Quién es Guillermo Calviño, el jefe del operativo del secuestro de caballos en La Tosquera
Formado en la Policía Federal, donde llegó a superintendente de Seguridad Metropolitana y jefe de la fuerza en el traslado a la jurisdicción de Capital Federal, Calviño es uno de los hombres más cercanos a Berni, desde los tiempos que era secretario de Seguridad de la Nación. En 2017 fue detenido, involucrado en una causa por coimas de la que resultó absuelto pero que logró condenas para otros cuatro policías.
Esta semana cuando en La Tosquera se montó un impresionante operativo de control en el que secuestraron unos 60 caballos, llamó la atención la presencia del subsecretario de Fiscalización y Control Policial del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Guillermo Calviño, un hombre clave en la cartera que conduce Sergio Berni.
El funcionario, que semanas atrás estuvo en la ciudad entrevistándose con el intendente interino Ramón Salazar, los secretarios Contreras y Vlaeminck, y el director de Coordinación Policial Juan Carlos Agüero, es un hombre reconocido en el ambiente policial y político.
Número dos de Berni, formado en la Policía Federal, fue superintendente de Seguridad Metropolitana y jefe de esa fuerza en Capital Federal durante el traspaso que diseñó el Gobierno de Mauricio Macri hacia la jurisdicción porteña.
En 2017 estuvo involucrado en una causa por asociación ilícita de la que finalmente fue absuelto. En julio de ese año, Calviño se entregó en Tribunales después de que el juez Ricardo Farías emitiera un pedido de captura en su contra como presunto líder de una “asociación ilícita” que, señalaba la denuncia, estaba acusada de cobrar coimas a comerciantes y “trapitos” a cambio de protección en el barrio porteño de Núñez.
En 2016, momento en que una denuncia anónima en el Ministerio de Seguridad de la Nación desató la causa, Calviño era el titular de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana. La aparición de las siglas SSM en un anotador que registraba el reparto de las coimas lo vinculó.
Calviño había sido designado jefe de la Policía Federal transferida a la Ciudad de Buenos Aires en 2016, después de haber sido Superintendente de Seguridad Metropolitana. En diciembre del mismo año fue pasado a retiro por la entonces ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
El fiscal de la causa que lo tuvo detenido era José María Campagnoli. La declaración indagatoria del extitular de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, Pedro Potocar, provocó que el titular de la Fiscalía interviniente solicitar a la detención de Calviño.
En ese momento se dijo que podría haber un “plan orquestado” para que la causa “salpique al kirchnerismo”, por la cercanía de Calviño al ahora ministro de Seguridad de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni.
En el juicio oral, al que llegaron en libertad, Potocar y Calviño fueron absueltos, al igual que la excomisaria Susana Aveni y los ex subcomisarios Marcelo Stefanetty José Codaro. Hubo condenas para cuatro de los en total 11 policías acusados de cobrar coimas, en algunos casos por “concusión de funcionario público reiterada”.
Con la asunción de Berni en el Gobierno bonaerense, Calviño se convirtió en un funcionario fundamental del Ministerio de Seguridad. Subsecretario de Fiscalización y Control Policial del Interior, es los ojos del ministro en el interior de la provincia y el contacto directo con intendentes y referentes en materia de seguridad ciudadana en cada distrito.
Su presencia en San Pedro semanas atrás fue leída como un verdadero gesto del ministro Berni hacia las autoridades locales: en medio de la ola de inseguridad y las quejas de vecinos, el arribo de uno de sus hombres de mayor confianza fue recibido con beneplácito.
Las reuniones que mantuvo fueron duras y sin miramientos. A todos los jefes policiales Calviño les recordó que los que mandan son ellos y que basta una orden para que se los cambie de destino, se los traslade o se los confine al ostracismo.
El jueves estuvo en La Tosquera. Se lo vio en el predio donde fueron trasladados todos los caballos secuestrados, con un chaleco del Ministerio de Seguridad y en compañía de la directora de Coordinación Rural, Natalia Rama, a cargo del “operativo de sanidad” que secuestró alrededor de 50 animales.
Acaso porque su visita anterior había estado íntimamente relacionada con la ola de inseguridad que denunciaron, sobre todo, vecinos autoconvocados de al zona rural que señalan a La Tosquera como el sitio donde termina el ganado robado en los campos de la región, todo el mundo pensó que el operativo tenía que ver con los hechos delictivos.
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