Refugio San Pedro: más de 160 perros buscan una familia
La Opinión recorrió la sede del refugio, donde una gran cantidad de animales rescatados de la calle esperan la posibilidad de ser adoptados. Todos buscan una familia que los quiera incluir y que se comprometan en su cuidado.
Son más de 160 los perros que de alguna u otra forma fueron llegando al Refugio de San Pedro a lo largo de los años. Descartados, abandonados, maltratados y en muchas ocasiones en peligro, son llevados a la institución para que los voluntarios, ayuden no solo salvarles la vida, sino también a encontrarles un hogar.
“El refugio no debería existir, es un lugar muy triste. Los días de sol más o menos la pasas pero los días de lluvia…”, dijo Cecilia Tarsetti, la encargada del lugar, en Radio Cuarentena, con un nudo en la garganta.
Allí, no importa raza, color, ni tamaño, todos buscan una familia que los quiera incluir y que se comprometan en su cuidado.
Sorprende la cantidad de galgos que podemos encontrar ya que “hay muchos que tiraron de descarte”, explicó Tarsetti y agregó:”Poca gente los quiere porque buscan al perro chiquito o cachorro”.
Conmueve la historia de una cachorra que fue felizmente adoptada por una señora, pero que al transcurrir cuatro o cinco meses debe acudir al doctor por una picazón en su piel. Allí, el especialista le comunicó que el enrojecimiento era producto de una alergia al pelo del perro. “Ella dormía en su cama y ya formaba parte de su familia, es tristísimo”, contó.
“Hay de todas las edades”
comunicó la encargada del lugar
Isa es una perra que rescataron Agustina Iglesias y Antonela Pucurull del basural. Cuando la encontraron tenía borreliosis canina, mejor conocido como sarna, pero con medicación, cuidado y atención pudo sanarse. Hoy está en busca de una casa donde puedan ayudarla a recuperar la confianza en los humanos.
“Todos estás listos para ser adoptados”, dijo la encargada del refugio, solo tres de ellos están en un tratamiento de quimioterapia por tener un tumor de sticker que se desarrolla en los perros en el área genital.
Cecilia también nos pudo contar otras historias como la de una perrita que fue devuelta al refugio luego de que su ex dueña diera a luz a su hija. “Me dijo que no la podía hacer integrar”, contó. Pero este relato termina con la ayuda de “Camila que vive en Pueblo Doyle”, quien inmediatamente la adoptó: “La perra revivió”.
El refugio también realiza castraciones de perros y gatos. Si bien esta intervención se realiza de manera gratuita, se puede colaborar con una bolsa de alimento.
Otra forma de hacerlo es pagando todos los meses una cuota de $150, o ayudando con los materiales para la construcción de los caniles: chapas, palos, bolsones de escombros, arena, cemento, entre otros.
Para colaborar comunicarse a través de sus redes sociales. En Instagram están como @refugiosanpedro_ , y en Facebook como “Refugio San Pedro“.
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