Qué hay detrás de la desaparición de Agustín
El domingo trascendió la desaparición de un bebé de apenas cuatro días de vida. Su madre, arrepentida, decidió hacer público lo sucedido. Desde entonces, nada se sabe de la criatura. Las sospechas crecen sobre la actuación de la madre y los profesionales de la clínica donde fue atendida.
Agustín es un bebé de sólo siete días, que vino al mundo el 1º de Octubre en la Clínica San Martín, a través de una operación de cesárea. Pesó 3,200 kg., midió 49 centímetros, perímetro de cabeza normal y 38 semanas de gestación. Muy pocos sabían de su nacimiento y menos aún de su curiosa desparición.
Gabriela López, su madre, asegura que ella misma lo entregó a una mujer porque no quería tenerlo, pero a medida que avanzan las horas se traducen ciertas situaciones que invitan a la duda y a las sospechas, pues, aunque nadie se atreva a confirmarlo, de estas historias hay muchas en la ciudad, algunas más conocidas que otras y que han dado lugar a investigaciones judiciales.
¿Tráfico de bebés? ¿Tráfico de órganos? ¿Venta? ¿Mercado negro? ¿Desesperación? ¿Madre despechada? Nadie puede aseverar fehacientemente nada, pero son muchas las conjeturas que se hacen, y más aún cuando pasan las horas y no hay noticias del inocente Agustín.
A simple vista, la tardía reacción de la Justicia –en este caso en manos de la Fiscalía local– le dio el tiempo necesario para que quien se haya quedado con el bebé se mueva con total tranquilidad, si es que realmente las cosas son como las narra la madre.
La situación se desencadenó el sábado a la noche y el domingo, arrepentida, Gabriela López se quebró ante La Opinión. Por estas horas se busca a una mujer delgada, de unos 40 años de edad, de tez trigueña, morocha y pelo largo. Según informó López, transitaba en una bicicleta de mujer, despintada, y dijo vivir en inmediaciones de la Jefatura Distrital.
Una madre arrepentida
No bien quedó embarazada, Gabriela López, de 39 años, que vive en Santa Lucía con sus padres y su hija de veinte años, dijo saber que su ex pareja “no se haría cargo del bebé”, según dijo que le indicó el papá del niño. Transcurrieron así cinco meses, hasta que decidió presentarse en la Clínica San Pedro, donde fue atendida por el Dr. Gigena. Allí le confirmaron su embarazo, estado que ocultó a sus familiares hasta el día del parto.
Según contó Gabriela, angustiada y desesperada por la mala noticia que les llevaría a sus padres que están enfermos, decidió seguir adelante con el embarazo pero entregar a su hijo ni bien nazca.
“Un día fui a la Casa del Niño, pero no había nadie, porque quería saber cómo era todo. En la vereda me encontré con una mujer que me comentó que quería adoptar un bebé y así fue como la conocí. Me anotó su número en un papel que había en la calle y se fue”, relató López.
“Pasaron varios meses, hasta que el 25 de Septiembre decidí presentarme ante el Dr. Simonini, porque sentía dolores; me internaron y el 1º de Octubre, mediante cesárea, nació Agustín, cerca de las 13. 15”, contó.
Según su relato, sólo sabían de lo acontecido su hija Sabrina y el novio de ésta. Aunque se conoció que la mujer habría ocultado el embarazo hasta a su propia hija, asegurándole que iba a la clínica por un problema en el hombro y la joven recién se enteró una vez que ingresó a la habitación 119 de la Clínica San Martín y vio a su madre con un bebé al lado.
Gabriela López detalló que durante la tarde, cerca de las 18.30 se comunicó con esta mujer a quien le dijo que tenía el bebé para entregarle. Así fue como se retiró con su hijo, llegó hasta la esquina de la clínica y allí, prácticamente sin mediar palabra, le entregó el bebé a la mujer, quien le habría dicho que se llamaba “Laura Gómez” y vivía en la zona de la bajada de Chávez.
