Ordenan detención de un cómplice de Branto y Morel
El Fiscal Marcelo Manso acreditó que “Gabi” Bruzzone fue quien estuvo en la escena del crimen y fue a buscar en moto a Roberto Branto Ayala, que estaba herido tras asesinar al policía Nelson Lillo. Oriundo de Río Tala, vivió en Baradero en el mismo predio donde habitaba Pablo Morel, el delincuente que murió al enfrentarse con la policía.
El asesinato del policía Nelson Lillo estuvo y está enmarcado por una secuencia de particularidades que comienzan a develarse a medida que avanza la instrucción de la causa. Si bien existió una cadena de complicidades que quizás nunca se pueda desentramar y que influyó no sólo a la hora de cometer el hecho sino también en el momento de la detención de Roberto “Tito” Branto Ayala, el Fiscal Marcelo Manso ordenó ahora la detención de un tercer participante en el hecho.
Según la investigación, sería quien arribó al lugar del homicidio y recogió a Branto cuando ya estaba herido y pretendía huir de la escena del crimen. Una pieza clave para saber cómo se enteró de la necesidad de huir de la misión, quién lo esperaba y a dónde llevó al herido.
El Fiscal a cargo de la instrucción, en coincidencia con los publicado por La Opinión el mismo día en que murió el policía, solicitó al Juzgado de Garantías de turno la detención de Noé Marcos Gabriel Bruzzone, de 26 años y oriundo de Río Tala.
Manso logró reunir pruebas contundentes que ubican al sospechoso en la misma escena del hecho pocos minutos después de cometido el asesinato. Es más, el testimonio más firme aseguró que el sospechoso “sacó” a Branto de la zona donde todo era conmoción y lo llevó a un lugar donde pudo estar a resguardo y curarse de la herida de bala que presentaba.
Bruzzone llegó en moto a la esquina de Salta y Arnaldo tras el tiroteo, se llevó al delincuente que venía corriendo por calle Arnaldo, lo dejó en un lugar seguro y se dirigió a Baradero, donde informó a los familiares de Morel que lo habían matado. Luego se fugó en remis, con parte del botín del asalto. Se habría dirigido al conurbano junto a sus dos hijos menores de edad, sin que volviera a ser visto.
Un valioso testimonio recogido por el Fiscal asegura que Bruzzone vivía en el mismo predio donde tenía construida su casa Pablo Morel, el malviviente muerto ese mismo día, y que existía una estrecha relación entre ambos.
El sospechoso pertenece a una tradicional familia de Río Tala, se crió con sus abuelos pero desde su adolescencia fue sumando antecedentes de todo tipo.