Planta permanente para la hija de un funcionario
Había ingresado a la Municipalidad en enero de 2018 “ad honorem”. Luego fue nombrada como trabajadora temporaria y ahora, desde el 1 de noviembre, es planta permanente del Estado local. Fue designada como personal administrativo de 40 horas semanales, con un salario bruto superior a los 31.000 pesos, entre básico y bonificaciones.
El gobierno de Cecilio Sazalar firmó un decreto mediante el que designó como empleada municipal de planta permanente a la hija de un funcionario del gabinete que había ingresado al Estado local “ad honorem” hace casi dos años.
El decreto tiene fecha del 06 de noviembre y es retroactivo al primero de mes. Señala que la hija del excomisario, que se desempeña en la Secretaría de Coordinación, que conduce Ramón Salazar, quien prestó conformidad para la designación, al igual que el secretario de Economía, Fabián Rodríguez, ya es empleada municipal con todos los beneficios de ley.
Joana Roleri, hija del secretario de Seguridad, Eduardo Roleri, fue designada como agrupamiento 15, personal administrativo, ayudante de 3, categoría 5 con 40 horas semanales, con una bonificación por función especial del 15 por ciento del sueldo básico, lo que suma, en total y en bruto, sin descuentos de obra social y aportes, un monto de alrededor de 31.600 pesos.
Son 24,624.73 de básico; 1,617 de refrigerio; 731 de bonificación; 1000 de presentismo; y 3.693,7095 de bonificación del 15 % por función especial, de acuerdo a la escala salarial vigente desde diciembre, cuando se aplique el último porcentaje de aumento, que formará parte del aguinaldo y se cobrará completo en enero.
Joana Roleri ingresó al Municipio el 23 de enero de 2018 como personal administrativo “ad honorem”. Luego apareció entre el personal de planta temporaria que dependía de la Secretaría Privada y ahora fue designada en planta permanente.
Sin poner en dudas las capacidades laborales de la joven, su nombramiento no deja de estar teñido de la negativa calificación de nepotismo, que el diccionario define como “desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos”, en un gobierno que comenzó su mandato asegurando que iba a habilitar la designación de empleados por concurso.
Entre los trabajadores municipales, además, recordaron que hay muchos que esperan desde hace años el pase a planta permanente que nunca llega y otros que cobran como “decretos” con salarios inferiores al mínimo, vital y móvil, sin obra social ni aportes y que trabajan a la par del resto, a la espera de que se los ascienda a la calidad de empleados.