Recuperó su auto tras ser estafada por un conocido agenciero trucho
Rosana, una almacenera de Villa Igoillo, cayó en las garras de un reconocido estafador que asegura tener una agencia de autos. Le entregó su Peugeot 505 en parte de pago de un Ford Ka y le dio 3.000 pesos para los trámites de “un crédito en el banco”. Luego se dio cuenta de que le había robado el título de propiedad. Tras contar la historia en La Opinión, recibió mensajes que le indicaban dónde estaba su auto y logró recuperarlo con la policía.
El viernes pasado, Rosana, una comerciante del barrio Villa Igoillo, denunció a un hombre identificado como Diego Villarreal, sobre quien pesan diversas denuncias por estafa. A ella la había engañado con la compra de un automóvil, para lo que le entregó un Peugeot 505, del que el acusado le robó la documentación.
Pasadas las 15.00, la damnificada se comunicó con La Opinión para informar que había encontrado su auto y que comenzaba con los trámites para que la Justicia se lo restituyera. Al coche llegó gracias a la colaboración de personas que le escribieron por privado a través de Facebook.
Rosana le había entregado el auto a Villarreal como parte de pago para la adquisición de un Ford Ka. Firmaron un boleto de compraventa, pero ella no obtuvo copia. Cuando él se fue, notó que el título de propiedad, que había sacado para mostrarle que en efecto el vehículo era suyo, ya no estaba en su casa. Se lo había llevado.
Por eso lo denunció. Además, le dio 3.000 pesos para gastos de un presunto crédito que le iba a sacar en un banco, algo que luego la señora supo que es imposible, puesto que esos son trámites personales, según le informaron en la entidad que Villarreal invocaba.
Rosana y su familia buscaron el auto todo el día. Por la mañana, su hijo lo vio en la zona del barrio Banfield. Como iba en bicicleta, no lo pudo seguir, porque Villarreal aceleró el Peugeot 505 y se perdió en las calles de la ciudad.
Por mensajes de Facebook, la mujer iba recibiendo datos. Pasadas las 13.00 le llegó uno certero: su auto estaba en una vivienda ubicada en Ríobamba al 1800, a metros de Mateo Sbert. Hacia allí se dirigió con su pareja. En efecto, su rodado estaba estacionado en esa casa.
La señora que atendió a Rosana en ese domicilio dijo que Villarreal “le pidió permiso para dejar el auto ahí porque no le andaba y que lo iba a pasar a buscar a la tarde”. La mujer dio aviso a la policía, que llegó de inmediato y tomó los datos.
“Lo ofrecía por 20.000 pesos en Facebook”, dijo Rosana. El auto está cerrado, pero tiene un vidrio bajo. Las llaves las tenía Villarreal y de la documentación nada se sabía. El vehículo sería trasladado por la grúa de la Dirección de Tránsito hasta la Comisaría, para hacer el trámite para su restitución.
Luego logró recuperar la documentación que le habían robado, porque un hombre que también fue estafado por Villarreal se la llevó a su casa. El agenciero trucho ofreció el Peugeot 505 a la venta y encontró un comprador. Como ya no tenía el auto, el timador le entregó el título de propiedad, le dijo que más tarde le llevaría el vehículo y le pidió mil pesos, que el hombre le facilitó.
“Estoy muy agradecida a la solidaridad de la gente, sin conocerme, después que salió en las noticias, empezó a mandarme mensajes para ayudarme”, señaló.
Abusó de su confianza
Rosana tiene 48 años y trabaja en su propio almacén en el barrio Villa Igoillo. El martes por la noche ingresó como cliente Diego Villarreal, con el que se reconocieron mutuamente por haber cursado juntos la escuela primaria y sostuvieron una charla amena en la que le manifestó sus intenciones de cambiar su auto, situación que aprovechó el estafador, que aseguró tener una agencia.
Un día después, él regresó y la convenció de que le tomaría su Peugeot 505 gris opaco a cambio de un Ford Ka. Además, le aseguró que el “Banco Santander Río” le daría un crédito para llevar adelante la operación.
Sin embargo, le pidió 3 mil pesos, le hizo firmar el boleto de compra-venta y, el jueves, en compañía de su hija de 4 años, se llevó el vehículo de tiro con ayuda de un fletero, porque no arrancaba por un “problema con la batería”.
Horas después, la mujer notó que le había robado el título de propiedad del vehículo y que no le dejó la copia del boleto de compra-venta, situación que la llevó a comunicarse con el fletero quien le explicó que el Peugeot “arrancó enseguida” y que no sabe a dónde fue Villarreal.
Rosana intentó comunicarse telefónicamente al contacto que le facilitó pero se encontró con que el número no existía. Posteriormente, llegó a una vivienda de Maestra Reyna y avenida 3 de Febrero que el hombre le sindicó como propia pero dio con su exesposa quien le informó que no era la primera vez que sus víctimas van hasta ese domicilio a reclamar por situaciones similares.