Otra vez, la escuela de Banfield en peligro
La unidad académica soñada en el predio de la ex cancha de ese club sufre un nuevo tropiezo: la empresa que ganó la licitación desapareció y no responde las cartas documento de los trabajadores, que no cobran hace dos quincenas. Uocra y el Municipio intervinieron luego de que los albañiles difundieran el problema a través del móvil de Sin Galera y amenazaran con una toma por tiempo indeterminado de la obra. A Cartelles S. A. le rechazaron cheques por más de 10 millones de pesos por falta de fondos.
Como adelantó este semanario la semana pasada, la detenida obra de la escuela primaria que se construía en la excancha de fútbol del club Banfield, frente a las 104 Viviendas por 11 de Septiembre es un problema que empieza en San Pedro sigue en Berazategui hasta llegar a La Plata y se mete de lleno en la Casa Rosada: la construcción del edificio escolar la tiene a su cargo la empresa Cartelles S. A. bajo la coordinación de la Unidad Ejecutora Provincial con fondos aportados por el Gobierno nacional.
El primer reclamo que llegó a La Opinión por parte de los trabajadores era sencillo: no cobraban. El Director de la Unidad Ejecutora Provincial Mariano Puccio dijo cuando se lo consultó que había “un par de problemas con la empresa que ganó la licitación”, y aseguró: “Estamos multando a la empresa porque no está cumpliendo con el plazo del avance que debe tener la obra”.
El lunes los empleados volvieron a contactarse con este medio, porque siguen sin respuestas y sin que nadie se acerque al lugar. Luego de que este semanario estuviera allí hicieron lo propio el Secretario General de Uocra Horacio Azzoni y el Subsecretario de Obras Públicas municipal Carlos Codern.
El relato de los trabajadores revela una trama que pone en duda no sólo los mecanismos de adjudicación de este tipo de modalidad de construcción sino además los controles que el Gobierno provincial ejerce sobre quienes construyen con dinero de todos los argentinos nada menos que una escuela, el mismo tipo de edificio que luego hay que reparar de manera estructural y con fondos nacionales que podrían ser destinados a otro tipo de desarrollo educativo.
Una obra con muchos problemas
La escuela de Banfield fue anunciada, licitada y adjudicada por el Gobierno de Mario Barbieri. Luego, el de Guacone le quitó la obra a la empresa y la enfrentó en Tribunales. Más tarde, el llamado a licitación tuvo a Cartelle S. A., con sede en Berazategui, como la responsable.
Los trabajadores contaron a La Opinión que esa firma “tercerizaba los trabajos” a otras: una para mampostería, otra para gas y agua, otra para el techo. “Trabajaban una quincena o dos y los dejaba colgados, les pagaba con cheques que no tenían fondos”, dijo uno de los albañiles.
En efecto, según el Banco Central, esa empresa registró 219 cheques rechazados por falta de fondos, por un total de $ 10.241.525,42 de los cuales “levantó” alrededor de la mitad.
Los entre siete y diez trabajadores que quedan, de los 40 que hubo en un momento, están hace dos quincenas sin cobrar. De ellos, algunos tuvieron problemas con los contratistas anteriores, a quienes identifican como “un tal Ulises y el tucumano Alderete”.
El encargado de la obra se fue un viernes como hacía todas las semanas pero en lugar de volver el lunes o el miércoles, como hacía últimamente, despareció sin dejar huellas. Una vez atendió el teléfono para decir que ya iba a ir. Luego dejó de responder.
“La gente venía a trabajar todos los días pero no había herramientas ni materiales ni tareas para hacer”, contó otro de los trabajadores. Nadie sabe a ciencia cierta si esta empresa sigue o renunció a la obra, porque existe la sospecha de que presentó quiebra. La dirección postal no corresponde. En el teléfono de la empresa que tenían atienden para decir que se trata de una vivienda familiar. Los abogados Gugger y Carballo mandaron cartas documento en representación de los empleados que son devueltas porque no existe la dirección aunque haya sido adjudicataria de esta y otras obras en territorio bonaerense.
Falencias en la escuela
En el edifico, que tiene construidos doce salones y una galería, hay múltiples falencias. Todavía faltan las aberturas, las terminaciones y los pisos, entre otros detalles.
La arquitecta a cargo, que fue pocas veces, les había dicho que demorarían un año y medio. La obra comenzó en mayo del año pasado con un plazo de 15 meses.
“Si empezáramos ahora otra vez, nos llevaría un año y medio más”, aseguraron los trabajadores.
“Un inspector de La Plata vino al principio, cuando la obra estaba un metro levantada. Después no vinieron más”, dijo otro, que trabajó en obras de Cartelle en San Antonio de Areco. “Allá iban dos o tres veces por semana el intendente y los consejeros escolares a controlar”, sostuvo.
Los trabajadores dicen que los contratistas “se tragaron la plata” y que “hacían figurar que hicieron tal cosa pero no estaba”. Sin inspectores que controlen, todo es posible.
“Si ves las vigas, están mal hechas, como las terminaciones y el encofrado, que lo armaron en dos días. Hay columnas torcidas, los hierros de las lozas se ven, se supone que lleva un separador de tres centímetros y no está. Hay habitaciones con loza a la vista y se ven los fierros, eso revienta en dos meses. Hay lugares revocados porque tuvieron que rellenar las vigas porque se les reventaban. Se habían comido columnas y las hicieron después. Es un desastre. Una pared está toda picada porque iban ladrillos de 12 y la hicieron con 18, así que tuvieron que picarla. La instalación eléctrica y la del desagüe cloacal hubo que arrancarla toda y hacerla de nuevo”, describió un albañil que mostró cada rincón del edificio a La Opinión.
Uocra y el Municipio llegaron tarde
Pese a que la bandera del gremio flamea desde el día del corte de cintas, Horacio Azzoni respondió al móvil de Sin Galera que ya tenían hecha la denuncia en la Secretaría de Trabajo. El titular del sindicato a nivel local fustigó a los contratistas que “aprovechan para meter fichas a los trabajadores”, sin embargo nada pudo decir sobre los obreros a los que también debería representar aunque dependan de una empresa tercerizada. Frente a la consulta insistente de este medio, la Uocra confirmó que acompañarán el reclamo hasta que haya una respuesta.
El Sectretario de Obras Públicas Carlos Codern llegó el lunes por la noche y sostuvo que intentó visitar la obra la semana pasada cuando se enteró del conflicto a través de este medio. “Estaba cerrado”, dijo sin inmutarse al confirmar que sólo lo intentó una vez. Luego explicó que el control debe estar a cargo de Provincia y Nación y sin sonrojarse admitió que ni el municipio ni el Consejo Escolar tienen por qué fiscalizar.
La conclusión más que obvia para cualquier ciudadano es que se estima que aunque sea “de paseo por el lugar” conviene a las autoridades del territorio ser monitores o al menos voceros del despilfarro de dinero y las demoras que sufre la comunidad educativa que espera la apertura de una nueva escuela. Se sabe además que como sucedió con la Agrotécnica el martes o con el Jardín 908 hace poco más de 15 días, las falencias se pagan caras cuando tras inaugurar con bombos, platillos y autoridades se advierte que los requisitos del pliego se han violado y las instalaciones presentan deficiencias por las que hay que volver a pagar.
Hasta el cierre de esta edición los trabajadores no habían percibido dinero alguno.