“Olvidate de esto, hace de cuenta que no pasó nada”, le habría indicado la mujer a su ex pareja cuando lo llamó para avisarle que había dado a luz. Es más, el hombre se habría enterado ese mismo día, pues López nunca le habría indicado que estaba embarazada y podría haber sido la hija de veinte años quien se lo comunicó.
“Yo no hice nada”
Ante la pregunta contundente, López no se inmutó y al ser consultada sobre si escondía algo respondió: “Yo no hice nada. Yo entregué el bebé a esta señora y no supe más nada. Yo no maté ni escondí a mi hijo, quédense tranquilos”, dijo mientras miraba a los ojos a sus padres.
Gabriela López dice conocer a “Laura Gómez” desde hace unos cinco meses, cuando concurrió a la Casa del Niño. Después dejó de verla hasta el último sábado, día en que decidió entregarlo. Lo curioso del caso es que ni bien se despojó de su hijo también hizo lo propio con el papel donde tenía anotado el número de la supuesta “Laura Gómez” y más tarde borró del registro de llamadas de su celular, “porque no me quería acordar más”, según dijo.
A la noche, luego de la presentación de su ex pareja en la clínica y la Comisaría, ni bien se constató lo que había acontecido, López fue trasladada por la policía hasta la dependencia de Santa Lucía y más tarde a nuestra ciudad.
A partir de allí todo cambió, no sólo para la mujer sino también para toda su familia, ya que se vio seriamente afectada. “¿Puedo ir presa?”, preguntó ante las conjeturas que se manejan. Evidentemente, López se dio cuenta que lo que estaba sucediendo era muy grave y así comenzó a darle difusión a este triste y penoso episodio con final abierto.
¿López miente?
A medida que avanzan las horas los dichos de Gabriela López parecen ser muy contradictorios. Existen datos que no concuerdan y serán vitales para tratar de establecer qué sucedió realmente con el pequeño Agustín.
A través de su contacto con este medio relató que se fue de la clínica cerca de las 19.00, entregó la criatura a la supuesta “Laura Gómez”, se tomó el colectivo con destino a Santa Lucía en la propia terminal de ómnibus y en pleno viaje recibió el llamado de su ex pareja, quien le preguntaba por lo acontecido. También contó que su hija de veinte años se retiró de la clínica a las 17.00. Pero su relato más contundente se produjo cuando explicó que fue esa misma tarde cuando llamó a la supuesta madre adoptiva para avisarle que le entregaría el bebé enseguida. “Bajá, que te espero en la esquina”, le habría indicado la mujer.
La Opinión está en condiciones de adelantar extraoficialmente que es imposible que López se haya ido a Santa Lucía en ese horario, porque el colectivo sale de la terminal a las 20.00 y su ex pareja llegó a la clínica a las 19.30. También trascendió que Gabriela López le habría dado una cierta cifra de dinero a su hija para abonar una deuda en un comercio del centro y se pudo confirmar que pagó los servicios de un lavadero de ropas ubicado en inmediaciones de la clínica, donde mandó a lavar las prendas del bebé.
Lo más grave del caso, y que complicaría la situación de López si la versión se confirma, es que tras un registro efectuado a través del servicio 611 de la empresa telefónica Claro –servicio que tiene en su celular la madre del niño–, se pudo saber que no existen registros de llamadas en el momento que ella lo indicó. Solo aparecen cinco números de familiares y allegados que reconoce y llamó.
Todas estas dudas generadas tras los dichos de Gabriela López forjan un sinfín de suposiciones y quizás con el paso de los días puedan aclararse. De todas maneras, y para sumar contradicciones, López habría asegurado en su primera presentación ante la policía que el hijo se lo había dejado a su ex pareja, el padre del niño, versión que se desvaneció rápidamente.
Entre los contradictorios relatos, aún no queda claro el tiempo trascurrido entre el momento en que López llamó a la mujer y el que ésta llegó, pues habla de cinco minutos, tiempo poco probable para transitar desde la zona en donde viviría hasta la clínica y en bicicleta.
