Preocupación por avisos de remate del BID
Durante los últimos meses se han repartido nuevas intimaciones o avisos de remate para familias que mantienen deudas con el Banco Integrado Departamental o el Banco de la Ribera. Los juicios iniciados tras la quiebra comienzan a derivar en sentencias que algunos pretenden enfrentar reuniéndose para pedir un cálculo más razonable de lo que se debe pagar. Hay saldos que se multiplican hasta por 10 y ex clientes que por un lado son llevados a remate y por otro no han recuperado el dinero que tenían depositado en cuentas o plazos fijos.
En los próximos días podrían recrearse escenas vividas a mediados de la década pasada cuando la abrupta caída del BID dejó a decenas de familias sin sus acreencias. El Banco Integrado Departamental, pocos meses después de absorber a los Bancos de la Ribera y Aciso, se cayó y tras algunos meses de cabildeos, presentó quiebra.
Aquella historia, sigue destilando problemas y en algunos casos fue un disparador para tragedias y pérdidas que envolvieron a particulares, empresas y comercios de la zona.
Pocos se han ocupado de cómo fue el volver a empezar para quienes tenían en las arcas de ese banco todos sus ahorros en indemnizaciones. Sin embargo, “el corralito” del 2001 tuvo un efecto similar aunque más masivo y con pesificación de por medio.
A diez años del cierre del BID, de un lado están los que tenían sus ahorros allí y del otro, los que quedaron debiendo créditos que en algunos casos se tercerizaron y pasaron a ser gestionados por financieras y otras empresas.
En el medio de estos dos grupos están los que se pueden ubicar en ambos: Perdieron sus ahorros pero además son deudores. Estos, no han sido tratados con preferencia a la hora de los juicios iniciados por la Sindicatura y a tanto tiempo de la hecatombe se encuentran más cerca de la intimación a pagar que de cobrar lo que les corresponde.
Para todos
En los últimos días, el Juzgado de Paz ha repartido infinidad de nuevas intimaciones de cobro y en algunos casos “avisos de remate” que provocan una gran preocupación. La cartera de créditos del BID quedó en manos de estudios jurídicos y esta zona es operada desde San Nicolás, en donde además también se reúnen para su defensa muchos dolientes.
Además de la anunciada ejecución de viviendas, se teme por acciones similares en el sector rural que están en stand by pero que podrían activarse en cualquier momento. “Cada vez que están por preparar una nueva remesa de distribución a ahorristas apuran los remates y así consiguen que muchos que no estaban pagando, lo hagan”, comentó un profesional que defiende a algunos “estafados”. Las remesas que se han pagado hasta ahora le han permitido a quienes tenían dinero en cuentas, cajas o plazos fijos, recuperar alrededor del 35% de lo que poseían pero a valores históricos sin contemplar el 3 a 1 no los intereses.
Bien distinta es la tabla que se utiliza para calcular las deudas en donde se presentan indexaciones de hasta un 1000 % con saldos que se han incrementado llamativamente por efecto de los intereses, punitorios y honorarios de abogados.
Contra este abuso es que pretenden defenderse varios “deudores” que analizan la convocatoria a una reunión para definir acciones en conjunto. En primer término frenar los remates; algo que corporativamente logro el sector rural con más fuerza que el que pueden tener simples vecinos.
Después, establecer quitas o descuentos en las deudas y una financiación sin intereses y no como la que se ofrece actualmente que carga honorarios e intereses adicionales a planes de corta duración.
Ejemplos
Una de las tantas familias que enfrenta esta penuria es la de Graciela, una vecina que recordó cómo el Banco de la Ribera pidió a sus socios/clientes una capitalización que les hizo poner plata a todos para evitar que el banco se cayera, aunque indefectiblemente y por manejos jamás condenados, ocurrió. “Mi marido deposito allí todo lo que había trabajado en el algodón.
Lo dejó un viernes y a la otra semana el banco cerró. Yo tenía un crédito de 19.000 pesos y ahora me quieren rematar la casa por 132 mil. Nuestro abogado está tratando de dilatar las cosas pero si no hay una reacción generalizada esto va a ser dramático”, comentó. Hay otros casos de deudas que no superaban los mil pesos y que ahora están en el orden de los 6 mil.
La convocatoria para analizar la situación aún no tiene fecha y lugar pero seguramente en cuanto se movilicen los primeros y se atrevan, cobrará forma como está ocurriendo en otras ciudades en las que la sigla BID es sinónimo de desastre.