Suman denuncias contra estafador que ofrecía trabajo a sus víctimas
La Fiscala Viviana Ramos acumula al menos seis denuncias que fueron radicadas en distintas dependencias y reúne pruebas contra un hombre que engañaba a sus víctimas prometiéndoles trabajo. Los damnificados aseguran que ya no se encuentra en la ciudad, que junto a su familia huyó y nada más se supo de él. Les ofrecía ingresar a la Toyota, Arauca Energy y hasta a la Fiscalía.
Desde que tomó estado público el caso de una persona que engañaba a sus víctimas prometiéndoles trabajo se fueron sumando denuncias y hoy son seis los casos que investiga la fiscala Viviana Ramos. Todos los casos tienen al mismo protagonista como acusado.
Si bien hay quienes indican que serían muchas más las personas damnificadas —se habla de decnas de engañados por la misma persona— en la Fiscalía 11 se unificaron las denuncias que fueron radicadas en la UFI 5 del Dr. Marcelo Manso y en la Comisaría.
La propia Fiscala Ramos adelantó que el estafador ya fue identificado, aunque todavía no se tomó ninguna medida judicial para con él. En la mayoría de las presentaciones que las víctimas realizaron aseguran haber tomado contacto a través de las redes sociales y que, una vez relacionadas, intercambiaban números telefónicos y hasta domicilios.
En varios casos, el estafador les cobró sumas de dinero en dos o tres oportunidades, a medida que iban avanzando los supuestos trámites que realizaba. Todo se derrumbó cuando los damnificados comenzaron a sospechar que algo no funcionaba.
El acusado se aprovechaba de la desesperación de personas jóvenes que buscaban trabajo. Les prometía puestos en la fábrica automotriz Toyota, en la central termoeléctrica que se construye en la Ruta 191 y hasta en la Fiscalía.
Hay casos en los que llegaron a entregarle hasta 7 mil pesos desde febrero a la fecha.Además aseguran que era "muy habilidoso y entrador", nombraba a personas relacionadas con las fábricas, la propia Fiscalía y hasta simulaba hablar por teléfono con ellas delante de sus víctimas.
En el caso de la sede judicial, hasta ingresaba hasta la mesa de entrada con la excusa de que iba a ver “cómo estaba la cosa”, con el objetivo de que sus víctimas tuvieran confianza en sus promesas, que finalmente resultaban ser falsas.
Algunas de las personas engañadas llegaron a tomar contacto con sus familiares, pero a los pocos días pudieron constatar que ya no quedaba nadie en el domicilio y que habían ido con destino desconocido. En los telefónos con diversas características que utilizaba, ya no contesta nadie.