Otros dos comercios asaltados
El jueves de la semana pasada la Farmacia Clérici fue asaltada a mano armada por dos sujetos que se presentaron en el lugar a cara descubierta y, tras intimidar a la empleada con un arma de fuego, se llevaron la recaudación del día. No es la primera vez que asaltan este comercio pero en esta oportunidad la dueña decidió no radicar la denuncia. En las últimas horas del mismo jueves asaltaron también al Supermercado Aulí y los delincuentes se llevaron la recaudación de una de las cajas.
La Farmacia Clérici, ubicada en Belgrano y Lucio Mansilla, fue el blanco elegido por los asaltantes. Dos sujetos, de aproximadamente 20 años, que circulaban en un ciclomotor, llegaron el jueves en horas del mediodía hasta el lugar. Uno de ellos, descendió del rodado e ingresó a la farmacia para consultar el precio de un medicamento. La empleada, quien en ese momento se encontraba sola en el comercio, le indicó el precio requerido y el joven salió del local. Pero luego, repentinamente, ambos ingresaron nuevamente y, tras amenazar mediante un arma de fuego a la dependiente, se llevaron toda la recaudación de la mañana. Los ladrones se mostraron tranquilos en todo momento, lo que hace sospechar que se trataba de personas con experiencia en este tipo de hechos. Además, ambos cometieron el ilícito a cara descubierta.
Una vez que los malhechores se alejaron del lugar, la empleada se comunicó al servicio del 101. Tras explicarle lo sucedido a la persona que la atendió, respondieron que “no podían hacer nada y que debía llamar a la Comisaría local”. Eso fue lo que hizo, aunque para lograrlo tuvo que insistir durante más de 20 minutos. Finalmente, y después de media hora de transcurrido el asalto, un móvil policial se hizo presente en el lugar. Esto, obviamente, impidió que los policías pudieran aprehender a los delincuentes.
Esta no es la primera vez que roban en la farmacia, y la falta de respuesta por parte de los policías hizo que la dueña del comercio decidiera no radicar la denuncia. Según explicó, no tiene sentido perder tiempo llenando papeles y viajando a San Nicolás porque finalmente todo queda en la nada.
Por otra parte, apenas unos minutos después de las 21 horas, en momentos en que uno de los empleados se encontraba cerrando el supermercado Aulí, ubicado en la intersección de las calles Aulí y Miguel Porta, dos sujetos obligaron al trabajador a ingresar al interior del local y, tras amenazarlo con un arma de fuego, sustrajeron del interior de una de las cajas, el dinero que había sido recaudado durante el transcurso de la jornada. Los ladrones abandonaron el lugar sin efectuar disparos. Los empleados del comercio se comunicaron rápidamente con la Comisaría local pero, sin embargo, no pudieron aprehenderlos.
Robos en la zona
El robo a estos comercios se suma a varios hechos delictivos que tuvieron lugar en diversos comercios de la ciudad, en los últimos tiempos. Entre los mismos se encuentran el asalto al Maxiquiosco Orejas, ocurrido el 23 de noviembre, donde dos sujetos armados ingresaron al local en el momento en que se encontraban dentro, el dueño, Garavaglia, además de 10 clientes. Los autores fueron identificados por la policía. Uno de ellos es Rafael Díaz, y el otro un menor de 16 años. El Minimercado El Gauchito sufrió también, en 15 días, dos hechos delictivos. El primero fue el 7 de Diciembre y el segundo el 23 del mismo mes. En ambos casos se logró identificar a los delincuentes. En el segundo episodio, el malhechor habría sido el propio Díaz. Por último, la rotisería La Morocha, fue víctima de un asalto a mano armada en la mañana del 31 de Diciembre. Como consecuencia del mismo, Hugo Toledo, el propietario del comercio, resultó herido y debió ser hospitalizado aunque, afortunadamente, solo sufrió heridas de carácter leve. En este caso, también fue aprehendido el delincuente que cometió el atraco ya que el mismo no es otro que Rafael Díaz.
Lo que más preocupa a los sampedrinos es la impunidad con la que actúan los delincuentes. Ya no importa la hora, ni la cantidad de personas que en ese momento se encuentren dentro del negocio. Tampoco les preocupa que las víctimas los reconozcan, ya que en ningún caso van a cometer los ilícitos con la cara cubierta.