Este, fue el primer año en el que no hubo un solo espectáculo que representara a alguna de las colectividades fuera de los argentinos con el folklore. Si bien, la primera noche se suspendió, la segunda jornada se canceló antes del mediodía, incluso sin esperar para ver como avanzaba el clima. Ofrecer algún espectáculo es ofrecer alguna alternativa para que los visitantes de la muestra se queden, recorran, consuman. Sin embargo, para las 12 del Domingo se canceló el viaje de los grupos rosarinos y se bajó enteramente la grilla.
Atentos a esto, los mismos representantes de las colectividades hicieron una colecta, poniendo $ 80 cada uno para contratar de improviso y rápidamente a tres números locales, que estaban en el Paseo. La gente que esperaba mirando hacia el escenario durante toda la tarde pudo ver a Los Herederos, Claudio Martín y el grupo Afiche. Esto, fue gratamente efectivo para los organizadores y las ventas que habían quedado en rojo de la primera jornada.
Cada vez menos
Si hay una autocrítica que se deben hacer las colectividades, es simplemente la participación. Esta fiesta se mantiene gracias a la fuerza, el empuje y la predisposición de decenas de personas que acompañan a sus raíces y que entregan en un fin de semana largo una buena actividad. Sin embargo, con el paso de los años han disminuido la cantidad de colectividades participantes, al menos desde la participación en una carpa cultural que muestre quienes son y a quienes representan. En el 2008, fueron seis las comunidades (Argentina con el El Fortín y el Rincón de los Gauchos, Euskadi o País Vasco, Irlanda, Mallorca y Armenia) las que participaron activamente y no así Italia, Francia, España y el Líbano, que ofrecieron durante años grandes cosas.
Algo para reflexionar
Desde la Municipalidad, son varias ya las fiestas que se han ido perdiendo o desluciendo con el tiempo. La mayoría de ellas como consecuencia de malas decisiones desde el Gobierno local, que dejan caer espectáculos que suman y ofrecían a los sampedrinos buenas alternativas culturales y de entretenimiento.
Recordamos con tristeza la pérdida del Festival de la Identidad, donde desfilaban grandes estrellas del tango y el folklore. La Fiesta del Durazno que dejó Castro para desaparecer, las Expo San Pedro y la Expo Miel, entre otras que aunque fueron organizadas por la empresa SB, instalaron la idea de un pueblo pujante en su actividad comercial. Esperemos que las colectividades no corran la misma suerte y con tiempo se puedan organizar mejor las cosas. Tal vez escuchando más.