Rosca en marcha para el nuevo Concejo Deliberante
Quedan dos sesiones ordinarias y luego habrá tratamiento extraordinario para el Presupuesto, aunque con la nueva conformación. El oficialismo decidirá quiénes son las nuevas autoridades del cuerpo. La oposición empieza a fragmentarse. Llegaron los muebles nuevos.
Tras las elecciones, el Concejo Deliberante tuvo una sesión que pasó, otra vez, sin pena ni gloria. Fue en la sala de reuniones de comisión, porque todavía está en restauración el Salón Dorado, donde será dispuesto el nuevo mobiliario que adelantó La Opinión la semana pasada.
Al cuerpo legislativo local le quedan apenas dos sesiones ordinarias y todo indica que esta conformación apenas tendrá una extraordinaria y meramente formal, para el ingreso del paquete de Presupuesto 2018 el 4 de diciembre (ver página 4).
A la semana siguiente ya habrá nueve concejales nuevos y autoridades renovadas en el HCD. La rosca para ocupar esos lugares está en marcha y da cuentas de las disputas internas que tiene el oficialismo, donde conviven varias fuerzas que responden a Salazar pero que no quieren ceder ante la posibilidad de distribución de cargos.
En la oposición, que es convidada de piedra y recibirá las migajas que en Cambiemos estén dispuesto a prodigarles, la derrota y el futuro los empuja a una fragmentación improductiva.
Ronda de nombres
Mario Barbieri deja la presidencia del HCD y se retira “a cuarteles de invierno”. Su cargo debe ser ocupado por alguno de los 12 ediles que tendrá Cambiemos. Descartado Iván Paz porque el Gobierno prefiere que siga al frente del bloque y como vocero del intendente en las sesiones, no hay muchas alternativas.
Una es Mónica Otero, que conoce bien el funcionamiento de Concejo, en el que es empleada, ahora con licencia por cargo electivo. Otro es Martín Pando, que ya fue edil y presidente.
La primera anhela el cargo y tiene en Cecilio Salazar un respaldo sin ambages. La amistad y la militancia política compartida suman a su experiencia. Entre sus pares, aceptan. En el gabinete hay quienes levantan la mano por ella, sobre todos los históricos de Fe y los advenedizos que detectan rápido dónde calienta el sol.
El segundo es candidato de quienes dentro del gabinete creen que así “pagan” al barbierismo y la UCR a la vez, al tiempo que dejan en una posición de responsabilidad institucional y sin voz en la banca a un político de verba no siempre controlada.
Otero no hace alharaca pero “rosquea”. Pando hace silencio. No guarda un buen recuerdo de su paso por la presidencia, de la que tuvo que renunciar antes de que voten su destitución. En aquella ocasión había llegado al cargo con los votos prestados del monfasanismo. Ahora, después de todo, tampoco serían propios y dependería mucho de que el viento lo acompañe. En el HCD en general y en
Cambiemos en particular no quisieran tenerlo “por encima” como autoridad, por cierto.
Los otros cargos a distribuir sobre los que hay ronda de nombres son la Secretaría y Subsecretaría legislativa y la dirección administrativa. Cada sector de Cambiemos tiene su “pollo” para reemplazar a Pando.
El Pro es el que más gente anotó. Al menos tres personas suenan por el amarillo Rosa: uno es el hijo de concejal Pelletier, al que se lo ve seguido por el HCD; otro es el hijo de un exsecretario legislativo y empresario gastronómico; hay una tercera, cuya militancia de pocos años en la ciudad fue premiada con un cargo en el sistema educativo y con un puesto en la lista de concejales que la dejó a orillas de una banca. La última es la de menos chances.
El Director administrativo es y seguiría siendo Alejandro Donatti, aunque su nombre también aparece entre los candidatos a secretario legislativo. Después de todo, conoce desde adentro la tarea y tiene mucha más experiencia política que el resto de los aspirantes.
La oposición espera
En los pasillos del Concejo dicen que Cambiemos quiere quedarse también con la subsecretaría legislativa, que históricamente fungió como una “asesoría” paga por el Estado para la segunda minoría. En diciembre de 2016, el oficialismo hizo caso omiso al acuerdo tácito de ceder ese cargo a quien salió segundo en las elecciones y lo entregó al Frente Renovador, que al igual que el FpV tenía tres ediles.
El convenio duró poco y Ramanzini se transformó en acérrimo crítico.
Los opositores serán seis. Mosquera ya creó un “bloque Justicialista” y abandonó el PJ-FpV por el que fue electo dos veces. Trelles y Sánchez se reunirán esta semana con Baraybar y Llull para analizar el futuro. El plan es conformar bloque conjunto. Unidad Ciudadana necesita conservar el nombre y el PJ local los acompañó en las elecciones, incluido Trelles, vicepresidente partidario. Van a pedir la subsecretaría y deberán hacerlo ante Salazar.
A ello se suman las próximas elecciones del Partido Justicialista, con varios sectores dispuestos a quedarse con el sello. Desde el propio Mosquera, con Descalzo y Quintana, al siempre activo Daniel Monfasani, pasando por el pangarismo y las agrupaciones kirchneristas.