Cuarenta y ocho horas de ventajas
Inexplicablemente, la Justicia reaccionó tarde. En primer término, a cargo del ayudante de fiscalía Dr. Vicente Gómez, la causa casi no caminó. Se secuestró el celular pero ni se lo tocó –fue devuelto el lunes a Gabriela López–, prácticamente no hubo rastrillajes y hasta el lunes no se notificó a la Fiscal Franca Padulo. Trascendió que esta serie de desaciertos llegaron a oídos del Fiscal General Tanus, quien, como era de prever, intervino, dejó la causa en manos del Dr. Patricio Bennincasa Serjal y hasta habría indicado que les daba 24 horas para encontrar al bebé.
Ayer al mediodía, personal de policía científica confeccionó un identikit de la supuesta mujer que se llevó al bebé y fue difundido por todas partes a través de los medios. Es decir que recién ayer la causa comenzó a transitar los caminos judiciales, como correspondería haberlo hecho mucho antes. Se pidió a la empresa Claro el rastro de la llamada que Gabriela realizó el sábado a la supuesta madre adoptiva, notificaron a la clínica San Martín para que entregue documentación y se dio intervención a la policía, DDI y otras dependencias para aumentar la búsqueda del bebé en distintos sectores de la ciudad.
De tratarse de un típico caso de tráfico de bebés u órganos, se estima que con tantas horas de ventaja el niño ya no está en San Pedro. Con sólo saber que un vehículo llega a Brasil en apenas 24 horas, no sería descabellado pensar que algo de eso sucedió con tanto tiempo transcurrido.
Errores voluntarios o involuntarios
Hasta el momento, Gabriela López aparece como la principal implicada en este caso y mientras no aparezca el bebé su situación se irá complicando. De todos modos, los profesionales de la Clínica San Martín no son para nada ajenos a todo esto y la causa podría dar un giro inesperado si es que la mujer oculta alguna otra historia que desee revelar.
El Dr. Julio César Simonini, médico que atendió a López, trató de sacarse la situación de encima llamando a los medios y queriendo aclarar lo acontecido. El cuestionado médico se contradijo en algunas de sus explicaciones si se lo compara con lo expuesto por la mujer y dejó al descubierto varias dudas que no hacen más que agregarle mayor confusión a todo lo que se está diciendo.
Si bien al ser consultado, Simonini dijo estar totalmente limpio de toda situación judicial, el profesional está vinculado a una causa en donde se acusa, casualmente, a otra mujer de Santa Lucía como compradora de un bebé. También se supo que en la Fiscalía N° 1 de San Nicolás pesa una causa por la muerte de un bebé, en donde fue cambiado el sexo en el certificado de defunción.
El propio Simonini es el médico que atendió a Román Pando allá por el ’90. Un joven baraderense que ingresó a la guardia del Hospital con un disparo de arma de fuego y se le diagnosticó una borrachera. Pando, a las pocas horas, murió.
¿Y la combi blanca?
Por las suyas, la familia de Gabriela López empezó a movilizarse teniendo en cuenta los dichos de la mujer sobre el lugar en donde viviría la supuesta madre adoptiva (inmediaciones de la Jefatura Distrital o Bajada de Chávez). Sobre el cierre de esta edición, la familia López reunió datos sobre la presencia de una mujer que habría aparecido sorpresivamente con un bebé. Así, se dirigieron a una vivienda de la calle Saavedra al 2800, donde vive una mujer de nombre Gloria Gómez, de rasgos similares al identikit, quien aseguró, atemorizada, que no sabía por qué, pero que llegó a su casa una combi blanca de la que descendieron “un hombre petiso y pelado junto a una mujer gorda”, quienes le dijeron: “Danos el bebé que te robaste”; también fueron a su casa, en dos autos, cuatro mujeres y tres hombres. Según la denuncia que Gloria Gómez asentó en la Comisaría, uno de ellos dijo ser el padre del bebé (aunque luego dijo no estar segura) y la increpó pidiéndole que le devuelva al niño. Ella manifestó no saber de qué estaban hablando, realizó la denuncia por la irrupción en su domicilio y fue citada para hoy por la mañana por el Fiscal Bennincasa Serjal. También aseguró que alguien abordó a su hija de catorce años a la salida de la escuela, preguntándole por el caso.