Preocupa el descontrol en las obras en construcción
El Centro de Arquitectos envió una dura nota al Intendente y al Concejo Deliberante, donde denuncian la “proliferación de obras particulares con un control mínimo o sin control municipal”, que violan la legislación vigente. La oposición recordó un informe sobre el boom de las construcciones clandestinas. Sospechas sobre funcionarios públicos que encabezan proyectos a pesar de tener el título bloqueado.
El repetido lema “la ciudad la construimos entre todos” cobra cada vez más vigencia en este San Pedro donde el caos reina en prácticamente todos los ámbitos, sobre todo en aquellos donde debe esperarse conciencia colectiva de la sociedad civil e intervenciones efectivas del Estado.
Si como dijo un urbanista local, “la arquitectura es ideología construida”, la preocupación en torno al desarrollo de la ciudad sin planificación, donde cada cual hace lo que le parece, reproduce lo que sucede en otros aspectos de la vida cotidiana sampedrina.
La semana pasada ingresó al Ejecutivo y al Concejo Deliberante una nota firmada por los representantes del Centro de Arquitectos –que se reproduce completa como solicitada en página 7– que vuelve a poner en discusión el problema del famoso “boom” de las construcciones clandestinas en la ciudad.
Allí se describen situaciones como las que expuso este semanario cuando el concejal Mario Sánchez Negrete hizo un relevamiento que dio cuentas de alrededor de 100 obras que no cumplían con la legislación vigente en la materia.
La preocupación de los arquitectos pasa por “la proliferación de obras particulares con un control mínimo o sin control municipal”. Un fenómeno que se repite desde hace años, en el marco de la gran cantidad de construcciones con las que puede encontrarse quien recorra las calles de la ciudad.
Una ciudad insegura
Los arquitectos denuncian en su nota la gran cantidad de obras sin el cartel reglamentario, que “no cumplen con las normativas mínimas de los códigos municipales, ya sea de áreas cubiertas, áreas libres, dimensiones mínimas de locales, escaleras antirreglamentarias, incumplimiento de las leyes de seguridad de prevención de incendios”.
También hacen referencia a “estructuras sin cálculos que pueden colapsar”, lo que significa ni más ni menos que, por ejemplo, edificios que pueden caerse, como apuntó un profesional a La Opinión respecto de uno en construcción a pocas cuadras de esta redacción.
Sostienen que al analizar las obras en construcción existentes, puede hallarse “incumplimiento de las normativas de aislación térmica, superficies de iluminación y ventilación inadecuadas o inexistentes”, lo que genera “edificios enfermos y que enferman a sus ocupantes”.
Una de las preocupaciones es la invasión de la vía pública, como sucede en calle Rómulo Naón, que tiene una cantidad de metros establecida que debe dejarse libre para futuras ampliaciones, lo que sobre todo desde 3 de Febrero hacia la costa pocos cumplen.
“Ochavas no reglamentarias, balcones cerrados, instalaciones de servicios”, son parte de las irregularidades detectadas, las que no sólo afectan a quienes ocupan esas viviendas sino también al resto de los vecinos.
“Hacer ciudad es un compromiso social irrenunciable de los actores comprometidos por la legislación presente, parece que el sector de control municipal no está alineado en esta óptica sino librando al mercado la libre ejecución de obras sin control”, manifestaron desde el Centro de Arquitecetos.
Viva la pepa
El estado de anomia que vive la ciudad se reproduce en todos los sectores. La Secretaría de Obras Públicas no tiene conductor asignado porque Hugo Días renunció. Adolfo “Fito” Benincasa, Director de Viviendas y Escuelas, ocupa el cargo interinamente. El Director de Obras es el Ingeniero Civil Gregorio Gutiérrez.
A ellos les toca el ejercicio de contralor. Los responsables de cada construcción deben dirigirse a esa dependencia municipal para informar el proyecto y solicitar la habilitación, cuyo número de expediente quedará expuesto luego en el cartel reglamentario correspondiente, donde se indica además quién es el profesional a cargo.
A la tolerancia habitual, justificada con que no dan abasto los inspectores del área para todas las obras en marcha, se suman otros factores que son más complicados a la hora de pensar por qué vivimos una ciudad en estado de anarquía respecto de algunas cuestiones.
Si bien ninguno se anima a ser el que denuncie, varios profesionales han señalado obras de envergadura en la ciudad que habrían sido dirigidas por un colega suyo que ocupa un lugar en el Estado municipal, por lo que su título universitario debería estar bloqueado para proyectos particulares.
Algunas de esas obras son reconocidas en la ciudad y estarían vinculadas a proyectos económicos de relevancia. “No debe firmar, porque al tener el título bloqueado le pagan y no puede, pero que dirigió las obras, las dirigió”, coincidieron en señalar a La Opinión colegas del funcionario en cuestión.
Una relación tirante
Quienes están o estuvieron cerca de la Secretaría de Obras Públicas coinciden en que la relación del Estado con el colegio de profesionales de la arquitectura no es la mejor. Hablan de una “tirantez” constante, que se expresa en reclamos sobre medidas que deben tomarse pero que no siempre son respetadas por los propios arquitectos.
“Hay de todo, errores del Estado, sí; pero también hay avivadas de los profesionales”, aseguró un hombre que conoce en profundidad esa “relación tirante” por haber estado en ambos lados del mostrador.
La Municipalidad cuenta con un responsable de inspección de obras, que elabora los informes correspondientes y los eleva a sus superiores. Como el cuerpo de inspectores no alcanza para cubrir todo el espectro, la prioridad suele estar puesta en la constatación de obras no declaradas.
El problema estriba en que como no hay personal suficiente, por lo general los controles sobre proyectos ya comenzados son mínimos o inexistentes, por lo que la ciudad queda a merced de la buena voluntad de quienes tienen a cargo las obras.
El Concejo debate
La nota que ingresaron los arquitectos fue pasada a la Comisión de Planeamiento, a pedido del concejal Sánchez Negrete. “No es un tema menor, denuncian una gran cantidad de irregularidades, que confirman lo que dijimos en el pedido de informes en 2012”.
El Ejecutivo respondió entonces con las obras declaradas y las infraccionadas. “Hoy sigue la misma problemática”, aseguró el edil, por lo que consideró que el análisis dentro de la Comisión es necesario.