Preocupación por los “secuestros virtuales”
Al menos ocho casos se dieron en los últimos diez días, y tantos otros que no fueron denunciados por el temor de las víctimas a revelar su identidad. Utilizando siempre la misma modalidad, los casos se repitieron por más de una semana aunque en ninguno de los “secuestros” se llegó a pagar un rescate. La policía investiga el origen de los llamados.
La modalidad de los delincuentes es siempre la misma: una llamada telefónica – a un teléfono de línea – en la que quien llama se identifica como “el comisario” o “el oficial”. Luego, dan cuenta de un importante accidente de tránsito, en el que se encuentra involucrado el vehículo “de un familiar” o “de un conocido” ya que la persona implicada en el siniestro “dio ese número” para que contacten a un familiar. Cuando la víctima cree en la versión y certifica la identidad de la persona, estos solicitan el número de un teléfono móvil para continuar la comunicación y vuelven a llamar explicando que en realidad se trata de un secuestro y comienzan una negociación impidiéndole que corten la comunicación.
Ocho secuestros en diez días
La situación más importante la atravesó una reconocida familia de la ciudad dueña de un emprendimiento hotelero, el pasado martes 12 de junio. El nieto de los dueños de la vivienda contestó el teléfono y luego de hablar varios minutos con “el comisario” debido al “accidente que sufrieron sus abuelos” – que se encontraban de viaje – dio a los delincuentes el número del celular de su madre. Contactaron a la mujer, le dijeron que se trataba de un secuestro y comenzaron a negociar un rescate. El monto solicitado por los delincuentes ascendía a 30.000 pesos y con el correr de los minutos descendió hasta llegar a los 20.000.
La mujer intentó comunicarse con sus padres y ante la imposibilidad de poder hacerlo – se encontraban en una excursión sin el teléfono con ellos – dio aviso a la policía y a sus familiares informando lo que estaba sucediendo y estos comenzaron a reunir el dinero para depositarlo en una cuenta a través de la empresa Western Union. Los momentos de angustia y tensión se extendieron durante varias horas, la familia debía realizar el depósito a la hora indicada por los “secuestradores”: 17.50. Pasadas las 16.30 el Jefe Distrital, quien tomó conocimiento de la situación e intervino, logró comunicase con el empresario y dio rápido aviso a la familia para que no realice el depósito del dinero. Otro miembro de la misma familia recibió un llamado similar, el mismo día, pero alertado por los medios sobre la modalidad colgó el teléfono. No volvieron a llamarlo.
El nadador Fernando Bennazar y su hermano Aníbal vivieron una situación similar. Ninguno creyó en la versión de los delincuentes acerca del accidente por lo que apelaron a terminar la comunicación. La misma llamada recibieron otras cinco familias de la ciudad, que lograron dar rápidamente con el familiar “accidentado”, o “secuestrado”, aunque sólo tres de ellos radicaron la denuncia en la comisaría local.
Los delincuentes cuentan con datos concretos sobre las familias
Andrés, el hombre de 60 años que sufrió la simulación del secuestro de su hijo creyó en la versión de los delincuentes cuando quien se hizo pasar por él le dijo “Pa”. El hijo dialogó con La Opinión y aseguró que en general todos a su padre pueden “llamarlo por el nombre, decirle ‘viejo’, o de otra manera”, y manifestó: “Yo a mi viejo le digo ‘Pa’”. Además los delincuentes conocían que el hombre trabaja en su camioneta, vehículo que indicaron como partícipe del “accidente”, incluso su nombre y el de su padre. El día previo, esta persona vio pasar un automóvil Volkswagen negro por el frente de la vivienda, muy lentamente y observando hacia su casa de manera sospechosa. Un automóvil negro es el mismo que denunció una menor de 16 años como el vehículo en el que escapó el hombre que intentó secuestrarla en Dávila y 11 de Septiembre días atrás.
Mario fue llamado dos veces en media hora por “dos voces distintas”. El hombre colgó el primero de los llamados y en el segundo decidió “seguirles el juego”, dando un falso nombre. Luego de varios minutos, cortó la comunicación. Un candidato a Concejal para las próximas elecciones también fue “víctima de un secuestro”. Su mujer recibió el llamado en el que los delincuentes dieron detalles sobre su esposo que otorgaron veracidad al hecho. Minutos más tarde una voz masculina llamó a su esposa para explicarle que “estaba bien”. Como en todos los casos, no volvieron a llamar.