Operaron a Gaspar, el niño que fue pateado en la cabeza por un caballo
Fue intervenido quirúrgicamente para la colocación de una prótesis maxilar. “Salió todo bien”, contó su tía. El proceso de recuperación será largo, pero de acuerdo a los estudios que le practicaron, no presentaría complicaciones. “Es un milagro, como nos dijeron los médicos”, aseguraron sus familiares. El niño fue pateado en la cara por un caballo cuando jugaba en un descampado frente a su casa, en Alvear casi Mateo Sbert.
Antes del fin de semana, en el hospital San Felipe de San Nicolás, intervinieron quirúrgicamente a Gaspar Benítez, el niño que fue pateado en la cara por un caballo el lunes por la tarde. La operación fue para colocarle una prótesis maxilar, zona donde sufrió una importante fractura producto del golpe.
“Salió todo bien”, contó a La Opinión su tía, Belén, que estuvo en San Nicolás. “Ahora hay que esperar la evolución del golpe que tiene en la cabeza, cuando desinflame ver si hay algún tipo de lesión. Se le hicieron muchos estudios que descartaron que haya coágulos en el cerebro”, agregó.
El lunes, alrededor de las 17.30 Gaspar jugaba en un descampado ubicado frente a su casa, en Alvear casi Mateo Sbert, cuando fue pateado en la cabeza por un caballo que un vecino había dejado atado en ese lugar para que pastara.
Cuando ingresó a la Guardia, su cuadro era muy complicado porque no se sabía con precisión qué daño había causado el golpe. Ya en San Nicolás, los estudios médicos establecieron que no tenía compromiso cerebral ni coagulo alguno.
“Es un milagro, como nos dijeron los médicos”, aseguraron sus familiares, que lo acompañan en la terapia intensiva del San Felipe, donde todavía permanece internado, con sedación y respirador artificial, aunque “mejorando mucho”, explicaron.
“Nosotros los dejamos jugar a los chicos acá, porque es más seguro, por los autos”, dijo una vecina de la familia Benítez, cuyos hijos suelen jugar con Gaspar. “Siempre hay caballos acá, en este descampado, es un riesgo para los chicos”, consideró.
“Tiene un proceso largo, va a estar un tiempo en el hospital”, señaló su tía y agregó. “Está en buenas manos, queda que se desinflame esa parte para ver si afectó algo, pero hasta ahora no habría ninguna complicación, según los estudios”.
“La verdad que ante tanta locura y dolor, es una buena noticia. Tendrá para un largo tiempo de recuperación, pero está con vida y con nosotros, con la familia más unida que nunca”, consideró Belén Benítez, quien reprodujo ante La Opinión lo que le contaron los médicos en San Nicolás.
Gaspar tomó leche y evaluaban si podrían comenzar a darle comida, “todo licuadito, con una bombillita, de a poco”, precisó su tía, que vive en el barrio donde el niño habita junto a su hermanita y sus padres, Víctor y Carmina.
La expansión de los límites de la zona urbana creció en San Pedro a pasos agigantados y muchos sectores de la periferia que eran considerados como rurales ya no lo son. El barrio donde Gaspar vive con sus padres y su
hermanita es uno de ellos.
Alvear al 1800 es la cuadra de su casa, ubicada entre Benefactoras Sampedrinas y Mateo Sbert. Toda esa zona está poblada. Mucho construyeron viviendas y dieron forma de barrio urbanizado al sector, favorecido además por el programa de pavimentación del gobierno.
Sin embargo, todavía se ven descampados como los de la esquina de la casa de Gaspar. En ese, cuando La Opinión recorrió el barrio para hablar con los vecinos sobre lo sucedido, había restos de una fogata, una camioneta en reparación, otro auto, residuos, ramas y una yegua que pastaba.
La dueña de esa yegua pidió a este medio que se aclare que no fue ese el animal que golpeó a Gaspar. Informó que el predio tiene propietaria y que hay quienes dejan sus caballos en ese lugar, con autorización de la titular.
Según refirieron varios vecinos, no sería el caso del dueño del equino que golpeó al niño en la cara. Se trata de un habitante del barrio, que reside a pocas cuadras y que suele llevar sus caballos a ese predio, a pesar de que
frente a su casa hay otro similar.
Tras el episodio con Gaspar, se llevó los animales. De acuerdo a lo que contaron vecinos y familiares del niño, en ningún momento se acercó a preguntar por su salud ni se puso a disposición ante requerimiento alguno respecto de la situación, que hasta el parte del martes al mediodía fue muy delicada.
La presencia de animales sueltos o de tenencia específicamente prohibidas en zona urbana genera noticias casi a diario. Desde accidentes de motociclistas, automovilistas o ciclistas a niños mordidos o pateados. En el gobierno hay quienes creen que es hora de profundizar la política de regulación en torno a la tenencia de caballos.
Si hasta ahora pueden mostrar como un logro haber creado un departamento dedicado a esos animales, con un veterinario especializado, controles que dieron resultados en temas como la anemia y el documento único equino, el paso siguiente parece ser evitar que los animales convivan en la zona urbana, sobre todo ante el riesgo de que casos como el de Gaspar se repitan y con resultados aún más graves.